martes, 23 de julio de 2019

ESTA EDICIÓN ESTARÁ VIDENTE DEL 22 DE JULIO AL 4 DE AGOSTO 2019


En esta nuestra 24 edición vamos a dar respuesta a cinco preguntas que nos fueron planteadas por nuestros amigos y amigas lectores. Y que nuestro biblista y teólogo cibernético va a tratar de responder gracias a su contante espíritu de investigación.

Es muy importante tener claro que lo más importante cuando leemos la Biblia es estar seguros de que hemos comprendido todo el significado de las palabras y sobre todos de algunos conceptos relacionados con la época en que se realizaron los hechos. También nos surgen interrogantes sobre temas no bíblicos. Así es que comenzamos con nuestro encuentro de esta semana. Las preguntas planteadas para esta semana y sus respectivas respuestas son las siguientes:

¿PUEDE UN CRISTIANO SER MALDECIDO? ¿PERMITIRÍA DIOS LA MALDICIÓN SOBRE UN CREYENTE?

La Biblia nos dice que “Como el gorrión sin rumbo o la golondrina sin nido, la maldición sin motivo jamás llega a su destino.” NVI (Proverbios 26:2). Esto significa que las maldiciones absurdas no tienen efecto alguno, porque no pueden llegar hasta nosotros. Lo que debemos recordar es que Dios es soberano. Nadie tiene el poder de pronunciar verdaderas maldiciones sobre nosotros, porque Dios es el Único capacitado para pronunciar juicio.

En la Biblia, los “hechizos” siempre son citados en forma negativa. Deuteronomio 18:10-11 incluye a aquellos que lanzan maleficios, entre quienes cometen otros actos “abominables para con el SEÑOR,” tales como el sacrificio de niños, la hechicería, los sortilegios, la adivinación, o la necromancia (consultar con los muertos). Miqueas 5:12 dice que Dios destruirá las hechicerías y a aquellos que lancen hechizos. Apocalipsis 18 describe las hechicerías como parte del engaño que será usado por el anticristo y su “gran ciudad de Babilonia” (v. 21-24) no obstante, el engaño será tan grande, que aún los elegidos serán engañados si Dios no nos protegiera (Mateo 24:24). Al final, Dios destruirá a Satanás, al anticristo, y a todos los que los sigan.

El cristiano ha nacido de nuevo como una nueva persona en Jesucristo (2 Corintios 5:17), y estamos con la constante presencia del Espíritu Santo que vive dentro de nosotros y bajo cuya protección existimos (Romanos 8:11). No necesitamos preocuparnos por nadie que lance alguna clase de maleficio sobre nosotros. El vudú, la hechicería, los maleficios y las maldiciones no tienen poder sobre nosotros porque ellos vienen de Satanás, y sabemos que “… mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.” (1 Juan 4:4). Dios los ha vencido, y hemos sido liberados para adorar a Dios sin temor (Juan 8:36). “Yahvé es mi luz y salvación; ¿de quién temeré? Yahvé  es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?” (Salmo 27:1).

¿QUÉ QUIERE DECIR LA BIBLIA POR “VOSOTROS SOIS DIOSES” EN EL SALMO 82:6 Y JUAN 10:34?

Comencemos por ver el Salmo 82, el salmo que Jesús cita en Juan 10:34. La palabra hebrea traducida como “dioses” en el Salmo 82:6 es elohim. Usualmente se refiere al Único Dios Verdadero, pero tiene otros usos. El Salmo 82.1 dice, “Dios está en la reunión de los dioses; en medio de los dioses juzga.” Viendo los tres siguientes versos, es claro que la palabra “dioses” se refiere a magistrados, jueces y otras personas que mantienen posiciones de autoridad y gobierno. El llamar a un humano un “dios” indica tres cosas: 1) él tiene autoridad sobre otros seres humanos, 2) el poder que ejerce como una autoridad civil, es para ser temido, y 3) él recibe su poder y autoridad de Dios Mismo, quien es visto como el que juzga a toda la tierra en el verso 8.

Este uso de la palabra dioses para referirse a humanos es raro, pero se encuentra en otras partes del Antiguo Testamento. Por ejemplo, cuando Dios envío a Moisés a Faraón, Él dijo: “Mira, yo te he constituido dios para Faraón..” (Éxodo 7:1). Esto significa simplemente que Moisés, como mensajero de Dios, estaba hablando las palabras de Dios y por lo tanto sería el representante de Dios ante el rey. La palabra hebrea elohim se traduce como “jueces” en Éxodo 21:6 y 22:8, 9 y 28.

El punto principal en el Salmo 82, es que los jueces terrenales deben actuar con imparcialidad y verdadera justicia, porque aún los jueces deberán comparecer un día ante EL Juez. Los versos 6 y 7 advierten a los magistrados humanos, que también ellos deben ser juzgados: “Yo dije: Vosotros sois dioses, y todos vosotros hijos del Altísimo, pero como hombres moriréis, y como cualquiera de los príncipes caeréis.” Este pasaje está diciendo que Dios ha puesto al hombre en posiciones de autoridad en las cuales (en este aspecto) ellos son considerados como dioses entre la gente. Debe recordarse que, aunque sean representantes de Dios en este mundo, ellos son mortales y eventualmente deberán dar cuentas a Dios por la manera en que usaron esa autoridad.

Ahora, veamos cómo utiliza Jesús este pasaje. Jesús acaba de declarar que es el Hijo de Dios (Juan 20:25-30). Los incrédulos judíos responden acusando a Jesús de blasfemia, puesto que Él asegura ser Dios (verso 33). Jesús entonces cita el Salmo 82:6, recordándoles a los judíos que la ley se refiere a simples hombres – aunque sean hombres de autoridad y prestigio – como “dioses.” El punto de Jesús es este: ustedes me acusan de blasfemia basándose en el uso que hago del título “Hijo de Dios”; sin embargo su propia Escritura aplica el mismo término a los magistrados en general. Si aquellos que tienen un nombramiento por decreto divino pueden ser considerados “dioses,” ¿cuánto más puede serlo Aquel a quien Dios ha elegido y enviado?

