miércoles, 6 de mayo de 2020

ESTA EDICIÓN ESTARÁ VIGENTE DEL 7 AL 13 DE MAYO 2020

Esta nueva edición de su revista digital COLAPAS: vamos a dar respuesta a varias preguntas que nos fueron planteadas por nuestros amigos y amigas lectores. Y que gracias a la ayuda de nuestro Teólogo cibernético va a tratar de responder gracias a su contante espíritu de investigación bíblica.
1. pOR QUE EN LA ÉPOCA DE JESUS SE CREÍA QUE LAS ENFERMEDADES ERAN POSICIONES DEMONÍACAS?
En tiempos de Jesús, todas las enfermedades ante las que la gente se sentía especialmente impotente incrementaban las creencias en el poder de los demonios. Para enfrentarse a estos malos espíritus se hacían exorcismos, con oraciones, gestos o invocaciones, tratando de conjurar al diablo y hacerle salir del cuerpo del enfermo. Como se creía que se estaba luchando directamente con el maligno, a menudo se usaban métodos de gran crueldad.
Por otra parte es importante señalar que la supuesta posesión por espíritus es un fenómeno presente en la actualidad en muchas culturas del mundo. Mientras que algunas religiones le dan a este fenómeno una explicación “externa” (los individuos poseídos obrarían bajo el control de diversas entidades), la medicina y la antropología han enmarcado tradicionalmente las llamadas posesiones dentro del “trastorno de identidad disociativo”. Una investigación realizada en Uganda, donde se diagnostican muchos casos de posesión por espíritus, ha constatado que los poseídos presentan similitudes con las personas que sufren disociación. Por otra parte, el estudio ha revelado que una de las posibles causas del fenómeno serían las experiencias traumáticas más radicales. Por Yaiza Martínez.
En aquellas religiones que contemplan la existencia de espíritus, la posesión por espíritus describe el control, intermitente o permanente, por parte de un espíritu de las acciones del cuerpo de un ser humano.
Muchas religiones tienen un protocolo para distinguir una posesión de otro tipo de patologías de carácter no espiritual. En el caso de la religión católica, por ejemplo, se procede al ritual del exorcismo una vez que los psiquiatras han estudiado el caso. La finalidad del exorcismo sería la expulsión de las entidades que han tomado el control del individuo.
¿Pero qué sabe la ciencia sobre este fenómeno? Desde un punto de vista médico, la posesión por espíritus o la posesión demoníaca está considerada un tipo de trastorno de identidad disociativo (caracterizado por la existencia de una o más identidades o personalidades en un individuo, cada una con su propio patrón de percibir y actuar con el ambiente), y ha sido descrita como la creencia del paciente de estar poseído por una divinidad o demonio, y de obrar bajo su control.

Estudios médicos previos En el pasado, diversos estudios médicos han analizado la posesión. El primero fue realizado en 1791 por Eberhar Gmelin, y consistió en el análisis de una paciente que hablaba alemán y francés, sin que aparentemente existiera manera alguna de que hubiese aprendido el francés. En 1890, el psicólogo y neurólogo Pierre Janet publicó sus descubrimientos sobre un individuo supuestamente poseído por el demonio que fue curado mediante hipnosis.
En 1895, Joseph Breuer, en colaboración con Sigmund Freud, publicó Estudios sobre la histeria, basándose en el caso de Anna O, una joven con personalidad múltiple que hablaba en lenguas extranjeras.
Desde estos primeros análisis científicos, otros estudios se han ido realizando desde entonces. Uno de los más recientes ha sido el llevado a cabo por la psiquiatra de la Universidad de Mbarara, en Uganda, Marjolein va Duijl.
Los resultados obtenidos en esta investigación sugieren que las posesiones por espíritus son consecuencia de eventos traumáticos vividos en el pasado por los individuos afectados.
Posible causa subyacente En Uganda, la posesión por espíritus sigue siendo un fenómeno común, al igual que en otras muchas partes del mundo (de África, Asia, los países del Caribe, pero también de Europa y Norteamérica). Este fenómeno se caracteriza por sacudidas corporales, desmoronamientos o estados de trance.
Duijl trató de buscar la causa científica de la posesión por espíritus, estado que los ugandeses explican desde una perspectiva cultural (culpan a los poseídos de faltar a sus obligaciones con los espíritus ancestrales o de conflictos socioculturales, como el hecho de no pagar una dote).
Teniendo en consideración lo que ya se sabía (que muchas de las características de la posesión por espíritus coinciden en realidad con lo que los psiquiatras occidentales llaman “trastorno disociativo” o desconexión entre las experiencias, los pensamientos y los sentimientos), Duijl quiso investigar si situaciones traumáticas vividas por los individuos analizados podían subyacer a su estado de posesión.

