domingo, 9 de junio de 2019

LA PRESENTE EDICIÓN ESTARÁ VIGENTE DEL 10 AL 16 DE JUNIO 2019

En esta décima octava edición vamos a dar respuesta a seis preguntas que nos fueron planteadas por nuestros amigos y amigas lectores. Y que nuestro biblista y teólogo cibernético va a tratar de responder gracias a su contante espíritu de investigación.

Es muy importante tener claro que lo más importante cuando leemos la Biblia es estar seguros de que hemos comprendido todo el significado de las palabras y sobre todos de algunos conceptos relacionados con la época en que se realizaron los hechos. También nos surgen interrogantes sobre temas no bíblicos. Así es que comenzamos con nuestro encuentro de esta semana.
Estas son las seis preguntas que nos han planteado y que vamos a tratar de contestar de la mejor manera posible:
 1.Quiénes fueron realmente los doce discípulos o apóstoles de Jesucristo?
2.  ¿Qué son en realidad los Diez Mandamientos?
3.  ¿Condena la Biblia la esclavitud?
4. ¿Existe tal cosa como la verdad absoluta o la verdad universal?
5. ¿Por qué los judíos y los árabes o musulmanes se odian mutuamente?
6. ¿Por qué eligió Dios a Israel para ser su pueblo elegido?

1. Quiénes fueron realmente los doce (12) discípulos / apóstoles de Jesucristo?
Comencemos diciendo que la palabra “discípulo” significa “aprendiz” o “seguidor”. La palabra “apóstol” se refiere a “uno que es enviado”. Mientras Jesús estuvo en el mundo, los doce fueron llamados discípulos. Los 12 discípulos siguieron a Jesucristo, aprendieron de Él, y fueron entrenados por Él. Después de la resurrección y ascensión de Jesús, Él envió a Sus discípulos para convertirse en Sus testigos (Mateo 28:18-20Hechos 1:8).
Entonces ahí que ellos fueron conocidos como los doce apóstoles. Sin embargo, incluso cuando Jesús aún estaba todavía en el mundo, los términos “discípulos” y apóstoles” fueron utilizados indistintamente. 
Los doce discípulos o apóstoles originales están registrados en 
Mateo 10:2-4, “Los nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo, Simón el cananita, y Judas Iscariote, el que también le entregó”.
Por otra parte la biblia también nombra a los 12 discípulos / apóstoles en Marcos 3:16-19 y Lucas 6:13-16. Comparando estos tres pasajes, hay un par de pequeñas diferencias en los nombres. Parece que Tadeo también era conocido como “Judas, hermano de Jacobo” (Lucas 6:16) y Lebeo (Mateo 10:3). Simón el Zelote también era conocido como Simón el cananita (Marcos 3:18). Judas Iscariote, quien traicionó a Jesús, fue reemplazado por Matías entre los doce apóstoles (ver Hechos 1:20-26).
Algunos maestros bíblicos “invalidaron” a Matías como miembro de los 12 apóstoles, y en su lugar creyeron que el apóstol Pablo fue elegido por Dios para reemplazar a Judas Iscariote como el doceavo apóstol. 
Los doce discípulos o apóstoles fueron hombres ordinarios, a quienes Dios utilizó de una manera extraordinaria. Entre los 12 había pescadores, un cobrador de impuestos y un revolucionario. Los Evangelios registran las constantes caídas, luchas y dudas de estos doce hombres que siguieron a Jesucristo. Después de ser testigos de la resurrección y ascensión de Jesús al Cielo, el Espíritu Santo transformó a los discípulos o apóstoles en poderosos hombres de Dios, quienes “trastornaron al mundo entero” (
Hechos 17:6). ¿Cuál fue el cambio? Los 12 apóstoles o discípulos “habían estado con Jesús” (Hechos 4:13). ¡Ojalá se diga lo mismo de nosotros! 

2- ¿Qué son en realidad los Diez Mandamientos?