En contraste, tenemos la mentira de la serpiente a Eva en el Jardín del Edén. Su declaración, de “serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.” (Génesis 3:5), era una verdad a medias. Sus ojos fueron abiertos (verso 7), pero ellos no se volvieron como Dios. De hecho, perdieron toda autoridad, más que ganarla. Satanás engañó a Eva acerca de su habilidad para convertirse en semejanza del Único y Verdadero Dios, y así la condujo a la mentira. Jesús defendió Su afirmación de ser El Hijo de Dios, sobre un terreno semántico y bíblico – hay un sentido en el que los hombres influyentes puede ser tenidos como dioses; sin embargo, el Mesías puede con toda autoridad aplicar el término a Sí Mismo. Los seres humanos no son “dioses” o “pequeños dioses.” No somos Dios. Dios es Dios, y nosotros, quienes conocemos a Cristo, somos Sus hijos.

¿CUÁL ES EL ORIGEN DEL MARTES GORDO Y EL MARDI GRAS?

Mardi Gras, que es francés para "Martes Gordo", es el último día de una temporada llamada Carnaval y el día antes del Miércoles de Ceniza, que marca el inicio de la Cuaresma. Dependiendo de la localización, la temporada de Carnaval es de dos semanas de duración y se caracteriza por fiestas, festejos, bailes, disfraces, y el libertinaje en general. La temporada de carnaval suele ser celebrada por los países católicos del sur de Europa y América Latina.

Cómo el Mardi Gras se relaciona con la Cuaresma es el siguiente. La Cuaresma es un tiempo de ayuno, penitencia y preparación para la Pascua. Los cristianos que observan la Cuaresma generalmente lo hacen con la abstinencia de ciertos alimentos o actividades que disfrutan, con el expreso propósito de enfocar su tiempo en la oración, la penitencia y la limosna. También existe el ayuno prescrito durante la Cuaresma. Ya que el Carnaval conduce a la Cuaresma, puede ser visto justamente como la indulgencia antes del ayuno. Piense en ello como un último "atracón" antes de renunciar a algo por 40 días.

¿Qué dice la Biblia acerca de todo esto? No hay nada en la Biblia que sugiere de forma explícita o implícita la idea de que los primeros cristianos observaron la Cuaresma o el Carnaval. Primero veamos al carnaval un poco más de cerca. Nos sería muy difícil encontrar apoyo bíblico para cualquier tipo de indulgencia carnal, como se practica durante el Carnaval, especialmente en el Martes Gordo. La Biblia prohíbe expresamente la embriaguez, la fornicación sexual, y el libertinaje de todo tipo. El mejor versículo para esto se puede encontrar en Romanos 13:13-14, " Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne." Se nos exhorta a ser sobrios y alertas, no participando en el libertinaje. La idea de un atracón de actividades pecaminosas antes de un tiempo de consagración al Señor, es completamente ridícula y totalmente anti bíblica.

¿CUÁL ES EL ORIGEN DE HALLOWEEN?

Cual sea el origen o historia de Halloween, es celebrado en muchas maneras diferentes por todo tipo de personas alrededor del mundo. Tradicionalmente, se conocía como la Víspera de Todos los Santos, día cuando todos los muertos eran recordados. A través del tiempo, se convirtió en algo cultural. Para los norteamericanos, se ha vuelto algo extremadamente comercial. Empezamos a ver decoraciones de Halloween en las tiendas desde inicios de agosto. Desafortunada mente, el énfasis de este día feriado comercial ha pasado de los pequeños vaqueros e indios a una atracción más maligna y dirigida a lo oculto y pagano. Satanás sin duda ha convertido este día comercial en algo que se ha enfocado sutilmente en lo demoníaco y desagradable.

Muchos creen que el festival de Samhain era el inicio del Nuevo Año Celta. En Samhain, los granjeros traían ganado de los pastos secos de verano y las personas se reunían para construir albergues para el invierno. El festival también tenía significado religioso y las personas quemaban frutas, vegetales, grano y posiblemente animales como ofrendas a los dioses. En las anécdotas celtas antiguas, Samhain era un tiempo mágico de transición en que se peleaban importantes batallas y las hadas lanzaban sus hechizos. Era un tiempo donde se rompían las barreras entre el mundo natural y el sobrenatural. Los celtas creían que los muertos podían caminar entre los vivos en este tiempo. Durante Samhain, los vivos podían visitar a los muertos, los cuales según los celtas tenían secretos del futuro. Los eruditos creen que la relación de Halloween con los fantasmas, los alimentos y la adivinación empezó con estas costumbres paganas hace más de 2,000 años.

Muchas de las costumbres celtas sobrevivieron aun después de que las personas fueran “Cristianizadas.” En los años 800 D.C., la iglesia estableció el Día de Todos los Santos el 1 de Noviembre. Cerca de doscientos años después, se agregó el Día de Todos los Muertos, el 2 de Noviembre. Este día era apartado para que las personas oraran por sus amigos y familiares que habían muerto. Las personas agregaron a este día feriado cristiano muchas de las viejas costumbres paganas. Algunas personas sacan alimento para sus ancestros, o dejan una linterna encendida en la ventana para que los fantasmas encuentren su camino de regreso en la noche. A través de los años, varias regiones de Europa desarrollaron sus propias costumbres de Halloween. En el país de Gales, por ejemplo, cada persona pone una piedra blanca junto a la fogata de Halloween por la noche y después revisa en la mañana para ver si la piedra todavía esta allí. Si encuentra la piedra, entonces significa que la persona vivirá otro año.