2. Por que se dice que en la época de Jesús había muchos sordomudos?

Los sordomudos debieron ser abundantes en Israel, ya que el libro del Levítico da una ley especial acerca de estos enfermos. Contra ellos era prohibido lanzar una maldición: como no oían, quedarían sin defensa ante a ella (Levítico 19, 14). Como con otras muchas enfermedades, se atribuía ésta al demonio y a espíritus malignos. Y se creía que en los tiempos mesiánicos las orejas cerradas se abrirían y las lenguas mudas se desatarían (Isaías 32, 1-4).
Es importante pasar ahora a dar algunas pinceladas sobre Palestina en tiempos de Jesús es un tema de estudio de la arqueología bíblica muy relacionado con la investigación del Jesús histórico. Su objetivo es reconstruir el ambiente en el que nació el cristianismo y describir los lados políticos, culturales y sociales de esa época que faciliten su intelección.Ref 1
Las primeras comunidades cristianas vivieron en este mundo judío-romano, o simplemente pagano. Es conveniente conocer este mundo para captar la novedad de Jesús, de sus opciones y compromisos; el carácter inevitablemente hiriente de su denuncia profética, el alcance de su anuncio: «se ha cumplido el plazo, ya llega el reinado de Dios, Enmiéndense y tengan fe en esta buena noticia» (Marcos 1, 15).
La actuación de Jesús de Nazaret afectó de un modo u otro la vida en Palestina, sus instituciones, sus distintos grupos sociales, religiosos, y la política por entonces ligada con la religión.
Cuando se escribieron los evangelios canónicos habían transcurrido por lo menos de 35 a 60 años desde la muerte de Jesús. El ambiente cultural en que los evangelios se escribieron tiene un universo conceptual y simbólico, y modos de expresión muy diferentes al de nuestros días.
Jesús estaba en contra de las «inmoralidades, robos, homicidios, adulterios, codicias, perversidades, fraudes, desenfreno» (Marcos 7,20-23) que existían1​ Pero en esos tiempos, quienes imponían cargas más pesadas al pueblo,2​ desasistiéndolo y arrojándolo a la pobreza, impotencia y desesperanza3​ eran los jefes religiosos-políticos de su pueblo que, según Jesús, en lugar de ser pastores eran «ladrones y bandidos asalariados».4​ Jesús escuchó los clamores de los marginados por la religión y sociedad de su pueblo, y optó por ellos aún a costa de su vida.

3. ¿Como hablan los evangelios sobre el demonio?

