Esta nueva edición de su revista digital COLAPAS: vamos a dar respuesta a varias preguntas que nos fueron planteadas por nuestros amigos y amigas lectores. Y que gracias a la ayuda de nuestro Teólogo cibernético va a tratar de responder gracias a su contante espíritu de investigación bíblica.
1. pOR QUE EN LA ÉPOCA DE JESUS SE CREÍA QUE LAS ENFERMEDADES ERAN POSICIONES DEMONÍACAS?
En
tiempos de Jesús, todas las enfermedades ante las que la gente se sentía
especialmente impotente incrementaban las creencias en el poder de los
demonios. Para enfrentarse a estos malos espíritus se hacían exorcismos, con
oraciones, gestos o invocaciones, tratando de conjurar al diablo y hacerle
salir del cuerpo del enfermo. Como se creía que se estaba luchando directamente
con el maligno, a menudo se usaban métodos de gran crueldad.
Por otra parte es importante señalar que la supuesta posesión por espíritus es un fenómeno presente en la actualidad en muchas culturas del mundo. Mientras que algunas religiones le dan a este fenómeno una explicación “externa” (los individuos poseídos obrarían bajo el control de diversas entidades), la medicina y la antropología han enmarcado tradicionalmente las llamadas posesiones dentro del “trastorno de identidad disociativo”. Una investigación realizada en Uganda, donde se diagnostican muchos casos de posesión por espíritus, ha constatado que los poseídos presentan similitudes con las personas que sufren disociación. Por otra parte, el estudio ha revelado que una de las posibles causas del fenómeno serían las experiencias traumáticas más radicales. Por Yaiza Martínez.
En aquellas religiones que contemplan la existencia de espíritus, la posesión por espíritus describe el control, intermitente o permanente, por parte de un espíritu de las acciones del cuerpo de un ser humano.
Muchas religiones tienen un protocolo para distinguir una posesión de otro tipo de patologías de carácter no espiritual. En el caso de la religión católica, por ejemplo, se procede al ritual del exorcismo una vez que los psiquiatras han estudiado el caso. La finalidad del exorcismo sería la expulsión de las entidades que han tomado el control del individuo.
¿Pero qué sabe la ciencia sobre este fenómeno? Desde un punto de vista médico, la posesión por espíritus o la posesión demoníaca está considerada un tipo de trastorno de identidad disociativo (caracterizado por la existencia de una o más identidades o personalidades en un individuo, cada una con su propio patrón de percibir y actuar con el ambiente), y ha sido descrita como la creencia del paciente de estar poseído por una divinidad o demonio, y de obrar bajo su control.
Estudios médicos previos En el pasado, diversos estudios médicos han analizado la posesión. El primero fue realizado en 1791 por Eberhar Gmelin, y consistió en el análisis de una paciente que hablaba alemán y francés, sin que aparentemente existiera manera alguna de que hubiese aprendido el francés. En 1890, el psicólogo y neurólogo Pierre Janet publicó sus descubrimientos sobre un individuo supuestamente poseído por el demonio que fue curado mediante hipnosis.
En 1895, Joseph Breuer, en colaboración con Sigmund Freud, publicó Estudios sobre la histeria, basándose en el caso de Anna O, una joven con personalidad múltiple que hablaba en lenguas extranjeras.
Desde estos primeros análisis científicos, otros estudios se han ido realizando desde entonces. Uno de los más recientes ha sido el llevado a cabo por la psiquiatra de la Universidad de Mbarara, en Uganda, Marjolein va Duijl.
Los resultados obtenidos en esta investigación sugieren que las posesiones por espíritus son consecuencia de eventos traumáticos vividos en el pasado por los individuos afectados.
Posible causa subyacente En Uganda, la posesión por espíritus sigue siendo un fenómeno común, al igual que en otras muchas partes del mundo (de África, Asia, los países del Caribe, pero también de Europa y Norteamérica). Este fenómeno se caracteriza por sacudidas corporales, desmoronamientos o estados de trance.
Duijl trató de buscar la causa científica de la posesión por espíritus, estado que los ugandeses explican desde una perspectiva cultural (culpan a los poseídos de faltar a sus obligaciones con los espíritus ancestrales o de conflictos socioculturales, como el hecho de no pagar una dote).