En los Estados Unidos, muchos de los primeros colonos vinieron de Inglaterra y trajeron consigo muchas creencias acerca de fantasmas y brujas. En los años 1800, muchos inmigrantes de Irlanda y Escocia llegaron a los Estados Unidos e introdujeron sus tradiciones de Halloween. Otros grupos agregaron sus propias influencias culturales a las costumbres de Halloween. Los inmigrantes alemanes trajeron sus vívidas tradiciones populares de brujería; los Haitianos y Africanos trajeron sus creencias nativas de vudú acerca de gatos negros, fuego y brujería.

¿PUEDE UN CRISTIANO CELEBRAR HALLOWEEN?

El que un cristiano pueda o no pueda celebrar Halloween puede ser un tema muy controversial. Algunos Cristianos celebran Halloween simplemente usando disfraces y divirtiéndose, viendo esto como algo inocente e inofensivo. Otros Cristianos, sin embargo están igualmente convencidos que Halloween es una fiesta satánica establecida para adorar espíritus malignos y promover las tinieblas y la maldad. Así que, ¿Quién tiene la razón? ¿Es posible para los Cristianos celebrar Halloween sin comprometer su fe?

La fiesta de Halloween, sin importar como sea comercializada, tiene casi completamente orígenes paganos. Tan inocente como pueda parecer para algunos, no es algo que se deba tomar a la ligera. Los cristianos tienden a tener varias maneras de celebrar o no celebrar Halloween. Para algunos, significa hacer una “fiesta alternativa” como la fiesta de la cosecha. Para otros, es mantenerse lejos de los fantasmas, brujas, duendes, etc., y usar disfraces inofensivos, por ejemplo: trajes de princesa, payasos, vaqueros, superhéroes, etc. Algunos deciden no hacer nada, eligen encerrarse en sus casas con las luces apagadas. Con nuestra libertad como Cristianos, estamos libres de decidir cómo actuar.

La escritura no habla nada con respecto a Halloween, pero si nos da algunos principios con los cuales podemos tomar una decisión. En el Israel del Antiguo Testamento, la brujería era un crimen castigado por la muerte (Éxodo 22:18; Levítico 19:31; 20:6, 27). La enseñanza del Nuevo Testamento con respecto al ocultismo es clara. Hechos 8:9-24, el relato de Simón, muestra que el ocultismo y el Cristianismo no mezclan. El relato de Elimas el hechicero en Hechos 13:6-11 revela que la hechicería está violentamente opuesta al Cristianismo. Pablo llamó a Elimas un hijo del diablo, un enemigo de la justicia y pervertidor de los caminos de Dios. En Hechos 16, en Filipos, una joven adivina perdió sus poderes demoniacos cuando el espíritu maligno fue expulsado por Pablo. El punto interesante es que Pablo rehusó permitir incluso que buenos comentarios vinieran de una persona endemoniada. Hechos 19 muestra a nuevos conversos que abruptamente han dejado atrás su ocultismo confesando sus obras malvadas, trayendo su parafernalia magia y quemándola frente a todos. (Hechos 19:19).

Entonces, ¿Puede un Cristiano celebrar Halloween? ¿Hay algo malo en vestirse como princesa o vaquero e ir alrededor de la cuadra pidiendo dulces? No, no hay nada malo en eso. ¿Hay cosas acerca de Halloween que son prácticas anti-cristianas y deben ser evitadas? ¡Absolutamente sí! Si los padres van a permitir que sus hijos participen de Halloween, deben de asegurarse de que no se involucren en los aspectos más oscuros de ese día. Si los Cristianos van a tomar parte en la fiesta de Halloween, sus actitudes, vestimentas y lo más importante, sus comportamientos deben aun reflejar una vida redimida (Filipense 1:27). Hay muchas iglesias que tienen “festivales de la cosecha” e incorporan vestuarios, pero en un ambiente devoto. Hay muchos Cristianos que distribuyen tratados que comparten el Evangelio junto con los dulces de Halloween. La decisión ultimadamente nos toca hacerla nosotros mismos. Pero como en todas las cosas, debemos de incorporar los principios de Romanos 14. No podemos permitir que nuestra convicción con respecto a cierto día de fiesta cause división en el cuerpo de Cristo, tampoco podemos usar nuestra libertad para causar que otros tropiecen en su fe. Debemos de hacer todas las cosas como para el Señor.

¿QUÉ ES EL MIÉRCOLES DE CENIZA?

El Miércoles de Ceniza es el día que comienza la Cuaresma. Esto ocurre cuarenta días antes del Viernes Santo. El nombre oficial del Miércoles de Ceniza es el "Día de Cenizas." La razón por la que se conoce como Miércoles de Ceniza es que es de cuarenta y seis días antes del Domingo de Pascua, por lo que siempre cae en el día miércoles. La Biblia no menciona el Miércoles de Ceniza, o la Cuaresma tampoco.

El período de la Cuaresma está destinado a ser un tiempo en que las actividades y hábitos pecaminosos son renunciados. El Miércoles de Ceniza es el comienzo de este período de arrepentimiento. La Biblia contiene numerosos relatos de personas que utilizan el polvo y la ceniza como símbolos de arrepentimiento y / o duelo (Génesis 18:27; 2 Samuel 13:19; Ester 4:1; Job 2:8; Daniel 9:3; Mateo 11:21). La tradición es que el símbolo de la cruz se hace en cenizas en la frente de una persona como un símbolo de la identificación de la persona con Jesucristo. Un concepto similar es mencionado en Apocalipsis 7:3, 9:4; 14:1 22:4.

