En esta nuestra 27
edición vamos a dar respuesta a diez preguntas que nos fueron planteadas por
nuestros amigos y amigas lectores. Y que nuestro biblista y teólogo cibernético
va a tratar de responder gracias a su contante espíritu de investigación.
Es muy importante tener claro que lo
más importante cuando leemos la Biblia es estar seguros de que hemos
comprendido todo el significado de las palabras y sobre todos de algunos
conceptos relacionados con la época en que se realizaron los hechos. También
nos surgen interrogantes sobre temas no bíblicos. Así es que comenzamos con
nuestro encuentro de esta semana. Las preguntas planteadas para esta
semana y sus respectivas respuestas son las siguientes:
1. ¿Qué significaban los niños en la época de
Jesús?
2. Qué
era el cambio de suerte en el más allá?
3. ¿Qué me puede
decir sobre el pueblito de Naim?
4. ¿Cómo
expresaban los judíos el dolor ante la muerte?
5. ¿Cómo era la geografía del lago de galilea?
6. ¿Qué me puede
decir sobre los milagros de Jesús en la naturaleza?
7. ¿Qué me puede contar sobre la ciudad de Gerasa?
8. ¿Qué
significaba el cerdo para los judíos en la época de Jesús?
9.. ¿Qué tiene de
particular la narración del endemoniado de Gerasa?
10. Estimado
profesor bíblico mi pregunta de hoy son dos en una: ¿Qué es recomendable hacer si soy víctima de brujería? ¿Que no debo
hacer?

Desde el
punto de vista de las leyes y de las obligaciones y derechos religiosos, el
poco valor de los pequeños se describía incluyendo a los niños en esta fórmula,
habitual en los escritos de la época: “sordomudos, idiotas y menores de edad”.
También
aparecían citados junto a los ancianos, enfermos, esclavos, mujeres, tullidos,
homosexuales y ciegos. Al igual que Jesús tuvo una actitud auténticamente
revolucionaria con las mujeres, su actitud con los niños resultó sorprendente
en su sociedad y en su tiempo. Los hizo destinatarios privilegiados del Reino
de Dios en cuanto niños, dando a entender que los pequeños están más cerca de
Dios que los adultos. Para él tuvieron valor no por lo que iban a ser de
mayores, sino por lo que ya eran. La actitud de Jesús no tiene precedente en
las tradiciones de sus antepasados.
Cuando Jesús
habló a los adultos y les dijo que para entrar en el Reino de Dios tenían que
hacerse como niños, no se estaba refiriendo a recobrar la pureza de los niños,
entendiendo la pureza como castidad. La idea de que el niño es más puro que el
adulto era ajeno al pensamiento israelita. Jesús se refería a la actitud de
confianza que se debe tener ante Dios, que es Padre.
2. ¿QUE era EL CAMBIO DE SUERTE EN EL MAS ALLÁ?
En todas las
culturas existen cuentos en los que se describe el cambio de suerte que
experimentarán los seres humanos en el más allá, ante el Tribunal de Dios.
Expresan la rebelión popular ante las injusticias de la historia. Basándose en
narraciones de este tipo, Jesús contó la parábola del pobre Lázaro y el rico
Epulón, donde Dios escucha las razones de ambos y toma partido por el pobre.
Los nombres de los protagonistas son simbólicos: Lázaro significa “Dios ayuda”
y Epulón significa “opulento”.
La parábola
de Lázaro y Epulón se ha utilizado comúnmente para hablar del infierno y de un
Dios cruel que niega hasta una gota de agua al rico, casi arrepentido al ver
los castigos que le esperan. Jesús no trató, ni en esta parábola ni nunca, de
asustar a sus oyentes con las llamas del infierno ni jamás habló de un Dios
vengativo. Lo que sí mostró es la radicalidad del juicio de Dios, que no se
deja engañar por las excusas del rico.