Teniendo en consideración lo que ya se sabía (que muchas de las características de la posesión por espíritus coinciden en realidad con lo que los psiquiatras occidentales llaman “trastorno disociativo” o desconexión entre las experiencias, los pensamientos y los sentimientos), Duijl quiso investigar si situaciones traumáticas vividas por los individuos analizados podían subyacer a su estado de posesión.
2. Por que se
dice que en la época de Jesús había muchos sordomudos?
Los
sordomudos debieron ser abundantes en Israel, ya que el libro del Levítico da
una ley especial acerca de estos enfermos. Contra ellos era prohibido lanzar
una maldición: como no oían, quedarían sin defensa ante a ella (Levítico 19,
14). Como con otras muchas enfermedades, se atribuía ésta al demonio y a
espíritus malignos. Y se creía que en los tiempos mesiánicos las orejas
cerradas se abrirían y las lenguas mudas se desatarían (Isaías 32, 1-4).
Es importante pasar ahora a dar algunas pinceladas sobre Palestina en tiempos de Jesús es un tema de estudio de la arqueología bíblica muy relacionado con la investigación del Jesús histórico. Su objetivo es reconstruir el ambiente en el que nació el cristianismo y describir los lados políticos, culturales y sociales de esa época que faciliten su intelección.Ref 1
Las primeras comunidades cristianas vivieron en este mundo judío-romano, o simplemente pagano. Es conveniente conocer este mundo para captar la novedad de Jesús, de sus opciones y compromisos; el carácter inevitablemente hiriente de su denuncia profética, el alcance de su anuncio: «se ha cumplido el plazo, ya llega el reinado de Dios, Enmiéndense y tengan fe en esta buena noticia» (Marcos 1, 15).
La actuación de Jesús de Nazaret afectó de un modo u otro la vida en Palestina, sus instituciones, sus distintos grupos sociales, religiosos, y la política por entonces ligada con la religión.
Cuando se escribieron los evangelios canónicos habían transcurrido por lo menos de 35 a 60 años desde la muerte de Jesús. El ambiente cultural en que los evangelios se escribieron tiene un universo conceptual y simbólico, y modos de expresión muy diferentes al de nuestros días.
Jesús estaba en contra de las «inmoralidades, robos, homicidios, adulterios, codicias, perversidades, fraudes, desenfreno» (Marcos 7,20-23) que existían1 Pero en esos tiempos, quienes imponían cargas más pesadas al pueblo,2 desasistiéndolo y arrojándolo a la pobreza, impotencia y desesperanza3 eran los jefes religiosos-políticos de su pueblo que, según Jesús, en lugar de ser pastores eran «ladrones y bandidos asalariados».4 Jesús escuchó los clamores de los marginados por la religión y sociedad de su pueblo, y optó por ellos aún a costa de su vida.
3. ¿Como
hablan los evangelios sobre el demonio?
Los
evangelios hablan de Satanás (el Adversario), uno de los nombres del diablo, al
que también se llama Luzbel o Belcebú. Pero lo hacen cuando tienen que dar
cuenta de hechos negativos no queridos por Dios y para los que no encuentran
explicación.
A menudo, cuando uno lee los evangelios, se sorprende por la cantidad de actividad demoníaca. Pareciera que cada dos o tres personas que se encuentran con Jesus están poseídos. ¿Por qué hubo tantos demonios cerca del ministerio del Señor? ¿Será esta una situación atípica hoy en nuestros ministerios, o igual? Y en caso de que sea igual, ¿Cuál debe ser nuestra actitud frente a la actividad demoníaca?
Permítanme hacer unas observaciones, principalmente sacadas del evangelio de Marcos.
¿Por qué hubo tantos demonios en los evangelios?
Por la presencia física de Jesus en esta tierra.
Primero, es importante establecer que la Biblia nunca nos dice que los demonios van a parar de hacer lo que hacían en los evangelios. Entonces, la cantidad de demonios y su capacidad no ha cambiado; es una realidad actual. Lo que un demonio podía hacer en Marcos, puede hacerlo hoy. Esto debe empujarnos hacia la oración, en particular a pedir que Dios nos guarde del maligno (Mt 6:13).