¿Debe el cristiano observar el Miércoles de Ceniza? El Miércoles de Ceniza, junto con la Cuaresma, se observan por la mayoría de los católicos, la mayoría de denominaciones ortodoxas, y unas pocas denominaciones protestantes. Ya que la Biblia en ninguna parte manda ni condena tal práctica, los cristianos son libres de decidir en oración observar el Miércoles de Ceniza o no. Si un cristiano decide observar el Miércoles de Ceniza y / o la Cuaresma, lo importante es tener una perspectiva bíblica. Es una buena cosa arrepentirse de actividades pecaminosas, pero esto es algo que los cristianos deben hacer todos los días, no sólo durante la Cuaresma. Es una buena cosa identificarse claramente como cristiano, pero de nuevo se trata de una identificación en curso. No es bíblico creer que Dios automáticamente bendecirá en respuesta a la observancia de un ritual. Dios está interesado en nuestros corazones, no en nuestra observación de rituales.


lunes, 15 de julio de 2019

ESTA EDICIÓN ESTARÁ VIGENTE DEL 15 AL 21 DE JULIO 2019


En esta nuestra 23 edición vamos a dar respuesta a cinco preguntas que nos fueron planteadas por nuestros amigos y amigas lectores. Y que nuestro biblista y teólogo cibernético va a tratar de responder gracias a su contante espíritu de investigación.

Es muy importante tener claro que lo más importante cuando leemos la Biblia es estar seguros de que hemos comprendido todo el significado de las palabras y sobre todos de algunos conceptos relacionados con la época en que se realizaron los hechos. También nos surgen interrogantes sobre temas no bíblicos. Así es que comenzamos con nuestro encuentro de esta semana. Las preguntas planteadas para esta semana son las siguientes:


¿Qué significa que Jesús cumplió la ley, pero no la abolió?
¿Quiénes fueron los Padres de la Iglesia Primitiva?
¿Cuáles fueron los diferentes viajes misioneros de Pablo?
¿CÓMO FUNCIONA LA PSICOLOGÍA CON LA CONSEJERÍA BÍBLICA O ESPIRITUAL?
¿Por qué traicionó Judas a Jesús?





En la narrativa de Mateo donde se encuentra lo que comúnmente conocemos como El Sermón del Monte, se registran estas palabras de Jesús: No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.” (Mateo 5:17-18).

Con frecuencia es discutido que si Jesús no “abrogó” la ley, entonces aún debe ser obligatoria. De acuerdo a ello, sus componentes tales como guardar el Sabbath aún deben estar vigentes, tal vez junto con otros muchos elementos de la Ley de Moisés. Esta suposición está basada en un malentendido de las palabras y la intención de este pasaje. Cristo no estaba sugiriendo aquí que la naturaleza obligatoria de la ley de Moisés permanecería vigente para siempre. Tal visión sería contraria a todo lo que aprendemos de la armonía del Nuevo Testamento registrado en Romanos 10:4; Gálatas 3:23-25 y Efesios 2:15. Consideremos los siguientes puntos.

La palabra traducida como “abrogar” o “abolir” tiene un especial significado en este estudio. Es traducción del término griego kataluo, que literalmente significa “derribar” La palabra se encuentra diez y siete veces en el Nuevo Testamento. Es usada cuando se habla por ejemplo de la destrucción del templo judío por los romanos (Mateo 26:61; 27:40; Hechos 6:14), y de la desintegración del cuerpo humano cuando muere (2 Corintios 5:1). El término puede llevar el extenso significado de “derrocar” ej. “inutilizar, privar del éxito.” En el griego clásico, se usaba en relación con las instituciones, leyes, etc., para transmitir la idea de “invalidar.”

Es especialmente importante notar cómo es usada esta palabra en Mateo 5:17. En este contexto, “abrogar” es usado como lo opuesto a “cumplir.” “Cristo vino …. no para abrogar, sino para cumplir” El significado es este: Jesús no vino a este mundo con el propósito de actuar como un oponente de la ley. Su objetivo no era evitar su cumplimiento. Más bien, Él la respetaba, la amaba, la obedecía, y llevó a cabo su cumplimiento. Él cumplió las leyes proféticas pronunciadas con respecto a Él mismo (Lucas 24:44). Cristo cumplió con las demandas de la ley mosaica la cual ordena una obediencia perfecta, si no, se aplica una “maldición” (ver Gálatas 3:10, 13). En este sentido, el divino diseño de la ley siempre tendrá un efecto duradero. Siempre realizará el propósito para lo cual fue otorgada.

Sin embargo, si la ley de Moisés tuviera la misma relación con el hombre en la actualidad, en términos de su condición permanente, como la tenía antes de que Cristo viniera, entonces no fue cumplida y Jesús fracasó en lo que vino “a cumplir.” Por otra parte, si el Señor cumplió con lo que vino a realizar, entonces la ley ya fue cumplida, y ya no es hoy una institución legal permanente. Más aún, si la ley de Moisés no fue cumplida por Cristo, y por lo tanto permanece como la imposición de un sistema legal para el presente, entonces no es obligatoria solo parcialmente. Más bien, es un sistema totalmente obligatorio. Jesús dijo claramente que “ni una tilde” (representativa de las marcas más pequeñas de la escritura hebrea) pasaría hasta que todo fuera cumplido. Consecuentemente, nada de la ley estaba destinada a fracasar hasta que hubiera cumplido totalmente su propósito. Jesús cumplió la ley. Jesús cumplió toda la ley. No podemos decir que Jesús cumplió con el sistema de sacrificios, pero que no cumplió con los otros aspectos de la ley. O Jesús cumplió con toda la ley, o no lo hizo. Lo que significó la muerte de Jesús para el sistema del sacrificio, también lo fue para los otros aspectos de la ley.



Los Padres de la Iglesia Primitiva caían dentro de tres categorías básicas. Los Padres Apostólicos, los Padres de la Iglesia del Pre-Concilio de Nicea y los Padres de la Iglesia del Post-Concilio de Nicea. Los Padres de la Iglesia apostólica fueron aquellos como Clemente de Roma, quienes fueron contemporáneos con los Apóstoles y muy probablemente fueron enseñados por ellos, continuando con la tradición y enseñanza de los mismos Apóstoles. Lino, mencionado en 2 Timoteo 4:21, llegó a ser el obispo de Roma después de que Pedro fue martirizado, y Clemente tomó el lugar de Lino. Por lo cual, tanto Lino como Clemente de Roma, fueron considerados como los Padres Apostólicos. Sin embargo, parece no haber escritos sobre Lino que hayan sobrevivido, mientras que existen muchos de Clemente de Roma que sí han sobrevivido. Los verdaderos Padres Apostólicos que fueron enseñados por los Apóstoles, habrían ya desaparecido de escena para principios del segundo siglos, excepto por aquellos pocos que pudieron haber sido discípulos del Apóstol Juan, tales como Policarpo. Juan murió en Efeso alrededor del 99 d.C.