Los Diez Mandamientos son diez leyes en la biblia que Dios dio a la nación de Israel poco después de su éxodo desde Egipto. Los Diez Mandamientos son esencialmente un resumen de los más de 600 mandamientos contenidos en la ley del Antiguo Testamento. Los primeros cuatro mandamientos tratan de nuestra relación con Dios. Los siguientes seis mandamientos tratan de nuestra relación con los demás. Los Diez Mandamientos están registrados en la biblia en Éxodo 20:1-17 y Deuteronomio 5:6-21 y, son los siguientes: 

(1) “No tendrás dioses ajenos delante de mí”. Este mandamiento es contra la adoración de cualquier otro dios que no sea el único Dios verdadero. Todos los otros son dioses falsos. 

(2) “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos”. Este mandamiento es en contra de hacer un ídolo, una representación visible de Dios. No hay imagen que podamos crear que pueda representar fielmente a Dios. El hacer un ídolo que represente a Dios es adorar un dios falso. 

(3) “No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano”. Este mandamiento prohíbe tomar el nombre del Señor en vano. No debemos tomar el nombre de Dios a la ligera. Debemos mostrar reverencia a Dios mencionándolo solo de manera honrosa y respetuosa. 

(4) “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es de reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tu, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó”. Este es un mandamiento para apartar el sábado (el último día de la semana) como un día de reposo dedicado al Señor. 

(5) “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da”. Este es un mandamiento para que siempre trates a tus padres con honor y respeto. 

(6) “No matarás”. Este es un mandamiento contra el asesinato premeditado de otro ser humano. 

(7) “No cometerás adulterio”. Este es un mandamiento en contra de tener relaciones sexuales con alguna otra persona que no sea tu cónyuge. 

(8) “No hurtarás”. Este mandamiento es en contra de tomar cualquier cosa que no nos pertenezca sin permiso de la persona a quien pertenece. 

(9) “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio”. Este mandamiento es en contra de testificar falsamente contra otra persona. Es esencialmente un mandamiento que está en contra de la mentira. 

(10) “No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo”. Este es un mandamiento en contra de desear cualquier cosa que no te pertenezca. El codiciar puede conducir a quebrantar los mandamientos antes mencionados: matar, adulterar y robar. Si está mal hacer algo, está igualmente mal el desear hacerlo. 

Mucha gente erróneamente considera los Diez Mandamientos como un conjunto de reglas que, si se siguen, garantizarán la entrada al cielo después de la muerte. En contraste, el propósito de los Diez Mandamientos es forzar a la gente a darse cuenta de que no pueden obedecer perfectamente la Ley (
Romanos 7:7-11), y por lo tanto necesitan la misericordia y gracia de Dios. A pesar de las afirmaciones del joven rico en Mateo 19:16, nadie puede obedecer perfectamente los Diez Mandamientos (Eclesiastés 7:20). Los Diez Mandamientos demuestran que todos hemos pecado (Romanos 3:23
) y por lo tanto estamos en necesidad de la misericordia y gracia de Dios, disponible sólo a través de la fe en Jesucristo.

3- ¿Condena la Biblia la esclavitud?

Mis estimados amigos existe una tendencia a considerar la esclavitud como algo del pasado. Pero se estima que hoy en día hay más de 27 millones de personas en el mundo que están sujetas a la esclavitud: trabajo forzado, comercio sexual, propiedad hereditaria, etc. Como aquellos que han sido redimidos de la esclavitud del pecado, los seguidores de Jesucristo deben ser los principales defensores de la eliminación de la esclavitud humana en el mundo de hoy. La pregunta que surge, sin embargo, es: ¿por qué la biblia no se pronuncia enérgicamente en contra de la esclavitud? ¿Por qué la biblia, de hecho, parece apoyar la práctica de la esclavitud humana? 