No cabe duda que la presencia física del Hijo de Dios sobre la tierra presentó una situación única. Seguro, Satanás orquestó sus huestes para hacer todo lo posible para arruinar los planes de Dios. Entonces, parece razonable que haya una concentración única de actividad demoníaca alrededor de Jesús (Vemos evidencia de esto, tanto en la tentación de Jesús, Mr 1:13, como la posesión satánica de Judas, Lc 22:3).
Jesús es luz, y las tinieblas huyen delante de Él. Es decir, si un demonio estuvo cerca de Jesús, este se sintió obligado a venir y postrarse delante de Cristo (Mr 1:23-24; 5:6). Algo que seguro no pasaría con un cristiano hoy en día.
Hoy en día, sin la presencia física de Jesús, los demonios pueden obrar de manera más clandestina. De hecho, Pablo nos advierte que así será en los últimos tiempos (1 Timoteo 4:1-3). El pasaje nos dice que los demonios inventarán falsas religiones cerca de la verdad para así condenar a más gente. Algunos tal vez se condenan adorando directamente a un demonio, pero muchos irán al infierno en pos de religiones como el Catolicismo.
¿Tenemos la autoridad de echar fuera demonios?
La Biblia nunca nos instruye cómo identificar si alguien es endemoniado. Antes bien, la posesión demoníaca en la Biblia siempre era obvia. Por ejemplo, el tipo de epilepsia que sufrió el niño en Marcos 9 no tenía origen en algo físico, ya que el padre afirma que el demonio le echaba al agua o al fuego con la intención de matarlo (Mr 9:22).
Es importante ver que Cristo nunca nos dio a nosotros el mandato ni las instrucciones de cómo expulsar a un demonio, eso sólo lo dio a sus discípulos, Mr 6:7. Además, en Marcos 16:17-18 (un texto cuya inspiración es cuestionable), el punto no es que todos los creyentes expulsarán demonios, ni que todos hablarán en lenguas (Pablo afirma que no todo creyente habla en lenguas, 1 Cor 12:30) ni que todos beberán cosas mortíferas sin que les haga daño, sino que este es el tipo de cosas que sucedería a los creyentes en general.
Además, no existe un don de expulsar demonios en la Biblia, sino que el don de sanidades es lo que curaba tanto enfermedades físicas como enfermedades espirituales (Lc 7:21; Hch 5:16). Es decir, si alguien no tiene la capacidad de vaciar un hospital de todos sus enfermos, sabemos que no tiene tampoco la capacidad de expulsar a un demonio. El don de sanidades existía para autentificar a los que Dios usó para poner el fundamento de la iglesia (Ef 2:20, 2 Cor 12:12, Heb 2:3-4), por eso vemos milagros tan extraordinarios en el primer siglo (Hch 5:15; 19:12).
Entonces, no debemos hablar con demonios. Simplemente porque no tenemos dicha autoridad. Sin embargo, en la Biblia vemos como la persona que expulsaba demonios no sólo se dirigía a ellos, sino que, conversaba con ellos. Por ejemplo, en el caso del hombre con la legión de demonios, primero Jesús dice, “Sal de este hombre”, luego los demonios platican con Jesús y le piden permiso para entrar en los cerdos, Mr 5:8, esto se debe justamente a que Jesus tiene esta autoridad, pero no nosotros.
¿Qué debemos hacer frente a alguien que pareciera estar endemoniado?
1. Por razones anteriormente mencionadas, es probable que no nos enfrentemos con gente endemoniada con tanta frecuencia como Jesús. Sin embargo, como vemos en Marcos, sabemos que los incrédulos pueden ser atacados por demonios y a su vez ser poseídos por ellos. Lo que es importante recordar es que, de acuerdo con Jesús, aún si un incrédulo tiene un demonio el exorcismo sólo empeorará su situación (Mt 12:45). Por lo que al incrédulo no le conviene el exorcismo en sí solo.