Los Padres del Pre-Concilio de Nicea fueron aquellos que estuvieron después de los Padres Apostólicos, y antes del Concilio de Nicea en 325 d.C. Tales luminares como Irineo, Ignacio y Justino mártir son Padres del Anti-Nicea.

Después del Concilio de Nicea en 325 d.C. se levantaron los Padres de la Iglesia que son considerados Post-Niceanos. Aquí hay hombres tan notables como San Agustín, obispo de Nipona, quien frecuentemente es llamado el Padre de la Iglesia (Iglesia Católica Romana) por su gran labor en la doctrina de la Iglesia; Crisóstomo, llamado la boca de oro, por sus excelentes habilidades en oratoria; y Eusebio, quien escribió una historia de la Iglesia, que abarca desde el nacimiento de Jesús hasta el 324 d.C., un año antes del Concilio de Nicea. Él está incluido en la era Post-Niceana porque no escribió esta historia sino hasta después de que tuvo lugar el Concilio de Nicea. Otro de los Padres Post-Niceanos fue Jerónimo, quien tradujo el Nuevo Testamento del Griego al Latin Vulgata, y Ambrosio, a quien por su intervención, se le atribuye en gran manera la conversión del emperador Constantino al cristianismo.

Así que, ¿en qué creían los Padres de la Iglesia Primitiva? Los Padres Apostólicos estaban muy preocupados por la proclamación del Evangelio, habiéndolo proclamado ellos mismos como lo hicieron los Apóstoles. No estaban interesados en formular doctrina teológica, porque el Evangelio que ellos habían aprendido de los Apóstoles era más que suficiente para ellos, en tanto se cuidara la ortodoxia. Los Padres Apostólicos eran tan celosos como los Apóstoles mismos en cuanto a exponer y arrancar de raíz cualquier doctrina falsa que comenzara a surgir aquí y allí. La ortodoxia del mensaje era preservada por el deseo de los Padres Apostólicos, de apegarse tan verazmente como fuera posible a las enseñanzas del Evangelio que les fueron compartidas por los Apóstoles.

Los Padres Anti-Niceanos también trataron de permanecer fieles tanto como les fue posible a la verdad del Evangelio que les había sido enseñado, pero ellos tuvieron una preocupación adicional que no estaba presente con los Padres Apostólicos. Ahora había muchos escritos falsos que aseguraban tener el mismo peso que las escrituras ya establecidas, como las de Pablo, Pedro y Lucas. La razón de estos documentos falsos era muy evidente, porque si el Cuerpo de Cristo pudiera ser persuadido de que un documento falso era lo mismo que un documento que había sido aceptado como genuino, entonces los documentos falsos habrían sido vistos también como auténticos. Así que los Padres Anti-Niceanos comenzaron a dedicar mucho de su tiempo defendiendo la fe cristiana de las falsas doctrinas, y esto condujo a los principios de la formación de la doctrina aceptada por la iglesia.

Los Padres Post-Niceanos llevaron a cabo la misión de la defensa del Evangelio contra toda clase de herejías y falsas doctrinas, así que progresivamente, los Padres Post-Niceanos comenzaron a interesarse cada vez más en la defensa del Evangelio y menos en transmitir el Evangelio de una manera pura y fiel, prioridad que era el sello de los Padres Apostólicos. Para el tiempo de Agustín, la necesidad de defenderse contra las herejías y las falsas doctrinas, había alcanzado el punto de que la verdadera doctrina del Cuerpo de Cristo estaba ya lo suficientemente establecida. Esta fue la era de los teólogos quienes discutirían temas arcanos hasta la muerte, tales como “cuántos ángeles pueden danzar sobre la cabeza de un alfiler.”
 

¿Cuáles fueron los diferentes viajes misioneros de Pablo?

Pablo realizó tres viajes misioneros que expandieron el mensaje de Cristo en Asia Menor y Europa. El apóstol Pablo originalmente era un líder judío bien educado llamado Saulo. Justo después de la muerte y resurrección de Cristo, vivía haciendo su mayor esfuerzo para aplastar a la iglesia cristiana. Aún participó en la ejecución Esteban, el primer mártir cristiano. (Ver Hechos 7:58; 8:1).

En su camino a Damasco, buscando apresar a más cristianos, Pablo se encontró con el Señor. Se arrepintió y cambió a la fe en Jesucristo. Después de su experiencia en el camino a Damasco, él intentó persuadir a judíos y cristianos de su conversión y cambio de vida, pero muchos dudaban de él y lo rehuían. Sin embargo, algunos cristianos tales como Bernabé, lo aceptaron y hablaron a su favor. Ellos dos se volvieron compañeros de misiones.

En tres diferentes viajes – cada uno de varios años de duración – Pablo compartió las nuevas de Jesús en muchas ciudades de la costa y pueblos con rutas comerciales. Esta es una breve crónica de estos viajes misioneros.

Primer Viaje Misionero (Hechos 13-14): Respondiendo al llamado de Dios de proclamar a Cristo, Pablo y Bernabé dejaron la iglesia de Antioquia. Al principio, su método de evangelismo era predicar en las sinagogas de los pueblos. Pero cuando muchos de los judíos rechazaron a Cristo, los misioneros reconocieron el llamado de Dios de predicarles a los gentiles.

Por su valiente testimonio de Jesús, Saulo el perseguidor se convirtió en Pablo el perseguido. Aquellos que rechazaron su mensaje de salvación a través de Jesucristo, trataron de detenerlo y hacerle daño. En una ciudad, fue apedreado y dejado por muerto, pero Dios lo salvó. A través de juicios, golpes y encarcelamientos, él se mantuvo predicando a Cristo crucificado.