La biblia no condena específicamente la práctica de la esclavitud. Da instrucciones de cómo deben ser tratados los esclavos (
Deuteronomio 15:12-15Efesios 6:9Colosenses 4:1), pero no la prohíbe del todo. Muchos ven esto como si la biblia permitiera todas las formas de esclavitud. Lo que mucha gente no entiende es que la esclavitud en los tiempos bíblicos, era una forma de esclavitud muy diferente a la que se practicaba en los siglos pasados en muchas partes del mundo. La esclavitud en la biblia no estaba basada en la raza. La gente no era esclavizada por su nacionalidad o por el color de su piel. En los tiempos bíblicos, la esclavitud era más bien un estatus social. La gente se vendía como esclavos cuando no podían pagar sus deudas o mantener a sus familias. En los tiempos del Nuevo Testamento, algunas veces los doctores, los abogados y aún políticos eran esclavos de alguien más. De hecho, algunas personas elegían ser esclavos para tener cubiertas todas sus necesidades por sus amos. 

La esclavitud de los siglos pasados con frecuencia estaba basada exclusivamente en el color de la piel. En Estados Unidos, la gente negra era considerada como esclava por su nacionalidad; muchos dueños de esclavos verdaderamente creían que las personas negras eran “seres humanos inferiores” a la gente blanca. La biblia condena la esclavitud basada en la raza, ya que enseña que todos los hombres son creados por Dios a Su imagen y semejanza (
Génesis 1:27). Al mismo tiempo, el Antiguo Testamento permitió la esclavitud basada en la economía y la reguló. El punto clave es que la esclavitud permitida en la biblia de ninguna manera se asemeja a la esclavitud racial que plagó nuestro mundo en los siglos pasados. 

Además, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento condenan la práctica del "robo de hombres", que es lo que ocurrió en África en el siglo XIX. Los africanos fueron acorralados por cazadores de esclavos, quienes los vendieron a traficantes de esclavos, que los trajeron al Nuevo Mundo para trabajar en plantaciones y granjas. Esta práctica es aborrecible para Dios. De hecho, la pena por tal crimen en la Ley de Moisés era la muerte: "Asimismo el que robare una persona y la vendiere, o si fuere hallada en sus manos, morirá" (
Éxodo 21:16). De manera similar, en el Nuevo Testamento, los traficantes de esclavos se mencionan entre aquellos que son "impíos y pecadores" y están en la misma categoría que aquellos que matan a sus padres o madres, asesinos, adúlteros y pervertidos, y mentirosos y perjuros (1 Timoteo 1:8-10). 

Otro punto crucial es que el propósito de la biblia es señalar el camino a la salvación, no reformar la sociedad. Con frecuencia la biblia aborda temas desde adentro hacia fuera. Si una persona experimenta el amor, la misericordia y la gracia de Dios, recibiendo Su salvación, Dios reformará esa alma, cambiando su forma de pensar y actuar. Una persona que ha experimentado el don de la salvación de Dios y la libertad de la esclavitud del pecado, mientras Dios transforma su alma, se dará cuenta de que el esclavizar a otro ser humano es malo. Podrá ver como Pablo, que un esclavo puede ser "como hermano amado...en el Señor" (
Filemón 1:16
). La persona que realmente ha experimentado la gracia de Dios, reflejará también esta gracia hacia otros. Esa sería la receta de la biblia para la terminación de la esclavitud. 

4. ¿Existe tal cosa como la verdad absoluta o la verdad universal?

Mis estimados amigos para poder entender la verdad absoluta o verdad universal, comencemos por definir lo que es la verdad. La verdad es definida en el diccionario como “conformidad con los hechos o realidades; una declaración probada de ser o aceptada como verdadera”. Algunas personas hoy en día dirían que no existe una realidad verdadera, sólo percepciones y opiniones. Por otra parte, otros argumentarían que debe haber alguna realidad o verdad absoluta. 

Un punto de vista dice que no existen absolutos que definan la realidad. Aquellos que sostienen esta opinión, creen que todo es relativo, y por lo tanto no existe la realidad verdadera. Por esa razón, finalmente no hay absolutos morales ni una autoridad que decida si una acción es positiva o negativa, buena o mala. Este punto de vista nos conduce a la “ética situacional”, la creencia de que lo que es bueno o malo, es relativo a la situación. No hay bien o mal; por lo tanto, lo que se siente o parece correcto en ese momento y en esa situación es correcto. Por supuesto, la ética situacional conduce a una mentalidad y estilo de vida subjetivo de hacer “lo que se sienta bien”, que tiene un efecto devastador en sociedades e individuos. Esto es postmodernismo, creando una sociedad que considera todos los valores, creencias, estilos de vida y afirmaciones de la verdad como igualmente válidos. 

El otro punto de vista cree que sí existen las realidades absolutas o criterios que definen lo que es verdad y lo que no es. Por lo tanto, las acciones pueden ser determinadas como correctas o equivocadas por la forma como miden esos criterios absolutos. ¿Puedes imaginarte el caos que habría si no existieran los absolutos ni la realidad? Toma, por ejemplo, la ley de la gravedad. Si ésta no fuera un absoluto, no podríamos estar seguros de que podríamos estar de pie o sentados en un solo lugar hasta que decidiéramos movernos. O si 2 + 2 ya no fuera siempre cuatro, los efectos sobre la civilización serían desastrosos. Las leyes de la ciencia y la física serían irrelevantes, y el comercio sería imposible. Qué desorden habría. Afortunadamente sí existe la verdad absoluta y ésta puede ser encontrada y entendida. 

La sola idea de alguien que haga la declaración de que no hay una verdad absoluta es totalmente ilógica. Aún así, en la actualidad, mucha gente está siguiendo este relativismo cultural que en su esencia niega cualquier tipo de verdad absoluta. Una buena pregunta que se puede hacer a tales personas que dicen que “no hay una verdad absoluta” es; “¿Estás absolutamente seguro de eso?”. Si dicen "sí", han hecho una declaración absoluta, que en sí misma implica la existencia de absolutos. Están diciendo que el hecho mismo de que no existe una verdad absoluta es la única verdad absoluta. 

Además del problema de la propia contradicción, existen muchos problemas lógicos que uno debe vencer para aceptar o creer que no hay verdades absolutas / verdades universales. Uno es que todos los humanos tienen un conocimiento limitado y mentes finitas y, por lo tanto, no pueden lógicamente hacer declaraciones negativas absolutas. Una persona no puede decir lógicamente: "No hay Dios" (aunque muchos lo hagan), porque, para hacer tal declaración, necesitaría tener un conocimiento absoluto de todo el universo de principio a fin. Como eso es imposible, lo más que se puede decir lógicamente es: "Con el conocimiento limitado que tengo, no creo que haya un Dios".

Otro problema con la negación de la verdad absoluta / verdad universal, es el hecho de que no se vive conforme a lo que sabemos que es la verdad en nuestras propias conciencias, en nuestras propias experiencias, y lo que vemos en el “mundo real”. Si no hay tal cosa como la verdad absoluta, entonces finalmente no hay nada correcto o incorrecto acerca de nada. Lo que puede ser “bueno para ti” no significa que sea “bueno para mí”. Mientras que superficialmente este tipo de relativismo parece ser muy atractivo, lo que significa es que cada uno establece sus propias reglas para vivir y hacer lo que piense que es correcto. Esto causaría problemas en cuanto a que el sentido de lo correcto para una persona, chocaría con el de otra. Por ejemplo, ¿qué sucedería si para mi “está bien” el ignorar la luz de los semáforos, aún cuando esté en rojo? De esta manera, pongo en riesgo la vida de otros. O, yo podría pensar que está bien robarte y tú puedes pensar que no está bien. Claramente, nuestros estándares de lo correcto y lo incorrecto están en conflicto. Si no hay una verdad absoluta, un estándar de lo que está bien y lo que está mal de lo que todos somos responsables, entonces nunca podremos estar seguros de nada. La gente sería libre de hacer lo que quisiera: asesinar, violar, robar, mentir, engañar, etc., y nadie podría decir que esas cosas estarían mal. No podría haber gobierno, ni leyes, ni justicia, porque ni siquiera se podría decir que la mayoría de la gente tiene el derecho de hacer y hacer cumplir las normas sobre la minoría. Un mundo sin absolutos sería el mundo más horrible que se pueda imaginar. 

Desde un punto de vista espiritual, este tipo de relativismo resulta en una confusión religiosa, porque no podría haber una religión verdadera, ni ninguna manera de tener una correcta relación con Dios. Todas las religiones por lo tanto serían falsas, porque todas ellas declaran enseñar o creer en algún tipo de vida después de la vida. Esto es por lo que no es raro en la actualidad que la gente crea que dos religiones diametralmente opuestas puedan ser igualmente “verdaderas” aún cuando ambas declaren tener el único camino al cielo o enseñar dos “verdades” totalmente opuestas. La gente que no cree en la verdad absoluta, ignora estas declaraciones y adopta un universalismo más tolerante que enseña que todas las religiones son iguales y que todas ellas conducirán al cielo. Esto es también por lo que la gente que adopta este punto de vista mundano se opone vehementemente a los cristianos evangélicos quienes creen en lo que dice la biblia donde Jesús se declara ser “…el camino, y la verdad, y la vida” y que Él es la máxima manifestación de la verdad y el único camino por el que uno puede llegar al cielo (
Juan 14:6). 

La tolerancia se ha convertido en la única virtud esencial de la sociedad postmoderna, la única absoluta, y, por lo tanto, la intolerancia es el único mal. Cualquier creencia dogmática -especialmente la creencia en la verdad absoluta, es vista como intolerancia, el último pecado. Aquellos que niegan la verdad absoluta a menudo dirán que está bien creer lo que quieres, siempre y cuando no trates de imponer tus creencias a los demás. Pero este punto de vista en sí mismo es una creencia sobre lo que está bien y lo que está mal, y aquellos que tienen esta visión definitivamente tratan de imponerla a otros. Establecen un estándar de comportamiento que insisten en que otros sigan, violando así lo que afirman defender: otra posición de auto-contradicción. Aquellos que sostienen tal creencia simplemente no quieren ser responsables de sus acciones. Si hay verdad absoluta, entonces hay normas absolutas de lo que está bien y lo que está mal, y debemos rendir cuentas de acuerdo con esas normas. Esta responsabilidad es lo que la gente realmente está rechazando cuando rechazan la verdad absoluta. 

La negación de la verdad absoluta / verdad universal y el relativismo cultural que viene de ello, es simplemente el resultado lógico de una sociedad que ha adoptado la teoría de la evolución como la explicación de la vida. Si la evolución es verdad, entonces la vida no tiene significado alguno, no tenemos un propósito, y no puede haber ningún absoluto del bien o del mal. El hombre es entonces libre de vivir la vida como le plazca y no es responsable ante nadie por sus acciones. Y, sin embargo, no importa cuánto quiera negar el hombre pecador la existencia de Dios y Su verdad absoluta, ellos estarán algún día delante de Él para ser enjuiciados. La biblia dice, “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de Él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios” (
Romanos 1:18-22). 

¿Hay alguna evidencia de la existencia de la verdad absoluta? Si. La primera evidencia para la existencia de la verdad absoluta es apreciada en nuestra conciencia. Nuestra conciencia nos dice que el mundo debería ser de “cierta manera”, que algunas cosas están “bien” y algunas otras “mal”. Nos ayuda a entender que hay algo malo con el sufrimiento, el hambre, y la maldad. Nos hace apreciar que el amor, la generosidad, la compasión y la paz son cosas positivas por las que debemos luchar. Esto es universalmente verdad en todas las culturas en todas las épocas. La biblia describe el papel de la conciencia humana en 
Romanos 2:14-16. “Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio”. 

La segunda evidencia para la existencia de la verdad absoluta es apreciada en la ciencia. La ciencia es simplemente la búsqueda del conocimiento. Es el estudio de lo que conocemos y la demanda de conocer más. Por lo tanto, todo estudio científico por necesidad debe estar fundamentado sobre la creencia de que hay realidades objetivas que existen en el mundo y, estas realidades se pueden descubrir y probar. Sin los absolutos, ¿qué sería del estudio científico? ¿Cómo puede uno saber que los descubrimientos que hicieron eran reales? De hecho, las mismas leyes de la ciencia están fundadas en la existencia de la verdad absoluta. 

La tercera evidencia para la existencia de la verdad absoluta / verdad universal, es la existencia de la religión. Todas las religiones del mundo son un intento de dar significado y definición a la vida. Ellas nacieron del hecho de que el ser humano desea algo más que la simple existencia. A través de la religión, la gente está buscando a Dios, la esperanza para el futuro, el perdón de pecados, la paz en medio de nuestras luchas, y las respuestas a nuestros más profundos cuestionamientos. La religión es evidencia real de que el ser humano es más que simplemente una especie animal altamente evolucionada. Es la evidencia de un propósito más alto y el hecho de que verdaderamente hay un Creador con un propósito personal y determinado, quien implantó en el hombre el deseo de conocerlo. Y si de verdad hay un Creador, entonces Él se convierte en la representación de la verdad absoluta, y es Su autoridad la que establece esta verdad. 

Afortunadamente, sí, hay tal Creador y Él nos ha revelado Su verdad a través de Su misma Palabra, la biblia. Si queremos conocer la verdad absoluta / verdad universal, la única manera de hacerlo es a través de una relación personal con Aquel que clamó ser la “Verdad”, Jesucristo. “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (
Juan 14:6). El hecho de que la verdad absoluta existe, nos guía a la verdad de que hay un Dios soberano quien creó los cielos y la tierra y quien se ha revelado a Sí mismo a nosotros, para que podamos conocerle personalmente a través de Su Hijo Jesucristo. Esa es la Verdad absoluta. 

5. ¿Por qué los judíos y los árabes / musulmanes se odian mutuamente?


Primero, es importante entender que no todos los árabes son musulmanes, y que no todos los musulmanes son árabes. Mientras que la mayoría de los árabes son musulmanes, hay muchos que no lo son. Es más, hay un mayor número de musulmanes no árabes (en áreas tales como Indonesia y Malasia) que árabes musulmanes. Segundo, es importante recordar que no todos los árabes odian a los judíos, que no todos los musulmanes odian a los judíos y que no todos los judíos odian a los árabes y musulmanes. Debemos ser cuidadosos de evitar estereotipar a la gente. Sin embargo, en términos generales, los árabes y los musulmanes tienen un rechazo y desconfianza hacia los judíos y viceversa. 

Si hay una explicación bíblica explícita para esta hostilidad, ésta proviene desde Abraham. Los judíos son descendientes de Isaac el hijo de Abraham. Los árabes son descendientes de Ismael, también hijo de Abraham. Habiendo sido Ismael el hijo de una esclava egipcia (
Génesis 16:1-6), e Isaac habiendo sido el hijo prometido que heredaría las bendiciones de Abraham (Génesis 21:1-3), obviamente habría alguna hostilidad entre los dos hijos. Como resultado de las burlas de Ismael hacia Isaac (Génesis 21:9), Sara habló con Abraham, solicitándole que enviara a Agar y su hijo Ismael lejos de ahí (Génesis 21:11-21). Probablemente esto causó aún más desprecio en el corazón de Ismael por Isaac. Un ángel le profetizó a Agar que Ismael sería: “...hombre fiero; su mano será contra todos, y la mano de todos contra él” (Génesis 16:11-12