2. En cuanto a creyentes, sólo podemos ser atacados por fuera (similar, tal vez, a lo que experimentó Job). Pero el creyente no puede ser poseído, ya que nadie puede esclavizar de nuevo a un creyente, ni obligarle a pecar (Rom 8:2). Además, somos el templo del Espíritu Santo que a su vez mora en nosotros (Rom 8:9). Esto implica que no debemos echarle la culpa a los demonios por nuestros malos pensamientos, más bien la culpa mora con nosotros (Stg 1:14).
3. La Biblia afirma que el evangelio es poder para salvar (Rom 1:16-17 y no da la condición de que antes hay que expulsar posibles demonios. Por lo cual, debemos dirigirnos al humano, no al demonio, y exhortarle a arrepentirse y creer el evangelio. Si la persona cree en Jesús, el Espíritu Santo vendrá a morar en la persona (Jn 14:23), encargándose de sacar fuera al demonio.
4. Si uno tiene temor de un demonio la Escritura nos manda resistir al diablo y así huirá de nosotros (Stg 4:7). Por otro lado, si un cristiano quiere pelear la guerra espiritual, debemos ir a la Escritura para reconocer que el exorcismo no es un mandato bíblico. Al contrario, el cristiano debe tomar la única arma que tiene en esta guerra, la palabra del Espíritu (Efe 6:17), y con ella destruir todos los argumentos que se levantan contra el conocimiento de Dios, “llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Cor 10:5).
Hermanos, la guerra espiritual es real. Y el poder de nuestro enemigo nos daría pavor, si no supiéramos que el que está con nosotros, es mucho más poderoso (1 Jn 4:4). Entonces, nos basta confiar en Sus instrucciones las cuales son suficientes para nosotros (2 Ped 1:3). No hay necesidad de buscar consejos mundanos sobre cómo enfrentar a su príncipe. Armémonos con toda la armadura de Dios, peleando cómo Dios nos manda: resistiendo la tentación, y evangelizando con la verdad divina que destruye las mentiras del diablo.
****
El Dr. Josías Grauman sirvió como capellán en el Hospital General de Los Ángeles, y después fue misionero en la Ciudad de México. Actualmente es anciano de la iglesia Grace Community Church y sirve como director académico de The Master´s Seminary en español y el Instituto de Expositores. Es autor de libros como: Griego para pastores y Hebreo para pastores.
4. Por que se
dice que en la época de Jesús había dos grandes divinidades una buena y otra
mala?
Los evangelios
insistieron, usando un lenguaje simbólico, en que Jesús tenía todo poder sobre
el diablo. En muchas tradiciones religiosas existe la idea de que hay dos
grandes divinidades: una buena Dios y otra mala el Diablo, con poderes
parecidos, aunque con intenciones opuestas. Jesús, sin embargo, habló de un
único Dios que es Padre y ama a los seres humanos. Y precisamente por la
libertad que mostró ante la creencia en el ilimitado poder del diablo, los
sacerdotes lo acusaron de estar endemoniado.
La fe en el demonio ha sido nefasta. Ha sembrado el terror, ha hecho creer que
los seres humanos son como un juguete que se disputan entre sí ángeles buenos y
malos, hasta que gana el más fuerte. Horribles frutos de la fe en el diablo
fueron las persecuciones contra endemoniados y brujas organizadas por la
Inquisición.
Desde el
siglo XI hasta el XVI se extendieron como la
peste por toda Europa, causando millones de víctimas. La mayoría eran pobres
mujeres campesinas que por ser o muy feas o muy bonitas, muy alegres o muy
silenciosas, eran acusadas de estar poseídas por el demonio, despojadas de sus
bienes, torturadas y quemadas. La caza de brujas es uno de los capítulos más
tenebrosos de la historia del cristianismo.
5. ¿Me pUEDE compartir
algunos detalles sobre la ciudad de CESÁREA?
La ciudad de
Cesarea de Filipo fue fundada por Filipo, hijo de Herodes el Grande y
hermanastro del rey Herodes Antipas, unos tres años antes de nacer Jesús.
Filipo heredó
las dotes de constructor de su padre. A la ciudad le puso por nombre Cesarea en
honor de César Augusto, el emperador que entonces gobernaba en Roma.