El ministerio de Pablo a los gentiles atrajo la controversia sobre quién podía ser salvo y cómo debía ser salvo. Entre su primero y segundo viajes misioneros, él participó en una conferencia en Jerusalén discutiendo sobre el camino de salvación. El consenso final fue que los gentiles podían recibir a Jesús sin sujetarse a las tradiciones judías.

Segundo Viaje Misionero (Hechos 15:36-18:22): Después de otra estadía en Antioquia y habiendo fundando ahí una iglesia, Pablo estaba listo para hacer otro viaje misionero. Le pidió a Bernabé que lo acompañara, visitando de nuevo a las iglesias de su primer viaje misionero. Sin embargo ocurrió un desacuerdo que causó su separación. Pero Dios convirtió este desacuerdo en algo positivo, porque ahora había dos equipos misioneros. Bernabé se fue a Chipre, y Pablo se fue con Silas a Asia Menor.

Providencialmente, Dios redirigió a Pablo y Silas a Grecia, llevando el Evangelio a Europa. En Filipos, el equipo misionero fue golpeado y encarcelado. Regocijándose de sufrir por Cristo, ellos cantaban en la cárcel. De repente, Dios causó un terremoto que abrió las puertas de la celda y los liberó de sus cadenas. El asombrado carcelero y su familia creyeron en Cristo, pero los oficiales gubernamentales les rogaron que se fueran.

Viajando hasta Atenas, Pablo predicaba a una inquisitiva audiencia en la Colina de Marte. Él proclamaba al único y verdadero Dios a quien ellos podían conocer y adorar sin ídolos hechos por el hombre. Nuevamente, algunos se rehusaron y algunos creyeron.

Pablo les enseñó a aquellos que creyeron en Cristo y los estableció en iglesias. Durante este segundo viaje misionero, Pablo hizo muchos discípulos de varias procedencias: un joven llamado Timoteo, una mujer de negocios llamada Lidia, y una pareja llamados Aquila y Priscila.

Tercer Viaje Misionero (Hechos 18:23 – 20:38): Durante este último viaje misionero de Pablo, predicó fervientemente en Asia Menor. Dios confirmó su mensaje con milagros. Hechos 20:7-12 nos dice de Pablo en Troas predicando un sermón excepcionalmente largo. Un joven que estaba sentado en un tercer piso, se quedó dormido y cayó por la ventana. Fue dado por muerto, pero Pablo lo revivió.

Los nuevos creyentes de Efeso que habían estado anteriormente involucrados con el ocultismo, quemaron sus libros de magia. Por otra parte, los que fabricaban ídolos, no estaban contentos con sus pérdidas en el negocio debido a este verdadero Dios y a Su Hijo. Un platero llamado Demetrio, comenzó una revuelta en toda la ciudad, alabando a su diosa Diana. Los juicios siempre perseguían a Pablo. A última instancia, la persecución y oposición fortaleció a los verdaderos cristianos quienes propagaron el Evangelio.

Al final del último viaje misionero de Pablo, él sabía que pronto sería encarcelado y probablemente muerto. Sus palabras finales a la iglesia de Efeso, muestran su devoción a Cristo: “Vosotros sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia, sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos; y como nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas, testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesucristo. Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer; salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones. Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del evangelio de la gracia de Dios.” (Hechos 20:18-24).

Ese era el propósito de los viajes misioneros de Pablo: proclamar la gracia de Dios en el perdón de los pecados a través de Cristo. Dios usó el ministerio de Pablo para llevar el Evangelio a los gentiles y establecer la iglesia. Sus cartas a las iglesias, registradas en el Nuevo Testamento, aún mantienen la vida y la doctrina de la iglesia. Aunque él sacrificó todo, los viajes misioneros de Pablo valieron su costo (Filipenses 3:7-11).

¿CÓMO FUNCIONA LA PSICOLOGÍA CON LA CONSEJERÍA BÍBLICA O ESPIRITUAL?

La psicología secular, basada principalmente en las enseñanzas de Sigmund Freud, Carl Jung y Carl Rogers, no tiene cabida en la consejería bíblica. Tampoco lo hace la llamada “consejería cristiana,” porque la consejería “cristiana” tiene como sus bases la psicología secular, no la bíblica. Esto no quiere decir que a veces alguien que se llame a sí mismo un consejero cristiano no sea también un consejero bíblico, pero la mayoría de las veces, los consejeros cristianos son solo cristianos que usan la psicología secular como su “modus operandi.”

La psicología es definida como una disciplina académica que involucra el estudio científico de los procesos mentales y del comportamiento, y la aplicación de ese conocimiento sobre las diferentes esferas de la actividad humana. La psicología es por naturaleza humanística. El humanismo afirma el valor y la dignidad de toda la gente, basado en la habilidad de determinar lo correcto de lo incorrecto, apelando a las cualidades humanas universales, particularmente la racionalidad. El humanismo rechaza la fe que no se basa en la razón, lo sobrenatural, y la Biblia. Por lo tanto, la psicología es la manera en que el hombre trata de entender y reparar el lado espiritual del hombre sin referencia a, o reconocimiento de lo espiritual. La Biblia declara que la raza humana tiene un principio diferente a cualquier otra cosa creada. El hombre fue hecho a la imagen de Dios, y Dios “…sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.” (Génesis 1:26; 2:7). En su esencia misma, la Biblia trata con la espiritualidad del hombre, comenzando con su caída en el pecado en el Jardín del Edén y las consecuencias que le siguieron, particularmente en lo referente a su relación con Dios. El resultado de la caída – el pecado- es lo que nos separa de Dios y lo que requiere de un Redentor que restaure esa relación.