Los evangelios hablan de Satanás (el Adversario), uno de los nombres del diablo, al que también se llama Luzbel o Belcebú. Pero lo hacen cuando tienen que dar cuenta de hechos negativos no queridos por Dios y para los que no encuentran explicación.
A menudo, cuando uno lee los evangelios, se sorprende por la cantidad de actividad demoníaca. Pareciera que cada dos o tres personas que se encuentran con Jesus están poseídos. ¿Por qué hubo tantos demonios cerca del ministerio del Señor? ¿Será esta una situación atípica hoy en nuestros ministerios, o igual? Y en caso de que sea igual, ¿Cuál debe ser nuestra actitud frente a la actividad demoníaca?
Permítanme hacer unas observaciones, principalmente sacadas del evangelio de Marcos.
¿Por qué hubo tantos demonios en los evangelios?
Por la presencia física de Jesus en esta tierra.
Primero, es importante establecer que la Biblia nunca nos dice que los demonios van a parar de hacer lo que hacían en los evangelios. Entonces, la cantidad de demonios y su capacidad no ha cambiado; es una realidad actual. Lo que un demonio podía hacer en Marcos, puede hacerlo hoy. Esto debe empujarnos hacia la oración, en particular a pedir que Dios nos guarde del maligno (Mt 6:13).
No cabe duda que la presencia física del Hijo de Dios sobre la tierra presentó una situación única. Seguro, Satanás orquestó sus huestes para hacer todo lo posible para arruinar los planes de Dios. Entonces, parece razonable que haya una concentración única de actividad demoníaca alrededor de Jesús (Vemos evidencia de esto, tanto en la tentación de Jesús, Mr 1:13, como la posesión satánica de Judas, Lc 22:3).
Jesús es luz, y las tinieblas huyen delante de Él. Es decir, si un demonio estuvo cerca de Jesús, este se sintió obligado a venir y postrarse delante de Cristo (Mr 1:23-245:6). Algo que seguro no pasaría con un cristiano hoy en día.
Hoy en día, sin la presencia física de Jesús, los demonios pueden obrar de manera más clandestina. De hecho, Pablo nos advierte que así será en los últimos tiempos (1 Timoteo 4:1-3). El pasaje nos dice que los demonios inventarán falsas religiones cerca de la verdad para así condenar a más gente. Algunos tal vez se condenan adorando directamente a un demonio, pero muchos irán al infierno en pos de religiones como el Catolicismo.
¿Tenemos la autoridad de echar fuera demonios?
La Biblia nunca nos instruye cómo identificar si alguien es endemoniado. Antes bien, la posesión demoníaca en la Biblia siempre era obvia. Por ejemplo, el tipo de epilepsia que sufrió el niño en Marcos 9 no tenía origen en algo físico, ya que el padre afirma que el demonio le echaba al agua o al fuego con la intención de matarlo (Mr 9:22).
Es importante ver que Cristo nunca nos dio a nosotros el mandato ni las instrucciones de cómo expulsar a un demonio, eso sólo lo dio a sus discípulos, Mr 6:7. Además, en Marcos 16:17-18 (un texto cuya inspiración es cuestionable), el punto no es que todos los creyentes expulsarán demonios, ni que todos hablarán en lenguas (Pablo afirma que no todo creyente habla en lenguas, 1 Cor 12:30) ni que todos beberán cosas mortíferas sin que les haga daño, sino que este es el tipo de cosas que sucedería a los creyentes en general.
Además, no existe un don de expulsar demonios en la Biblia, sino que el don de sanidades es lo que curaba tanto enfermedades físicas como enfermedades espirituales (Lc 7:21; Hch 5:16). Es decir, si alguien no tiene la capacidad de vaciar un hospital de todos sus enfermos, sabemos que no tiene tampoco la capacidad de expulsar a un demonio. El don de sanidades existía para autentificar a los que Dios usó para poner el fundamento de la iglesia (Ef 2:20, 2 Cor 12:12Heb 2:3-4), por eso vemos milagros tan extraordinarios en el primer siglo (Hch 5:15; 19:12).
Entonces, no debemos hablar con demonios. Simplemente porque no tenemos dicha autoridad. Sin embargo, en la Biblia vemos como la persona que expulsaba demonios no sólo se dirigía a ellos, sino que, conversaba con ellos. Por ejemplo, en el caso del hombre con la legión de demonios, primero Jesús dice, “Sal de este hombre”, luego los demonios platican con Jesús y le piden permiso para entrar en los cerdos, Mr 5:8, esto se debe justamente a que Jesus tiene esta autoridad, pero no nosotros.
¿Qué debemos hacer frente a alguien que pareciera estar endemoniado?
1. Por razones anteriormente mencionadas, es probable que no nos enfrentemos con gente endemoniada con tanta frecuencia como Jesús. Sin embargo, como vemos en Marcos, sabemos que los incrédulos pueden ser atacados por demonios y a su vez ser poseídos por ellos. Lo que es importante recordar es que, de acuerdo con Jesús, aún si un incrédulo tiene un demonio el exorcismo sólo empeorará su situación (Mt 12:45). Por lo que al incrédulo no le conviene el exorcismo en sí solo.
2. En cuanto a creyentes, sólo podemos ser atacados por fuera (similar, tal vez, a lo que experimentó Job). Pero el creyente no puede ser poseído, ya que nadie puede esclavizar de nuevo a un creyente, ni obligarle a pecar (Rom 8:2). Además, somos el templo del Espíritu Santo que a su vez mora en nosotros (Rom 8:9). Esto implica que no debemos echarle la culpa a los demonios por nuestros malos pensamientos, más bien la culpa mora con nosotros (Stg 1:14).
3. La Biblia afirma que el evangelio es poder para salvar (Rom 1:16-17 y no da la condición de que antes hay que expulsar posibles demonios. Por lo cual, debemos dirigirnos al humano, no al demonio, y exhortarle a arrepentirse y creer el evangelio. Si la persona cree en Jesús, el Espíritu Santo vendrá a morar en la persona (Jn 14:23), encargándose de sacar fuera al demonio.
4. Si uno tiene temor de un demonio la Escritura nos manda resistir al diablo y así huirá de nosotros (Stg 4:7). Por otro lado, si un cristiano quiere pelear la guerra espiritual, debemos ir a la Escritura para reconocer que el exorcismo no es un mandato bíblico. Al contrario, el cristiano debe tomar la única arma que tiene en esta guerra, la palabra del Espíritu (Efe 6:17), y con ella destruir todos los argumentos que se levantan contra el conocimiento de Dios, “llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Cor 10:5).
Hermanos, la guerra espiritual es real. Y el poder de nuestro enemigo nos daría pavor, si no supiéramos que el que está con nosotros, es mucho más poderoso (1 Jn 4:4). Entonces, nos basta confiar en Sus instrucciones las cuales son suficientes para nosotros (2 Ped 1:3). No hay necesidad de buscar consejos mundanos sobre cómo enfrentar a su príncipe. Armémonos con toda la armadura de Dios, peleando cómo Dios nos manda: resistiendo la tentación, y evangelizando con la verdad divina que destruye las mentiras del diablo.
****
El Dr. Josías Grauman sirvió como capellán en el Hospital General de Los Ángeles, y después fue misionero en la Ciudad de México. Actualmente es anciano de la iglesia Grace Community Church y sirve como director académico de The Master´s Seminary en español y el Instituto de Expositores. Es autor de libros como: Griego para pastores y Hebreo para pastores.
4. Por que se dice que en la época de Jesús había dos grandes divinidades una buena y otra mala?