La religión del Islam, a la cual pertenecen una mayoría de árabes, ha hecho esta hostilidad aún más profunda. El Corán contiene algunas instrucciones contradictorias para los musulmanes respecto a los judíos. En un punto, se instruye a los musulmanes a tratar a los judíos como hermanos, y en otro, ordena a los musulmanes a atacar a los judíos que rehúsen convertirse al Islam. El Corán también introduce un conflicto en cuanto a quién es el verdadero hijo de la promesa de Abraham. Las Escrituras hebreas dicen que fue Isaac. El Corán dice que fue Ismael. El Corán enseña que fue Ismael a quien Abraham casi sacrificó al Señor, no Isaac (en contradicción a Génesis capítulo 22). Este debate sobre quien fue el hijo de la promesa, contribuye a la hostilidad actual. 

Sin embargo, la más antigua raíz de amargura entre Isaac e Ismael, no explica toda la actual hostilidad entre judíos y árabes. De hecho, por miles de años en la historia del Medio Oriente, los judíos y los árabes vivieron en relativa paz e indiferencia de unos hacia otros. La causa primaria de la hostilidad tiene un origen más reciente. Después de la II Guerra Mundial, cuando las Naciones Unidas les dieron una porción de la tierra de Israel a los judíos, la tierra en ese tiempo, estaba habitada primeramente por los árabes (los palestinos). La mayoría de los árabes protestaron vehementemente en contra de que la nación de Israel ocupara esa tierra. Las naciones árabes se unieron y atacaron a Israel en un intento por sacarlos de esa tierra; pero a fin de cuentas fueron derrotados por Israel. Desde entonces, ha habido una gran hostilidad entre Israel y sus vecinos árabes. Si miras en el mapa, Israel ocupa una pequeña franja de tierra y está rodeada por varias naciones árabes mucho más grandes, tales como Jordania, Siria, Arabia Saudita, Iraq y Egipto. Creemos que, bíblicamente hablando, Israel tiene un derecho de existir como nación en la propia tierra que Dios les dio a los descendientes de Jacob, nieto de Abraham. Al mismo tiempo, creemos firmemente que Israel debería buscar la paz y mostrar respeto por sus vecinos árabes. El 
Salmo 122:6 dice, “Pedid por la paz de Jerusalén; sean prosperados los que te aman”. 

6. ¿Por qué eligió Dios a Israel para ser su pueblo elegido?

Hablando de la nación de Israel, Deuteronomio 7:7-9 nos dice, “No por ser vosotros más que todos los pueblos, os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto. Conoce, pues, que Jehová tu Dios, es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos hasta mil generaciones”. 

Dios eligió a la nación de Israel para ser el pueblo a través del cual Jesucristo nacería – el Salvador del pecado y la muerte (
Juan 3:16). Dios primeramente prometió el Mesías después de que Adán y Eva cayeron en pecado (Génesis capítulo 3). Más tarde, Dios confirmó que el Mesías vendría del linaje de Abraham, Isaac y Jacob (Génesis 12:1-3). Jesucristo es la razón fundamental por la que Dios eligió a Israel para ser Su pueblo especial. Dios no tenía por qué tener un “pueblo elegido”, pero Él decidió hacerlo de esa manera. Jesús habría de venir de alguna nación o pueblo, y Dios eligió a Israel. 

Sin embargo, la razón por la que Dios eligió a la nación de Israel no fue solamente por el propósito de producir al Mesías. El deseo de Dios para Israel era que ellos irían y enseñarían a otros acerca de Él. Israel fue destinado para ser nación de sacerdotes, profetas y misioneros para el mundo. La intención de Dios era que Israel fuera un pueblo diferente, una nación de gente que señalara a otros el camino hacia Dios y Su prometida provisión de un Redentor, Mesías y Salvador. En su mayor parte, Israel falló en esta tarea. Sin embargo, el propósito principal de Dios para Israel, que era el de traer el Mesías al mundo, fue plenamente cumplido en la persona de Jesucristo. 


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