Naím es
una pequeña ciudad situada a 15 kilómetros de Nazaret, en las faldas del monte
Gavial y custodiada de cerca por la altura del monte Tabor. Su nombre significa
“Bonita”. Actualmente, una pequeña iglesia franciscana recuerda el paso de
Jesús por esta aldea.
Por otra parte,
le puedo decir que el nombre de este asentamiento aparece en las
versiones siria y griega de la Biblia como Nain (Luc 7:11). Por el contrario,
en el midrás Genesis-Rabba se le deriva de Na†™im (es decir, †œamable†); el nombre
corriente en tiempos de Jesús podría haber sido, pues, Na†™im.
Sus pobladores mahometanos actuales, que apenas llevan allí doscientos
años, designan el lugar Nein (vulgar: Nen).
Hoy ya no se puede encontrar en Naím ninguna nota amable. Es un pequeño montón de ruinas miserables, con una capilla en la que se venera el lugar del milagro de Naím, y que se levantó en 1880 en el punto en que se alzaba una iglesia de los cruzados ya destruida. Supuestamente la iglesia cruzada habría estado sobre la casa de la viuda, cuyo hijo resucitó Jesús. Los franciscanos del Tabor celebran allí de vez en cuando algún servicio litúrgico.
Hoy ya no se puede encontrar en Naím ninguna nota amable. Es un pequeño montón de ruinas miserables, con una capilla en la que se venera el lugar del milagro de Naím, y que se levantó en 1880 en el punto en que se alzaba una iglesia de los cruzados ya destruida. Supuestamente la iglesia cruzada habría estado sobre la casa de la viuda, cuyo hijo resucitó Jesús. Los franciscanos del Tabor celebran allí de vez en cuando algún servicio litúrgico.
Las dimensiones de la antigua Naím no han podido establecerse hasta ahora. Los restos de ruinas que se han encontrado más allá de la aldea no son probablemente restos de edificios del tiempo de Jesús. No ha podido descubrirse hasta ahora ninguna puerta, aunque en 1865 aún pudieron verse huellas de una muralla de la ciudad (Tristam, The Land of Israel, Londres).
Naím está en la preterraza septentrional del monte Dahi (dyebel el-Dahi), de 515 m sobre el nivel del mar y hermano gemelo del Tabor; queda pues entre ambos montes, aunque al pie del Dahi. Los primitivos peregrinos cristianos dieron a ese monte el nombre de Hermón (Hermonim, †œpequeño Hermón†), porque el Sal 89/Luc 88:13 canta: †œEl Tabor y el Hermón ensalzan tu nombre.† Se creyó, en consecuencia, que se trataba de dos montañas vecinas. Pero el Salmo piensa en el verdadero Hermón.
La fuente de caudal abundante fertilizaba ya entonces las tierras al noroeste del asentamiento. Olivos e higueras le confieren su marca, destacando su follaje oscuro sobre los campos de trigo de la llanura de Israel. Eso tal vez podría haber motivado el topónimo de lugar †œamable.†
La ciudad antigua de Naím pudo haber tenido dos puertas: una al oeste, llamada tal vez Puerta del Agua, porque conducía a la fuente, en dirección a la llanura y a la ruta noroccidental, camino de Nazaret. Y otra puerta al este, hacia Endor y mirando hacia el camino que conducía en dirección nordeste. A través de esa puerta oriental pasó ciertamente el cortejo fúnebre del joven de Naím, pues que las antiguas tumbas rupestres, en una de las cuales deberían de haberlo sepultado, quedan al nordeste: en la falda del Dahi. Todavía hoy pueden verse algunas de tales tumbas.
4. ¿Cómo
EXPRESABAN LOS JUDIOS EL DOLOR ANTE LA MUERTE?
No sólo
lloraban al difunto sus vecinos y parientes. También acudían las plañideras,
que tenían por profesión llorar a los muertos e incluso recibían dinero por
hacerlo.
Los
israelitas expresaban su dolor ante la muerte con distintos gestos: se rasgaban
los vestidos, se dejaban sueltos los cabellos, se daban golpes de pecho, se
echaban ceniza en la cabeza.