Los evangelios insistieron, usando un lenguaje simbólico, en que Jesús tenía todo poder sobre el diablo. En muchas tradiciones religiosas existe la idea de que hay dos grandes divinidades: una buena Dios y otra mala el Diablo, con poderes parecidos, aunque con intenciones opuestas. Jesús, sin embargo, habló de un único Dios que es Padre y ama a los seres humanos. Y precisamente por la libertad que mostró ante la creencia en el ilimitado poder del diablo, los sacerdotes lo acusaron de estar endemoniado.

La fe en el demonio ha sido nefasta. Ha sembrado el terror, ha hecho creer que los seres humanos son como un juguete que se disputan entre sí ángeles buenos y malos, hasta que gana el más fuerte. Horribles frutos de la fe en el diablo fueron las persecuciones contra endemoniados y brujas organizadas por la Inquisición.
Desde el siglo XI hasta el XVI se extendieron como la peste por toda Europa, causando millones de víctimas. La mayoría eran pobres mujeres campesinas que por ser o muy feas o muy bonitas, muy alegres o muy silenciosas, eran acusadas de estar poseídas por el demonio, despojadas de sus bienes, torturadas y quemadas. La caza de brujas es uno de los capítulos más tenebrosos de la historia del cristianismo.

5. ¿Me pUEDE compartir algunos detalles sobre la ciudad de CESÁREA?
La ciudad de Cesarea de Filipo fue fundada por Filipo, hijo de Herodes el Grande y hermanastro del rey Herodes Antipas, unos tres años antes de nacer Jesús.
Filipo heredó las dotes de constructor de su padre. A la ciudad le puso por nombre Cesarea en honor de César Augusto, el emperador que entonces gobernaba en Roma.
La ciudad estaba situada muy al norte, en la frontera con Siria. En Cesarea nace el río Jordán, que desde allí baja y atraviesa toda la tierra de Israel. Cesarea de Filipo se llama actualmente Banias.