La ciudad
estaba situada muy al norte, en la frontera con Siria. En Cesarea nace el río
Jordán, que desde allí baja y atraviesa toda la tierra de Israel. Cesarea de
Filipo se llama actualmente Banias.
6. ¿Quiénes eran
los recabitas?
Los
recabitas eran un grupo de israelitas que, desde hacía siglos y por fidelidad a
sus principios religiosos, vivían como pastores, rechazando la vida de agricultores
sedentarios. No tomaban vino, eran muy celosos de sus tradiciones y sólo
entraban en las ciudades de paso y en momentos muy especiales. Representaban la
oposición a la civilización urbana y el recuerdo de la vieja tradición
religiosa del desierto, cuando Israel era un pueblo errante (Jeremías 35,
1-19).
7. Que
acontecimiento importante ocurrió en ?
Los
evangelios sitúan en Cesarea de Filipo la aceptación por Jesús de su misión de
Mesías. Hasta ese momento, Jesús, impulsado por el ejemplo de Juan el Bautista
y apoyado por sus discípulos, se había presentado ante sus compatriotas como un
profeta. Como profeta hablaba y actuaba, sintiéndose heredero de la tradición
de Israel.
En Cesarea,
Jesús dio un nuevo paso. La libertad con la que interpretaba la Ley y con la
que se presentaba como emisario del Reino de Dios que iba a cambiar la
historia, le acercaron cada vez más a la conciencia de ser el Mesías. Como es
imposible determinar un lugar y un momento concreto para ese salto en la
evolución de su conciencia, los evangelistas lo situaron en el relato de
Cesarea.
8. Cuando Jesús
hablo de la cruz y su futura pasión estaba profetizando?
Cuando Jesús
habla de la cruz, de su futura pasión, de su muerte, no se trata de una
“profecía” en el sentido más limitado de esta palabra, como si Jesús fuera un
adivinador de su propio futuro.
Si así se
entendiera, el final dramático que tuvo su vida no sería un hecho histórico.
Todo habría estado predeterminado desde fuera y sabido desde un principio.
Lo que estas
palabras de Jesús indicaron fue que, a partir de un cierto momento de su
actividad pública, él empezó a contar con la posibilidad de una muerte
violenta.
Había violado
la ley del sábado quicio del sistema y esto era suficiente motivo para ser
condenado a muerte. Había sido acusado por los sacerdotes de estar endemoniado,
y esto también estaba penado con la muerte.
Se había
enfrentado a las autoridades, a los terratenientes. Se había relacionado con
gente despreciada en la sociedad y les había abierto los ojos sobre su
condición de marginados.
Se había
juntado con quienes eran considerados como subversivos, los zelotes. Estaba
poniendo en pie un movimiento popular. Los jefes religiosos y las autoridades
políticas lo consideraron, con creciente preocupación, como un elemento
peligroso. Por todo esto, Jesús podía imaginar, casi con certeza, que le
matarían, como habían matado a los profetas.
9. ¿Quiénes eran
realmente los zelotes?
Fueron un grupo que en el primer siglo eran político
tradicionalistas pero considerados extremistas en su pensar.
Eran los más agresivos en su época
ya que tenían serios conflictos con los Saduceos y con los Fariseos, entre
estos conflictos llegaban a matar por tener la razón.
La palabra zelote
viene del griego zelos (Gr. griego zeµloµteµs)
que significa celos por eso eran apegados y celosos con los estatutos de
la Tora, se podría deducir que Barrabas era un líder Zelote por eso los
judíos lo prefirieron antes que a Jesús por que ese movimiento que era anti
la opresión de los romanos se hizo popular entre el pueblo.
Los zelotes: (gr.g.
A uno de los doce apóstoles se le llama Simón el Zelote (Lc. 6.15; Hch. 1.13;
ya sea a causa de su temperamento celoso o apasionado o por alguna asociación
con el partido de los zelotes (Cananita). Pablo dice de sí mismo que fue
celoso en lo religioso (Hch. 22.3; Gá. 1.14), y a los muchos miembros de la
iglesia de Jerusalén se los describe como “celosos por la ley” (Hch.
21.20).
i. A Simón (Pedro)
En Mateos 10:4 y en Marcos 3:18 lo llaman en cananita que es sinónimo de
Zelote, después lo apoya Lucas 6:15 y hechos 1:13 que lo nombran directamente
como zelote.
El partido de los
zelotes, descrito por Josefo como la “cuarta filosofía” entre los
judíos.Se les llamaba zelotes porque seguían el ejemplo de Matatías, también de
sus hijos y seguidores, que manifestaron celo por la ley de Dios cuando Antíoco
IV intentó suprimir la religión judía (1 Mac. 2.24–27), y el ejemplo de
Finees, que evidenció un celo parecido en momentos de apostasía en el desierto
(Nm. 25.11; Sal. 106.30).
El movimiento, no
mencionado como tal en el Nuevo Testamento, comenzó cuando Judas el galileo
encabezó una sublevación contra los romanos en el año 6 después de Cristo (Hechos 5.37), considerándose el sucesor espiritual de
los macabeos. Cuando aplastaron la sublevación, los zelotes quedaron como el
ala extremista de los fariseos, dispuestos a recurrir a las armas antes que
pagar tributo.
Los zelotes tomaron
parte activa en la gran rebelión de 66–73 después de Cristo en contra de los
romanos, siendo los últimos en ser reducidos en su fortaleza de Masada, cerca
del mar Muerto, recientemente investigada por los arqueólogos.
Simón debe de haber
sido miembro del partido antes de acudir a Jesús. El fanatismo de los zelotes
contribuyó a desencadenar la guerra entre judíos y romanos.
Los zelotes eran
vistos como un partido de patriotas judíos militantes del primer siglo. Su
movimiento comenzó con Judas de Calilea en los días de Quirino como una
oposición clandestina al poderío romano. Ellos sostenían que la violencia era
justificada si libraba a la nación de sus opresores extranjeros.
Josefo los
describió como fanáticos cuyas extravagantes demandas y destemplada imprudencia
se transformaron en obstáculos para su propia causa.
Su objetivo era una
Judea independiente del Imperio romano mediante la lucha armada
En doctrina eran
muy parecidos a los fariseos a causa de su interpretación nacionalista en
extremo del Antiguo Testamento, y en espíritu eran como los macabeos. Su
intenso deseo de un reino independiente pudiera, haber llevado a algunos de
ellos a buscar la compañía de los discípulos de Jesús. Por lo menos a uno de
ellos, Simón, se distingue de Simón Pedro por ser llamado “el zelote” (Lc.
6:15; Hch. 1:13).
10. ¿Es cierto
que Pedro era un furibundo zelote?
Para distinguirlo
del apóstol Pedro (llamado
anteriormente Simón) a este otro apóstol se le llama Simón el Cananeo en los
evangelios de Mateo y Marcos, y se le llama Zelote en el Evangelio de Lucas y en los Hechos de los
apóstoles. Para el papa Benedicto XVI ambos calificativos son equivalentes, ya que
"zelote" significa "celoso" y en hebreo el verbo qanà’ significa
"ser celoso, apasionado".
Esta es una virtud
que, en el libro del Éxodo, también tiene Dios con el pueblo elegido y que
también poseen los hombres que se entregan a Dios, como el profeta Elías.4
Robert Eisenman ha señalado
las referencias talmúdicas contemporáneas a los zelotes como kanna'im,
opinando que "en realidad no eran un grupo, sino más bien gente que
defendía a los sacerdotes del templo".6 Las conclusiones
posteriores de Eisenman dicen que la presencia de zelotes en el grupo de
apóstoles original fue disfrazada y reescrita para apoyar la versión del
cristianismo paulino de los gentiles. Estas conclusiones han sido
controvertidas. John P. Meier ha señalado
que el término "zelote" es una mala traducción y que en el contexto
de los evangelios significa "celo" o "celos" (en este caso,
para mantener la Ley de Moisés), ya que el
movimiento zelote no existió hasta 30 o 40 años después de los acontecimientos
de los evangelios.7 No obstante, los
académicos S. Brandon8 y Martin Hengel9 no susbscriben
esa perspectiva.