La psicología secular, por otra parte, está basada en la idea de que el hombre es básicamente bueno y que la respuesta a sus problemas yace dentro de él mismo. Con la ayuda de un psicoterapeuta – y con frecuencia de un consejero cristiano – el paciente hurga dentro del laberinto de su propia mente y emociones y “trabaja a través” de ellos a fin de emerger en el otro lado más sano por haber descubierto la causa de sus dificultades. La Biblia, sin embargo, nos pinta un cuadro muy diferente de la condición del hombre. Él está “muerto en sus delitos y pecados” (Efesios 2:1) y su corazón es “engañoso más que todas las cosas y perverso” (Jeremías 17:9). Él es la víctima de lo que es llamado “depravación total.” El hurgar dentro de tal mente, buscando salud mental, es un ejercicio inútil, muy parecido a tratar de encontrar una rosa creciendo en el fondo de una cloaca.

El hombre fue creado inocente, pero fue desobediente a Dios; él pecó contra Dios, y este pecado cambió al primer hombre, Adán, y a todos los que vinieron después de él, con el resultado de estar física y espiritualmente muertos (Génesis 2:17; 5:5; Romanos 5:12; Efesios 2:1). La respuesta a los problemas espirituales del hombre es que nazca de nuevo – hacerlo vivir espiritualmente (Juan 3:3, 6-7; 1 Pedro 1:23). El hombre nace de nuevo al confiar en Jesucristo. Confiar en Jesucristo significa entender que Él es el único Hijo de Dios, y Dios el Hijo (Juan 3:16; Juan 1:1-3). Significa entender y creer que Jesús pagó por nuestros pecados cuando Él murió en la cruz, y que Dios demostró Su aceptación al sacrificio de Cristo por nosotros, resucitando a Jesús de los muertos (Romanos 4:24-25).

Los consejeros bíblicos, como opuestos a los psicoterapeutas y a muchos “consejeros cristianos” ven solo a la Biblia como la fuente de un enfoque comprensible y detallado para entender y aconsejar a la gente (2 Timoteo 3:15-17; 2 Pedro 1:4). El consejero bíblico está comprometido a dejar que Dios hable por Él mismo a través de Su Palabra, y a manejar correctamente la Palabra de Verdad (2 Timoteo 2:15). El consejero bíblico sigue la Biblia y busca ministrar el amor del verdadero Dios viviente, cuyo amor trata con el pecado y produce obediencia (1 Juan).

Mucho de la psicoterapia y de la consejería cristiana está basado en necesidades. Las necesidades de autoestima, de amor y aceptación, y de valoración tienden a dominar. Si estas necesidades son satisfechas, se cree que la gente será feliz, amable y moral; si no son satisfechas, la gente será miserable, odiosa e inmoral. La Escritura enseña que es Dios, no nosotros mismos, quien cambia nuestros deseos y que la verdadera felicidad solo puede encontrarse en el deseo por Dios y la santidad. Si la gente desea la autoestima, el amor y el reconocimiento, ellos serán felices si lo obtienen y miserables si no lo logran, pero aún así en cualquier caso seguirán centrados en sí mismos. Por otra parte, si la gente desea a Dios, el reino de Dios, sabiduría santa y resurrección de gloria, ellos estarán satisfechos, y gozosos, y serán obedientes y útiles siervos de Dios.

Mientras que los psicoterapeutas seculares intentan ayudar al paciente encontrando el poder para suplir sus propias necesidades desde adentro, para la mayoría de los psicoanalistas cristianos, Jesucristo es el sanador accesible para las necesidades y las heridas de la psiquis. El paciente es instado a considerar lo mucho que es amado por Dios, y la cruz simplemente retrata cuán valioso es él para Dios, a fin de llenar su auto-estima y suplir su necesidad de ser amado. Pero en la Biblia, Jesucristo es el Cordero de Dios, crucificado en lugar de los pecadores. El amor de Dios en realidad derriba la auto-estima y la incesante búsqueda de ella. En vez de ello, produce una gran y agradecida estimación por el Hijo de Dios, quien nos amó y entregó Su vida por nosotros – el Cordero de Dios quien es el único digno de alabanza. El amor de Dios no satisface nuestra fijación por ser amados como somos. Derrumba aquella engañosa búsqueda, a fin de amarnos, a pesar de lo que somos y nos enseña a amar a Dios y a nuestro prójimo (1 Juan 4:7-5:3).

Cuando una persona intrínsicamente pecadora contrata a un psicólogo o un consejero cristiano, a fin de obtener la satisfacción a sus necesidades o para obtener felicidad, la auto estima y la realización, ésta inevitablemente se alejará de tal consejería irrealizable. Jesús dijo que debemos morir a nosotros mismos y nacer de nuevo. Cuando venimos a Él, debe ser con la intención de deshacernos de la antigua naturaleza – no solo arreglarla – y ponernos la nueva naturaleza, la que vive para Cristo y busca servirle a Él y a otras personas por amor a lo que Él ha hecho. Los verdaderos consejeros bíblicos buscan asistir a sus clientes para hacer justamente eso, siguiendo la Biblia y viendo la consejería como una actividad pastoral, en la cual la meta no es la auto-estima, sino la santificación – creciendo en santidad y a la semejanza de Cristo.

¿Por qué traicionó Judas a Jesús?

Mientras que no podemos estar absolutamente seguros del por qué Judas traicionó a Jesús, algunas cosas son ciertas. Primero, debemos reconocer que aunque Judas fue deliberadamente elegido para ser uno de los doce (Juan 6:64), toda la evidencia en la Escritura señala el hecho de que él nunca creyó que Jesús era Dios, y tal vez ni siquiera estaba convencido de que Jesús fuera el Mesías (como Judas lo entendía). A diferencia de los otros discípulos que llamaban a Jesús “Señor” (lo cual es significativo en muchas maneras), Judas nunca utilizó este título para Jesús, y en cambio lo llamaba “Rabí,” a quien reconocía como solamente como un maestro. Mientras que los otros discípulos en ocasiones hicieron grandes profesiones de fe y lealtad (Juan 6:68, 11:16), Judas jamás lo hizo y más bien parece haber permanecido siempre al margen, de acuerdo a la narración bíblica. Esta falta de fe en Jesús es la base para todas las otras consideraciones descritas a continuación. Las mismas contienen verdades para nosotros. Si fallamos en reconocer a Jesús como Dios encarnado, y por lo tanto el único Ser que puede proporcionar el perdón por nuestros pecados – y la eterna salvación que esto conlleva – entonces estaremos sujetos a otros numerosos problemas que se derivan de una visión equivocada de Dios.

Segundo, Judas no solo no tenía fe en Cristo, sino que tenía muy poca o ninguna relación personal con Jesús. Cuando los evangelios sinópticos mencionan a los doce, generalmente ellos son mencionados siempre en el mismo orden, con pequeñas variaciones (Mateo 10:2-4; Marcos 3:16-19; Lucas 6:14-16). Se cree que el orden general indica la relativa cercanía de su relación personal con Jesús. A pesar de las variaciones, Pedro y los hermanos Jacobo y Juan siempre son los primeros en la lista, lo cual es consistente con su relación con Jesús. Judas siempre es mencionado al final de la lista, lo cual puede indicar su relativa falta de relación personal con Cristo. Adicionalmente, al examinar los evangelios, vemos que el único diálogo documentado entre los dos, menciona a Judas siendo reprendido por Jesús, después de su reacción motivada por la avaricia hacia María (Juan 12:1-8), cuando Judas niega su traición (Mateo 26:25), y la traición misma (Lucas 22:48).

Tercero, Judas era consumido por la avaricia, al punto de traicionar la confianza no solo de Jesús, sino también de sus condiscípulos, como lo vemos en Juan 12:5-6. Judas bien pudo haber deseado seguir a Jesús simplemente porque vio la gran cantidad de seguidores y creería que podría beneficiarse de las ofrendas hechas para el grupo. El hecho de que del grupo fuera Judas quien se encargaba de la bolsa del dinero, indicaría su interés y experiencia con el mismo (Juan 13:29).

Adicionalmente, Judas, como la mayoría de la gente de su tiempo, creía que el Mesías iba a terminar con la ocupación romana y a tomar la posición de un poderoso gobernante sobre la nación de Israel. Judas pudo haber seguido a Jesús esperando beneficiarse de su asociación con Él, como el nuevo poder político reinante. Sin duda él esperaba estar entre la elite gobernante cuando esto sucediera. Para cuando Judas cometió la traición, Jesús ya había dejado en claro que Él planeaba morir, no iniciar una rebelión contra Roma. Así que Judas pudo haber asumido – como lo hicieron los fariseos - que puesto que Él no derrocaría a los romanos, Él no podía ser el Mesías que estaban esperando.

Hay algunos versos del Antiguo Testamento que apuntan hacia la traición, algunos más específicos que otros, estos son dos de ellos:

“Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, alzó contra mí el calcañar.” (Salmo 41:9, ver su cumplimiento en Mateo 26:14; 48-49). También, “Y les dije: Si os parece bien, dadme mi salario; y si no, dejadlo. Y pesaron por mi salario treinta piezas de plata. Y me dijo JEHOVÁ: Échalo al tesoro; ¡hermoso precio con que me han apreciado! Y tomé las treinta piezas de plata y las eché en la casa de JEHOVÁ al tesoro.” (Zacarías 11:12-13, ver Mateo 27:3-5 para el cumplimiento de la profecía de Zacarías). Estas profecías del Antiguo Testamento indican que la traición de Judas era conocida por Dios, y que fue soberanamente planeada de antemano, como el medio por el cual Jesús habría de ser llevado a la muerte.

Pero si la traición de Judas era conocida por Dios, ¿tenía Judas alguna elección, y será tenido por culpable por su participación en la traición? Mientras que es difícil para muchos reconciliar el concepto del “libre albedrío” (como la mayoría de la gente lo entiende) con el conocimiento anticipado de Dios sobre los eventos futuros, esto se debe en gran parte a nuestra limitada experiencia de avanzar a través del tiempo en forma lineal, como si el tiempo fuera una línea recta y nosotros pasáramos gradualmente de una sección a otra, recordando el pasado por el que ya hemos viajado, pero no el futuro al que nos aproximamos. Sin embargo, Dios, siendo eterno y habiendo creado la construcción del tiempo, no estaría “sincronizado” con nuestra línea de tiempo, sino más bien fuera de ella. Así que podríamos pensar del tiempo (en relación con Dios) como un círculo con Dios en el centro y por lo tanto a una igual distancia de todos los puntos, pero no limitado a estar en solo un punto en el tiempo o en la línea del tiempo.

En tal caso, Judas tuvo la capacidad total para tomar sus propias decisiones – al menos hasta el punto donde “Satanás entró en él” (Juan 13:27) – y el anticipado conocimiento de Dios (Juan 13:10, 18, 21) de ninguna manera incapacitó la habilidad de Judas para tomar cualquier decisión determinada. Más bien, lo que eventualmente decidiría hacer Judas, Dios lo vio como si fuera una observación del presente, y Jesús dejó en claro que Judas era responsable por su decisión y tendría que dar cuenta por ello. “De cierto os digo que uno de vosotros, que come conmigo, me va a entregar.” (Marcos 14:18). Nótese que Jesús caracteriza la participación de Judas como una traición. Y respecto a su responsabilidad por esta traición, Jesús dijo. “… mas ¡hay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido.” (Marcos 14:21). Satanás también tuvo su parte en esto como vemos en Juan 13:26-27, y también a él se le tomarán cuentas por sus hechos. Dios en Su sabiduría era capaz como siempre de manipular aún la rebelión de Satanás para beneficiar a la raza humana. Satanás ayudó a enviar a Jesús a la cruz, y en la cruz, el pecado y la muerte fueron vencidos, y la provisión de Dios para la salvación está gratuitamente disponible para todos aquellos que acepten a Jesucristo como su salvador personal para el perdón de sus pecados.

FUENTE: https://www.gotquestions.org/Espanol/Preguntas-Biblicas-varias.html