6. ¿Quiénes eran los recabitas?
Los recabitas eran un grupo de israelitas que, desde hacía siglos y por fidelidad a sus principios religiosos, vivían como pastores, rechazando la vida de agricultores sedentarios. No tomaban vino, eran muy celosos de sus tradiciones y sólo entraban en las ciudades de paso y en momentos muy especiales. Representaban la oposición a la civilización urbana y el recuerdo de la vieja tradición religiosa del desierto, cuando Israel era un pueblo errante (Jeremías 35, 1-19).
7. Que acontecimiento importante ocurrió en ?

Los evangelios sitúan en Cesarea de Filipo la aceptación por Jesús de su misión de Mesías. Hasta ese momento, Jesús, impulsado por el ejemplo de Juan el Bautista y apoyado por sus discípulos, se había presentado ante sus compatriotas como un profeta. Como profeta hablaba y actuaba, sintiéndose heredero de la tradición de Israel.
En Cesarea, Jesús dio un nuevo paso. La libertad con la que interpretaba la Ley y con la que se presentaba como emisario del Reino de Dios que iba a cambiar la historia, le acercaron cada vez más a la conciencia de ser el Mesías. Como es imposible determinar un lugar y un momento concreto para ese salto en la evolución de su conciencia, los evangelistas lo situaron en el relato de Cesarea.

8. Cuando Jesús hablo de la cruz y su futura pasión estaba profetizando?

Cuando Jesús habla de la cruz, de su futura pasión, de su muerte, no se trata de una “profecía” en el sentido más limitado de esta palabra, como si Jesús fuera un adivinador de su propio futuro.
Si así se entendiera, el final dramático que tuvo su vida no sería un hecho histórico. Todo habría estado predeterminado desde fuera y sabido desde un principio.
Lo que estas palabras de Jesús indicaron fue que, a partir de un cierto momento de su actividad pública, él empezó a contar con la posibilidad de una muerte violenta.
Había violado la ley del sábado quicio del sistema y esto era suficiente motivo para ser condenado a muerte. Había sido acusado por los sacerdotes de estar endemoniado, y esto también estaba penado con la muerte.
Se había enfrentado a las autoridades, a los terratenientes. Se había relacionado con gente despreciada en la sociedad y les había abierto los ojos sobre su condición de marginados.
Se había juntado con quienes eran considerados como subversivos, los zelotes. Estaba poniendo en pie un movimiento popular. Los jefes religiosos y las autoridades políticas lo consideraron, con creciente preocupación, como un elemento peligroso. Por todo esto, Jesús podía imaginar, casi con certeza, que le matarían, como habían matado a los profetas.

9. ¿Quiénes eran realmente los zelotes?