Desde que se
tenía noticia de la muerte de alguien hasta el entierro del cadáver, que solía
hacerse ocho horas después del fallecimiento, se lloraba al muerto con un
llanto ritual, a menudo escandaloso. El velorio y el entierro lo acompañaban
generalmente tañedores de flauta. Los familiares varones cargaban el cadáver en
un féretro o en parihuelas, precedidos por las mujeres.
Las
plañideras lloraban, gritando o cantando las lamentaciones, que casi siempre
comenzaban con un “ay”. Aún después del entierro, estos lamentos se repetían a
lo largo de siete días, tiempo que duraba el duelo en Israel.
5. ¿Cómo ERA LA GEOGRAFÍA DEL LAGO DE GALILEA?
La geografía
del lago de Galilea, flanqueado al norte por el cauce del Jordán y por altas
montañas, facilita la formación en sus aguas de aparatosas y sorpresivas
tormentas, con vientos huracanados y olas de gran altura.
Por otra parte, es digno de mencionar que en muchas
partes del mundo es llamado mar, pero en otras, sobre todo en las regiones del
Cercano Oriente, es conocido como lago de Tiberíades o lago de Genesaret, más
acorde con sus características. Se trata de un lago de agua dulce a 209 metros
debajo del nivel del mar enclavado en el noreste de Israel, al norte del Valle
del Jordán y a las orillas de la ciudad de Tiberíades. Su cuenca hidrográfica
abarca regiones tanto de Israel como de Siria y Líbano. Es reconocido entre los
cristianos por ser escenario de varios pasajes de la Biblia, entre ellos, el caminar de Jesús sobre las aguas.
El mar de Galilea es el único lago natural de agua dulce de
Israel. Tiene una superficie aproximada de 164-166 km2, 20-21 kilómetros de longitud,
12-13 kilómetros de anchura máxima y 4 km3 de volumen. Su punto más profundo se
localiza en la parte noreste, y registra 44-48 metros, si bien la profundidad
promedio es de 25.6-26 metros. Es
alimentado por manantiales subterráneos y principalmente por el río Jordán.
El río fluye a través del lago y continúa su camino hacia el sur a lo largo de
unos 39 kilómetros. Otros pequeños cuerpos de agua, como arroyos del Golán y
ramblas, descargan su agua desde las colinas de Galilea.
La región del mar suele experimentar veranos cálidos e
inviernos suaves, con una temperatura media de 14 ºC. A lo largo de la costa
del mar permanecen algunos importantes sitios históricos y religiosos, como la
ciudad bíblica de Cafarnaúm.
Creo de mucha importancia mencionar algunos
detalles sobre su formación: El mar de Galilea se formó como
consecuencia de procesos tectónicos. El valle sobre el que se
asienta es producto de la separación entre la placa Arábiga y la placa
Africana, y la expansión del fondo marino. La depresión se formó hacia el final
del Plioceno, y posteriormente sedimentos de lagos y pequeñas cantidades de
agua ocuparon una parte de su área. Entonces, tanto el mar de Galilea como el
mar Muerto son extensiones del Rift del mar Rojo.
Un dato interesante es que durante el período Cuaternario la
Tierra pasaba por un tiempo particularmente húmedo, y entonces el mar Muerto,
actualmente al sur del mar de Galilea, se amplió y extendió hasta que alcanzó a
este, pero el agua comenzó a retroceder hace cerca de 20,000 años.
Para estar de moda con el termino biodiversidad es bueno
acotar que: El clima agradable y la abundancia de agua logran un suelo fértil que favorece el crecimiento de varias especies de
plantas. El cultivo de dátil, plátano, frutas cítricas y hortalizas es próspero
desde hace siglos atrás, y a lo largo de la costa no es rara la visión de
cañas. El agua alberga zooplancton y varias especies de crustáceos acuáticos y
semiterrestres como Potamon potamios, moluscos
como Unio terminalis y Falsipygula barroisi, algas
microscópicas y peces como Tristramella simonis,
Tristramella sacra Acanthobrama terraesanctae, peces
damisela (Pomacentridae), peces del suborden Blennioidei, peces gato, barbos y
una especie de tilapia (Tilapiini), a la que se conoce como pez de San Pedro.
Algunas de las especies de peces están muy relacionados con algunos otros que
viven en los lagos de África.
Hasta mediados del
siglo XX, la nutria europea (Lutra lutra) era un
mamífero que visitaba las aguas del mar de Galilea.
Para terminar,
es bueno decirle que este lago tiene amenazas al respecto le puedo decir que: La pesca es una
actividad económica básica en la región del mar de Galilea desde la Antigüedad;
sin embargo, el turismo ganó terreno dado que a su alrededor se erigen
milenarias ciudades relacionadas con la historia del Cristianismo. En la
actualidad, es una región popular para pasar vacaciones en alguna de sus
playas. Por supuesto, las actividades humanas han
tenido impacto sobre la salud del ecosistema.
Durante los años en
los que se producen sequías el nivel del agua baja muchísimo, lo que preocupa a
los ecologistas pues el mar abastece de agua potable a la población de Israel,
que aumenta su demanda a medida que crece. Se teme que el agua adquiera salinidad
debido a que debajo se encuentran manantiales de agua salada. Por otra parte,
la especie Tristramella sacra no se ve desde la década de 1990, por
lo que se considera, de hecho, extinta.
En los
evangelios se narran seis milagros de Jesús “sobre la naturaleza”. El signo que
Jesús habría realizado en estas ocasiones, no fue la curación de una persona,
sino una acción sobre los elementos físicos.
Jesús sano a los enfermos, hizo ver a los ciegos e hizo muchos Milagros
más, entre ellos, Jesús obró también, según los evangelios, Milagros de tipo
natural, en los que se pone de manifiesto la obediencia de las fuerzas
naturales a su autoridad. ¿Cuál consideras el más asombroso?
En uno de
estos relatos, Jesús calma una tempestad con sólo alzar la voz. En estos
textos, los evangelistas elaboraron esquemas de catequesis para transmitir
ideas teológicas.
En el relato
de la tempestad calmada, parten de la mentalidad israelita, que veía en el mar
(y el lago de Tiberíades se consideraba mar) el lugar donde estaban escondidos
los espíritus malignos, los demonios, las fuerzas ocultas que representan un
peligro para los seres humanos. El hecho de que Jesús calmara las olas era un
signo del poder que Dios le había dado, una forma de proclamar que era el
Mesías.
Gerasa era
una ciudad situada en la orilla oriental del lago de Galilea. Formaba parte de
la llamada Decápolis o Liga de las Diez Ciudades, un territorio de costumbres
griegas, habitado casi completamente por extranjeros. Por esto, los israelitas
la consideraban zona pagana, tierra de gentiles. Las actuales ruinas que se
conservan son de 200-300 años después de Jesús.
Por otra parte le puedo contar que La
ciudad bíblica Gerasa se conoce hoy como Jerash. Gerasa fue una de las ciudades
mejores preservadas de la Decápolis romana. La hegemonía de Gerasa fue en el
siglo II, cuando su población era de 20 000 a 25 000 personas. La
mayoría de las ruinas son de los periodos romano y bizantino. La ciudad fue
redescubierta en 1806 por Seetzen, su restauración comenzó en 1925.
La ciudad se extendió
hasta el Arco de Adriano en el siglo II. Adriano fue conocido como “el
emperador veloz” ya que pasó la mayor parte de su tiempo viajando a ciudades al
rededor del imperio. Este arco fue construido en 130 d.C. aproximadamente. La
puerta principal era aparentemente utilizada solo para visitantes importantes.
Los nichos en ambos lados eran para estatuas.
El templo de Artemisa fue
construido en el siglo II d.C. Las columnas tienen 12 m de alto (39 ft) y cada
tambor pesa de 20 a 40 t. Artemisa era la diosa virgen de la naturaleza y la
casa (los romanos la llamaban Diana). Artemisa era la hija de Zeus y la gemela
de Apolo. Ella era una de las más populares diosas griegas. Artemisa era como
la “Madre Naturaleza,” dadora de vida y compasiva por un lado. Por el otro lado
era cruel y destructiva. Artemisa era también la diosa patrona del templo en
Efesio, el cual fue amenazado por la presencia del Evangelio (Hechos 19).
El hipódromo data del
siglo II d.C. y sentaba de 10 000 a 15 000 espectadores. Queda poco
del hipódromo ya que las piedras fueron robadas por los circasianos que ocuparon
Jerash en la parte final del siglo XIX. Las autoridades de Jordania han
emprendido una reconstrucción extensa en la ultima década.
Gerasa tuvo tres teatros.
El teatro sur se construyó en el año 90 d.C. y podía albergar a 3000 personas
en 33 filas. Sobre las entradas laterales estaban ubicados los palcos reales. A
menudo había toldos que proveían sombra para los espectadores.
Las sillas del teatro estaban inscritas en letras griegas para
indicar a quien le pertenecía la silla Inscripciones como estas fueron también
encontradas en piedras en Jerusalén.
El cerdo era
para los israelitas un animal impuro. Comer su carne estaba estrictamente
prohibido y hacerlo era expresión de renegar de la religión judía. El rechazo
del cerdo hacía que se considerara un oficio degradante el apacentar piaras de
puercos. En un lugar como Gerasa, territorio extranjero habitado por no judíos,
no existían estos escrúpulos religiosos.
Es justo y necesario
acotar lo siguiente: todas las personas conocen ejemplos de hábitos
alimenticios aparentemente irracionales. A los chinos les gusta la carne de
perro, pero desdeñan la leche de vaca; a nosotros nos gusta la leche de vaca,
pero nos negamos a comer la carne de perro; algunas tribus de Brasil se
deleitan con las hormigas pero menosprecian la carne de venado. Y así
sucesivamente en todo el mundo.
El enigma del cerdo me parece una buena continuación del de la madre vaca. Nos obliga a tener que explicar por qué algunos pueblos aborrecen el mismo animal al que otros aman.
La mitad del enigma que concierne a la porcofobia es bien conocida para judíos, musulmanes y cristianos. El dios de los antiguos hebreos hizo todo lo posible (una vez en el Libro del Génesis y otra en el Levítico) para denunciar al cerdo como ser impuro, como bestia que contamina a quien lo prueba o toca. Unos 1.500 años más tarde, Alá dijo a su profeta Mahoma que el status del cerdo tenía que ser el mismo para los seguidores del Islam. El cerdo sigue siendo una abominación para millones de judíos y cientos de millones de musulmanes, pese al hecho de que puede transformar granos y tubérculos en proteínas y grasas de alta calidad de una manera más eficiente que otros animales.
El público conoce menos las tradiciones de los amantes fanáticos de los cerdos. El centro mundial del amor a los cerdos se localiza en Nueva Guinea y en las islas Melanesias del Sur del Pacífico. Para las tribus horticultoras de esta región que residen en aldeas, los cerdos son animales sagrados que se sacrifican a los antepasados y se comen en ocasiones importantes, como bodas y funerales. En muchas tribus se deben sacrificar cerdos para declarar la guerra y hacer la paz. La gente de la tribu cree que sus antepasados difuntos ansían la carne de cerdo. El hambre de carne de cerdo es tan irresistible entre los vivos y los muertos que de vez en cuando se organizan festines grandiosos y se comen casi todos los cerdos de la tribu de una sola vez. Durante varios días seguidos, los aldeanos y sus huéspedes engullen grandes cantidades de carne de cerdo, vomitando lo que no pueden digerir para volver a ingerir más. Cuando todo ha finalizado, la piara de cerdos ha quedado tan mermada que se necesitan años de rigurosa frugalidad para recomponerla. Tan pronto como se ha logrado esto se realizan los preparativos para una nueva y pantagruélica orgía. Y así vuelve a comenzar el extraño ciclo causado por la aparente mala administración.
Empezaré con el problema de los porcófobos judíos e islámicos. ¿Por qué dioses tan sublimes como Yahvé y Alá se han tomado la molestia de condenar una bestia inofensiva e incluso graciosa, cuya carne le encanta a la mayor parte de la humanidad? Los estudiosos que admiten la condena bíblica y coránica de los cerdos han ofrecido diversas explicaciones. Antes del Renacimiento la más popular consistía en que el cerdo era literalmente un animal sucio, más sucio que otros puesto que se revuelca en su propia orina y come excrementos. Pero relacionar la suciedad física con la abominación religiosa lleva a incoherencias. También las vacas que permanecen en un recinto cerrado chapotean en su propia orina y heces. Y las vacas hambrientas comerán con placer excrementos humanos. Los perros y los pollos hacen los mismo sin preocuparse nadie por ello; los antiguos deben haber sabido que los cerdos criados en pocilgas limpias se convierten en remilgados animales domésticos. Finalmente si invocamos pautas puramente estéticas de "limpieza", debemos tener presente la formidable incoherencia que supone la clasificación bíblica de langostas y saltamontes como animales "puros". El argumento de que los insectos son estéticamente más saludables que los cerdos no hará progresar la causa de los fieles.
Los rabinos judíos reconocieron estas incoherencias a principios del Renacimiento. Moisés Maimónides, médico de la corte de Saladino en El Cairo, durante el siglo XIII nos ha proporcionado la primera explicación naturalista del rechazo judío y musulmán de la carne de cerdo. Maimónides decía que Dios había querido prohibir la carne de cerdo como medida de salud pública. La carne de cerdo, escribió el rabino, "tenía un efecto malo y perjudicial para el cuerpo". Maimónides no especificó cuáles eran las razones médicas en que se basaba esta opinión, pero era el médico del sultán y su juicio fue muy respetado.
A mediados del siglo XIX, el descubrimiento de que la triquinosis era provocada por comer carne de cerdo poco cocida se interpretó como una verificación rigurosa de la sabiduría de Maimónides. Judíos de mentalidad reformista se alegraron ante el sustrato racional de los códigos bíblicos y renunciaron inmediatamente al tabú sobre la carne de cerdo. La carne de cerdo, cocida adecuadamente, no constituye una amenaza a la salud pública y, por consiguiente, su consumo no puede ofender a Dios. Esto indujo a los rabinos de convicción más fundamentalista a emprender un ataque contra toda la tradición naturalista. Si Yahvé simplemente hubiera deseado proteger la salud de su pueblo, le habría ordenado comer sólo carne de cerdo bien cocida en vez de prohibir totalmente la carne de cerdo. Evidentemente, se aducía, Yahvé pensaba en otra cosa, en algo más importante que el simple bienestar físico.
El enigma del cerdo me parece una buena continuación del de la madre vaca. Nos obliga a tener que explicar por qué algunos pueblos aborrecen el mismo animal al que otros aman.
La mitad del enigma que concierne a la porcofobia es bien conocida para judíos, musulmanes y cristianos. El dios de los antiguos hebreos hizo todo lo posible (una vez en el Libro del Génesis y otra en el Levítico) para denunciar al cerdo como ser impuro, como bestia que contamina a quien lo prueba o toca. Unos 1.500 años más tarde, Alá dijo a su profeta Mahoma que el status del cerdo tenía que ser el mismo para los seguidores del Islam. El cerdo sigue siendo una abominación para millones de judíos y cientos de millones de musulmanes, pese al hecho de que puede transformar granos y tubérculos en proteínas y grasas de alta calidad de una manera más eficiente que otros animales.
El público conoce menos las tradiciones de los amantes fanáticos de los cerdos. El centro mundial del amor a los cerdos se localiza en Nueva Guinea y en las islas Melanesias del Sur del Pacífico. Para las tribus horticultoras de esta región que residen en aldeas, los cerdos son animales sagrados que se sacrifican a los antepasados y se comen en ocasiones importantes, como bodas y funerales. En muchas tribus se deben sacrificar cerdos para declarar la guerra y hacer la paz. La gente de la tribu cree que sus antepasados difuntos ansían la carne de cerdo. El hambre de carne de cerdo es tan irresistible entre los vivos y los muertos que de vez en cuando se organizan festines grandiosos y se comen casi todos los cerdos de la tribu de una sola vez. Durante varios días seguidos, los aldeanos y sus huéspedes engullen grandes cantidades de carne de cerdo, vomitando lo que no pueden digerir para volver a ingerir más. Cuando todo ha finalizado, la piara de cerdos ha quedado tan mermada que se necesitan años de rigurosa frugalidad para recomponerla. Tan pronto como se ha logrado esto se realizan los preparativos para una nueva y pantagruélica orgía. Y así vuelve a comenzar el extraño ciclo causado por la aparente mala administración.
Empezaré con el problema de los porcófobos judíos e islámicos. ¿Por qué dioses tan sublimes como Yahvé y Alá se han tomado la molestia de condenar una bestia inofensiva e incluso graciosa, cuya carne le encanta a la mayor parte de la humanidad? Los estudiosos que admiten la condena bíblica y coránica de los cerdos han ofrecido diversas explicaciones. Antes del Renacimiento la más popular consistía en que el cerdo era literalmente un animal sucio, más sucio que otros puesto que se revuelca en su propia orina y come excrementos. Pero relacionar la suciedad física con la abominación religiosa lleva a incoherencias. También las vacas que permanecen en un recinto cerrado chapotean en su propia orina y heces. Y las vacas hambrientas comerán con placer excrementos humanos. Los perros y los pollos hacen los mismo sin preocuparse nadie por ello; los antiguos deben haber sabido que los cerdos criados en pocilgas limpias se convierten en remilgados animales domésticos. Finalmente si invocamos pautas puramente estéticas de "limpieza", debemos tener presente la formidable incoherencia que supone la clasificación bíblica de langostas y saltamontes como animales "puros". El argumento de que los insectos son estéticamente más saludables que los cerdos no hará progresar la causa de los fieles.
Los rabinos judíos reconocieron estas incoherencias a principios del Renacimiento. Moisés Maimónides, médico de la corte de Saladino en El Cairo, durante el siglo XIII nos ha proporcionado la primera explicación naturalista del rechazo judío y musulmán de la carne de cerdo. Maimónides decía que Dios había querido prohibir la carne de cerdo como medida de salud pública. La carne de cerdo, escribió el rabino, "tenía un efecto malo y perjudicial para el cuerpo". Maimónides no especificó cuáles eran las razones médicas en que se basaba esta opinión, pero era el médico del sultán y su juicio fue muy respetado.
A mediados del siglo XIX, el descubrimiento de que la triquinosis era provocada por comer carne de cerdo poco cocida se interpretó como una verificación rigurosa de la sabiduría de Maimónides. Judíos de mentalidad reformista se alegraron ante el sustrato racional de los códigos bíblicos y renunciaron inmediatamente al tabú sobre la carne de cerdo. La carne de cerdo, cocida adecuadamente, no constituye una amenaza a la salud pública y, por consiguiente, su consumo no puede ofender a Dios. Esto indujo a los rabinos de convicción más fundamentalista a emprender un ataque contra toda la tradición naturalista. Si Yahvé simplemente hubiera deseado proteger la salud de su pueblo, le habría ordenado comer sólo carne de cerdo bien cocida en vez de prohibir totalmente la carne de cerdo. Evidentemente, se aducía, Yahvé pensaba en otra cosa, en algo más importante que el simple bienestar físico.
La narración
de la curación del endemoniado de Gerasa es un caso típico de relato en el que
se ha “adornado” la historia para hacerla más espectacular, más dramática.
Con el correr
del tiempo, los hechos que impresionan a la gente se van aumentando y
exagerando cuando se vuelven a contar, haciéndolos cada vez más maravillosos.
Seguramente
detrás de los cientos de cerdos que se precipitaron en el mar llenos de
demonios, tal como cuentan los evangelios, hay muchas leyendas populares que
corrieron de boca en boca y que después los evangelistas, sin posibilidad de
comprobarlas ni preocuparse mucho por ello, pusieron por escrito para sacar de
ellas un mensaje religioso.
Por otra parte es
bueno tener muy presente que al llegar a la orilla surge otro inconveniente,
se les acerca un hombre enfurecido, un energúmeno, que es como se denomina a
los endemoniados llenos de furia. Es lógico el susto de todos. Jesús de nuevo
va a consolidar la fe de los suyos curándolo y haciendo un gesto de difícil
olvido. Si antes demostró su dominio sobre el viento y el mar, ahora va a
demostrar su superioridad sobre el demonio y sobre los animales."Y llegaron a la orilla del mar, a la región de los gerasenos. Al salir de la barca, en seguida le salió al encuentro desde los sepulcros un hombre poseído por un espíritu inmundo, que vivía en los sepulcros y nadie podía tenerlo sujeto ni siquiera con cadenas; porque había estado muchas veces atado con grilletes y cadenas, y había roto las cadenas y deshecho los grilletes, y nadie podía dominarlo. Y se pasaba las noches enteras y los días por los sepulcros y por los montes, gritando e hiriéndose con piedras. Al ver a Jesús desde lejos, corrió y se postró ante Él; y, gritando con gran voz, dijo: ¿Qué tengo que ver contigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes. Porque le decía: Sal, espíritu inmundo, de este hombre. Y le preguntaba: ¿Cuál es tu nombre? Le contestó: Mi nombre es legión, porque somos muchos. Y le suplicaba con insistencia que no lo expulsara fuera de la región.
La piara de puercos: Había allí junto al monte una gran piara de cerdos paciendo. Y le suplicaron diciendo: Envíanos a los cerdos, para que entremos en ellos. Y se lo permitió. Y, saliendo los espíritus inmundos, entraron en los cerdos; y con gran ímpetu la piara, alrededor de dos mil, corrió por la pendiente hacia el mar, donde se iban ahogando. Los porqueros echaron a correr, y contaron por la ciudad y los campos lo sucedido. Y acudieron a ver qué había ocurrido. Y llegaron junto a Jesús, y vieron al que había estado endemoniado, sentado, vestido y en su sano juicio; y se quedaron asustados. Los que lo habían presenciado les contaron lo que había sucedido con el que había estado poseído por el demonio y con los cerdos. Y comenzaron a rogarle que se alejase de su región. Y al subir en la barca, el que había estado endemoniado le suplicaba quedarse con él; pero no lo admitió, sino que le dijo: Vete a tu casa con los tuyos y cuéntales todo lo que el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti. Se fue y comenzó a proclamar en la Decápolis lo que Jesús había hecho con él; y todos se admiraban"(Mc).
Primera predicación a los gentiles: Es el primer paso - realmente sobrecogedor- de su predicación a los gentiles. Emociona ver al hombre liberado de los demonios que le suplica quedarse con Él. Jesús prefiere que se quede en aquella región siendo portavoz de la buena nueva que tiene que llegar no sólo a los judíos, sino a todos los hombres de buena voluntad. Y la fe de los discípulos se fortalece con hechos tan extraordinarios.
10. Estimado profesor bíblico mi pregunta de hoy es dos en una: ¿Qué es recomendable hacer si eres víctima de brujería? ¿Que no se debe hacer?
Estimada amiga que interesante sus preguntas pregunta. Voy a dejar que sea la profesora en teología y gran investigadora Virginia la que le aclare sus dudas por medio del siguiente video.
Fuente: Diccionario de Geografía de la Biblia
Extraído de: https://www.tispain.com/2012/03/el-cerdo-animal-prohibido-judios-y.html -
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