Fueron un grupo que en el primer siglo eran político tradicionalistas pero considerados extremistas en su pensar.
Eran los más agresivos en su época ya que tenían serios conflictos con los Saduceos y con los Fariseos, entre estos conflictos llegaban a matar por tener la razón.
La palabra zelote viene del griego zelos (Gr. griego zeµloµteµs) que significa celos por eso eran apegados y celosos con los estatutos de la Tora, se podría deducir que Barrabas era un líder Zelote por eso los judíos lo prefirieron antes que a Jesús por que ese movimiento que era anti la opresión de los romanos se hizo popular entre el pueblo.
Los zelotes: (gr.g. A uno de los doce apóstoles se le llama Simón el Zelote (Lc. 6.15; Hch. 1.13; ya sea a causa de su temperamento celoso o apasionado o por alguna asociación con el partido de los zelotes (Cananita). Pablo dice de sí mismo que fue celoso en lo religioso (Hch. 22.3; Gá. 1.14), y a los muchos miembros de la iglesia de Jerusalén se los describe como “celosos por la ley” (Hch. 21.20). 
i. A Simón (Pedro) En Mateos 10:4 y en Marcos 3:18 lo llaman en cananita que es sinónimo de Zelote, después lo apoya Lucas 6:15 y hechos 1:13 que lo nombran directamente como zelote.
El partido de los zelotes, descrito por Josefo como la “cuarta filosofía” entre los judíos.Se les llamaba zelotes porque seguían el ejemplo de Matatías, también de sus hijos y seguidores, que manifestaron celo por la ley de Dios cuando Antíoco IV intentó suprimir la religión judía (1 Mac. 2.24–27), y el ejemplo de Finees, que evidenció un celo parecido en momentos de apostasía en el desierto (Nm. 25.11; Sal. 106.30).
El movimiento, no mencionado como tal en el Nuevo Testamento, comenzó cuando Judas el galileo encabezó una sublevación contra los romanos en el año 6 después de Cristo (Hechos 5.37), considerándose el sucesor espiritual de los macabeos. Cuando aplastaron la sublevación, los zelotes quedaron como el ala extremista de los fariseos, dispuestos a recurrir a las armas antes que pagar tributo.
Los zelotes tomaron parte activa en la gran rebelión de 66–73 después de Cristo en contra de los romanos, siendo los últimos en ser reducidos en su fortaleza de Masada, cerca del mar Muerto, recientemente investigada por los arqueólogos.
Simón debe de haber sido miembro del partido antes de acudir a Jesús. El fanatismo de los zelotes contribuyó a desencadenar la guerra entre judíos y romanos.
Los zelotes eran vistos como un partido de patriotas judíos militantes del primer siglo. Su movimiento comenzó con Judas de Calilea en los días de Quirino como una oposición clandestina al poderío romano. Ellos sostenían que la violencia era justificada si libraba a la nación de sus opresores extranjeros.
Josefo los describió como fanáticos cuyas extravagantes demandas y destemplada imprudencia se transformaron en obstáculos para su propia causa.
Su objetivo era una Judea independiente del Imperio romano mediante la lucha armada
En doctrina eran muy parecidos a los fariseos a causa de su interpretación nacionalista en extremo del Antiguo Testamento, y en espíritu eran como los macabeos. Su intenso deseo de un reino independiente pudiera, haber llevado a algunos de ellos a buscar la compañía de los discípulos de Jesús. Por lo menos a uno de ellos, Simón, se distingue de Simón Pedro por ser llamado “el zelote” (Lc. 6:15; Hch. 1:13).

10. ¿Es cierto que Pedro era un furibundo zelote?

Simón el Cananeo, también llamado Simón el Zelote, fue uno de los doce apóstoles de Jesús de Nazaret. Es el apóstol del que existe menos información.34​ El teólogo y doctor de la Iglesia Jerónimo de Estridón no le menciona en su obra De viris illustribus (Los varones ilustres), escrita entre el 392-393.5​ Predicó por Oriente Medio.
El nombre de Simón está en los tres evangelios sinópticos (de Mateo, Marcos y Lucas) y en el libro de Hechos de los apóstoles siempre que se ofrece una lista de los apóstoles, pero no se dan más detalles sobre él.
Para distinguirlo del apóstol Pedro (llamado anteriormente Simón) a este otro apóstol se le llama Simón el Cananeo en los evangelios de Mateo y Marcos, y se le llama Zelote en el Evangelio de Lucas y en los Hechos de los apóstoles. Para el papa Benedicto XVI ambos calificativos son equivalentes, ya que "zelote" significa "celoso" y en hebreo el verbo qanà’ significa "ser celoso, apasionado".
Esta es una virtud que, en el libro del Éxodo, también tiene Dios con el pueblo elegido y que también poseen los hombres que se entregan a Dios, como el profeta Elías.4
Robert Eisenman ha señalado las referencias talmúdicas contemporáneas a los zelotes como kanna'im, opinando que "en realidad no eran un grupo, sino más bien gente que defendía a los sacerdotes del templo".6​ Las conclusiones posteriores de Eisenman dicen que la presencia de zelotes en el grupo de apóstoles original fue disfrazada y reescrita para apoyar la versión del cristianismo paulino de los gentiles. Estas conclusiones han sido controvertidas. John P. Meier ha señalado que el término "zelote" es una mala traducción y que en el contexto de los evangelios significa "celo" o "celos" (en este caso, para mantener la Ley de Moisés), ya que el movimiento zelote no existió hasta 30 o 40 años después de los acontecimientos de los evangelios.7​ No obstante, los académicos S. Brandon8​ y Martin Hengel9​ no susbscriben esa perspectiva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario