En esta nuestra 26 edición vamos a
dar respuesta a diez preguntas que nos fueron planteadas por nuestros amigos y
amigas lectores. Y que nuestro biblista y teólogo cibernético va a tratar de
responder gracias a su contante espíritu de investigación.
Es muy importante tener claro que lo
más importante cuando leemos la Biblia es estar seguros de que hemos
comprendido todo el significado de las palabras y sobre todos de algunos
conceptos relacionados con la época en que se realizaron los hechos. También
nos surgen interrogantes sobre temas no bíblicos. Así es que comenzamos con
nuestro encuentro de esta semana. Las preguntas planteadas para esta
semana y sus respectivas respuestas son las siguientes:
¿POR
QUÉ ENVIÓ DIOS UN ESPÍRITU MALO PARA ATORMENTAR AL REY SAÚL?
¿QUISIERA
QUE ME EXPLIQUE UN POCO LO RELATIVO A LA PARABOLA DEL SEMBRADOR?
¿QUÉ ES EL MOVIMIENTO DE FORMACIÓN
ESPIRITUAL?
¿Por
qué se da a enter en un pasaje biblico que tanto la madre como los hermanos de
jesus estaba medio loco y por eso lo van a buscar?
¿HAY GENTE NEGRA MENCIONADA
EN LA BIBLIA?
¿que significa a cada dia le basta lo suyo?
¿Qué
es una iglesia no denominacional? ¿Qué creen las iglesias no denominacionales?
¿ME PODRÍA EXPLICAR
ALGUNOS DETALLES SOBRE
LA PARÁBOLA DEL HIJO PRODIGO
¿ES
JESÚS EL ARCÁNGEL MIGUEL?
¿Qué SIGNIFICADO REALMENTE TIENE EL MILAGRO CUANDO
SE DICE QUE UN PARALITICO FUERA DESCOLGADO DEL TECHO PORQUE NO SE PODRÍA ENTRAR
POR TANTA GENTE?
1 ¿POR
QUÉ ENVIÓ DIOS UN ESPÍRITU MALO PARA ATORMENTAR AL REY SAÚL?
Esto conduce a una pregunta relacionada: ¿Dios envía espíritus malos para atormentar a la gente hoy? Hay ejemplos de individuos en el Nuevo Testamento siendo entregados a Satanás o demonios como castigo. Dios permitió que Ananías y Safira se llenaran del espíritu de Satanás como una advertencia y ejemplo para la iglesia primitiva (Hechos 5:1-11). Un hombre en la iglesia de Corinto estaba cometiendo incesto y adulterio, y Dios les ordenó a los líderes "entregarlo a Satanás" para destruir su carne pecaminosa y salvar su alma (1 Corintios 5:1-5). Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser probado y tentado por el diablo (Mateo 4:1-11). Dios también permitió un mensajero de Satanás atormentar al Apóstol Pablo para enseñarle a confiar en la gracia y poder de Dios y no exaltarse desmedidamente debido a la gran abundancia de verdad espiritual que se le dio (2 Corintios 12:7).
Si Dios permite que los espíritus malos atormenten a la gente hoy en día, lo hace con el objetivo de nuestro bien y Su gloria (Romanos 8:28). Aunque los demonios son malos, están aún bajo el control soberano de Dios. Como en el caso de Job, Satanás y sus secuaces pueden hacer sólo lo que Dios permite que hagan (Job 1:12; 2:6). Nunca actúan independientemente de la soberana y perfecta voluntad y propósito de Dios. Si los creyentes sospechan que están siendo atormentados por fuerzas demoníacas, la primera respuesta es arrepentirse de cualquier pecado conocido. Luego deberíamos pedir sabiduría para entender lo que deberíamos aprender de la situación. Entonces deberíamos someternos a lo que Dios ha permitido en nuestras vidas, confiando en que resultará en la edificación de nuestra fe y la gloria de Dios.
Debo
comenzar diciendo que la parábola del sembrador describe el modo de sembrar
habitual en Palestina.
Los
campos se araban después de las lluvias de otoño, torturándolos en todas las
direcciones para después esparcir la semilla al viento o arrojarla en surcos.
Esta
parábola, como la de la semilla de mostaza, pertenece a los comienzos de la
predicación de Jesús. En ella, al referirse a la generosidad de Dios con
quienes cumplen su trabajo, Jesús exageró notablemente los frutos de la buena
tierra. Habló de un treinta, un sesenta y un ciento por uno sobre lo sembrado.
En
Palestina se consideraba que si se obtenía un siete y medio por uno en la
cosecha ya era suficiente. Un diez por uno se consideraba una buena cosecha.
El
Movimiento de Formación Espiritual es muy popular hoy en día. Es, sin embargo,
en muchos sentidos un alejamiento de la verdad de la Palabra de Dios a una
forma mística del Cristianismo, y ha infiltrado, en cierta medida, casi todas
las denominaciones evangélicas. Esta idea de la formación espiritual se basa en
la premisa de que si hacemos ciertas prácticas, podemos ser más como Jesús. Los
partidarios de la formación espiritual erróneamente enseñan que cualquier
persona puede practicar estos rituales místicos y encontrar a Dios dentro de sí
mismos.
Demasiado a menudo, los adherentes del movimiento actual de formación espiritual creen que las disciplinas espirituales transforman el buscador por él o ella entrando en un estado alterado de conciencia. El movimiento de formación espiritual se caracteriza por cosas tales como la oración contemplativa, la espiritualidad contemplativa y el misticismo cristiano.
La verdadera formación espiritual bíblica o transformación espiritual, comienza con el entendimiento de que somos pecadores viviendo separados de Dios. Nuestras facultades han sido corrompidas por el pecado y por tanto nosotros no podemos agradar a Dios. La verdadera transformación espiritual ocurre como nos entregamos a Dios para que Él nos transforme por la orientación y el poder del Espíritu Santo. Al menos la mitad de cada epístola del Nuevo Testamento se orienta hacia cómo vivir una vida agradable a Dios - por obediencia y sumisión al Espíritu Santo en todas las cosas. Las Escrituras nos llaman los redimidos, salvos, santos, ovejas, soldados y siervos, pero también nos enseña que solamente mediante el poder del Espíritu podemos vivir de acuerdo al significado de estos nombres.
Los siguientes pasajes abordan diversos aspectos de la formación espiritual, la obra de Dios en la vida del creyente:
"Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos." (Romanos 8:29). Aquí está el objetivo de la transformación: que seamos como Cristo.
"Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor" (2 Corintios 3:18). Esto es parte de un pasaje que enseña que somos cambiados a la imagen de Cristo no siguiendo reglas y leyes, sino siguiendo la guía del Espíritu por la fe.
"Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna"(Tito 3:3-7).
Demasiado a menudo, los adherentes del movimiento actual de formación espiritual creen que las disciplinas espirituales transforman el buscador por él o ella entrando en un estado alterado de conciencia. El movimiento de formación espiritual se caracteriza por cosas tales como la oración contemplativa, la espiritualidad contemplativa y el misticismo cristiano.
La verdadera formación espiritual bíblica o transformación espiritual, comienza con el entendimiento de que somos pecadores viviendo separados de Dios. Nuestras facultades han sido corrompidas por el pecado y por tanto nosotros no podemos agradar a Dios. La verdadera transformación espiritual ocurre como nos entregamos a Dios para que Él nos transforme por la orientación y el poder del Espíritu Santo. Al menos la mitad de cada epístola del Nuevo Testamento se orienta hacia cómo vivir una vida agradable a Dios - por obediencia y sumisión al Espíritu Santo en todas las cosas. Las Escrituras nos llaman los redimidos, salvos, santos, ovejas, soldados y siervos, pero también nos enseña que solamente mediante el poder del Espíritu podemos vivir de acuerdo al significado de estos nombres.
Los siguientes pasajes abordan diversos aspectos de la formación espiritual, la obra de Dios en la vida del creyente:
"Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos." (Romanos 8:29). Aquí está el objetivo de la transformación: que seamos como Cristo.
"Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor" (2 Corintios 3:18). Esto es parte de un pasaje que enseña que somos cambiados a la imagen de Cristo no siguiendo reglas y leyes, sino siguiendo la guía del Espíritu por la fe.
"Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna"(Tito 3:3-7).
¿Por qué se da a enter en
un pasaje BÍBLICO que tanto la madre como los hermanos de jesus estaba medio
loco y por eso lo van a buscar?
Comencemos
afirmando que tanto Marcos y Mateo hablan en sus evangelios de los “hermanos y
hermanas” de Jesús. Incluso dan los nombres de cuatro de estos hermanos: Simón,
José, Judas y Santiago, también llamado Jacobo (Mateo 13, 55).
Nos debe
quedar claro que la palabra griega empleada por los evangelistas es “hermano”,
una traducción literal del arameo. Pero, en la lengua de Jesús “hermano” sirve
también para designar a parientes más lejanos: sobrinos, primos segundos, etc.
No está claro si los cuatro primos eran hermanos carnales, hijos de María y
José, o simplemente parientes.
Por otra
parte la familia era la base de la sociedad judía, una institución de
grandísima importancia para el pueblo de Israel. Abundaban los núcleos
familiares numerosos, porque se tenían muchos hijos y porque en un mismo
espacio convivían varias generaciones.
El varón era
el jefe indiscutible. Los parientes estaban obligados a ayudarse, los vínculos
familiares eran muy fuertes y duraban toda la vida.
La veneración
y el respeto que los hijos debían a sus padres pertenecían a la tradición más
arraigada en el pueblo. En su tiempo, resultó novedoso que Jesús antepusiera el
compromiso con la justicia a los vínculos familiares.
Entremos ahora al meollo del asunto que me planteas. Dada la importancia de María en la religiosidad
popular, cuesta entender su escaso protagonismo en la Biblia, pero resulta
todavía más enigmático aquel episodio en que María pensó que Jesús estaba loco.
Así es, en todas las Biblias, en el evangelio más
antiguo de los cuatro, cuando Jesús hizo su primera predicación y reunió gente
que lo escuchase, cuenta el Evangelio de Marcos que llegó María con sus otros
hijos a prenderlo porque pensaban que estaba «fuera de sí».
«Y
se agolpó de nuevo la gente, de modo que ellos ni aun podían comer pan. Cuando lo oyeron los suyos, vinieron
para prenderle; porque decían: Está fuera de sí»
«Entonces
llegaron su madre y sus hermanos, y quedándose afuera, enviaron a
llamarle. Y la gente que estaba sentada alrededor de él le dijo: Tu madre
y tus hermanos están afuera, y te buscan. Él les respondió diciendo: ¿Quién es
mi madre y mis hermanos? Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él,
dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad
de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.» -Marcos 3:20-21; 3:31-35
El episodio termina con Jesús negando que María y sus
hermanos sean su familia, presentando una imagen todavía más extraña de María;
una mujer que aparentemente olvidó que tuvo un hijo siendo virgen, así como las
visitas de ángeles, magos de oriente, estrellas anunciadoras e infanticidios
masivos en la región para eliminar a su hijo, y que más encima es rechazada por
el mismo Jesús.
La explicación a tanta discrepancia es sencilla,
todos los elementos fantásticos de la concepción y niñez de Jesús aparecieron
con Mateo y Lucas, cerca del año 85 e. c., mientras que en Marcos, escrito
cerca del 70 e. c., María es una mujer común y corriente, y Jesús se vuelve un
mesías cuando lo visita el Espíritu en su bautizo, en imitación de David
durante su unción.
Debido a que los autores anónimos de los libros
conocidos como Mateo y Lucas se basaron en el igualmente anónimo autor de
Marcos, se mantuvo en parte la historia, dejando fuera solamente el motivo de
la visita de su familia (Mt 12:46-50; Lc 8:19-21), de la misma forma que
dejaron fuera episodios en que Jesús no puede hacer milagros o debe intentarlo dos veces, junto a una multitud de otros cambios editoriales.
En el cristianismo de Pablo, previo a las nuevas
aventuras y milagros de Mateo y Lucas, María tampoco parece haber tenido
ninguna importancia, pero con la expansión del cristianismo por regiones con
importantes cultos a deidades femeninas (Isis, Deméter, Ishtar… y siglos
después Pachamama, entre otras) el necesitado espacio para una Diosa Madre
encontró en María el sustituto perfecto, llegando a ser en la religiosidad
popular latinoamericana tanto o más importante que Jesús.
Veamos ahora otra corriente teológica muy valedera. En aquel tiempo volvió Jesús con sus discípulos a casa y se juntó
tanta gente, que no los dejaban ni comer. Se enteraron sus parientes y fueron a
hacerse cargo de él, pues decían: Está fuera de sí.
En aquel
tiempo unos letrados de Jerusalén decían: Está poseído por Beelzebul y por el
príncipe de los demonios expulsa los demonios. El, los invitó a acercarse y les
puso estas comparaciones: ¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Si un reino
está dividido contra sí mismo, ese reino no puede subsistir. Si una casa está
dividida contra sí misma, esa casa no podrá subsistir. Y si Satanás se ha alzado
contra sí mismo y está dividido, no puede subsistir, pues ha llegado su fin.
Pero nadie puede entrar en la casa del fuerte y saquear su ajuar, si no ata
primero al fuerte; entonces podrá saquear su casa. Yo os aseguro que se
perdonará todo a los hijos de los hombres, los pecados y las blasfemias, por
muchas que éstas sean. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá
perdón nunca, antes bien, será reo de pecado eterno. Es que decían: Está
poseído por un espíritu inmundo.
En aquel tiempo llegaron la madre de Jesús y sus
hermanos, y desde fuera lo mandaron llamar. La gente que tenía sentada a su
alrededor le dijo: ¡Oye!, tu madre, tus hermanos y tus hermanas están fuera y
te buscan. El les responde: ¿Quién es mi madre y mis hermanos? Y mirando en torno
a los que estaban sentados en corro, a su alrededor, dice: Estos son mi madre y
mis hermanos. Quien cumpla la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y
mi madre.
Reflexión El Evangelista Marcos nos habla hoy de Cristo incomprendido por los demás.
Incomprendido por sus parientes que lo consideran un exaltado, un loco.
Incomprendido igualmente por los conductores del pueblo que lo acusan de ser un
endemoniado. Con ello se manifiesta claramente la incapacidad de los hombres de
entender el misterio de Cristo desde la base del “orden establecido”.
Marcos empieza
señalando la conmoción que produce Jesús entre la gente. No bien vuelve a su
casa, se juntan en grandes cantidades para escucharlo y lograr la curación de
sus males. Ni para comer le dejan tiempo.
Esta situación
no es del agrado de sus parientes. Es demasiado comprometedora. Jesús no sólo
llama la atención por sus milagros, sino también por su doctrina que desborda
los márgenes de lo tradicional. Su conducta provoca el escándalo. No respeta
las tradiciones y prescripciones de la ley. Es amigo de los pecadores y come en
casa de ellos. Entre los que le siguen se encuentran también los exaltados que
anhelan el cambio social y político: buscan en Él al líder capaz de enfrentar a
los sacerdotes y poderosos del pueblo.
Todo esto
molesta a los parientes. Con los parientes uno está bien mientras piensa como
ellos. Pero no bien uno sale de sus tradiciones o del orden establecido por
ellos, corre el riesgo de ser víctima de su incomprensión y hasta de su
persecución.
Las relaciones
personales eran sumamente estrictas en la familia judía de entonces. En ella
todos los miembros eran más dependientes unos de otros y debían seguir las
disposiciones del patriarca de la misma. Por ejemplo, el trabajo y la profesión
no los elegía el individuo, sino que eran predeterminados por el clan familiar.
Y a Jesús se
le ocurre buscar amigos y discípulos en vez de parientes. En sus ojos, Jesús
rompe el orden familiar, desatiende sagradas tradiciones y disposiciones. Se
lanza a una vida rara de predicador ambulante, se rodea de exaltados y se
enfrenta a los sacerdotes y poderosos del pueblo.
Entonces
vienen los parientes para llevárselo, porque realmente lo creen loco. Y de una
u otra forma han convencido también a María para que los acompañara, pensando
tal vez que les ayudaría a persuadir a su hijo.
Pero no sólo
sus parientes no lo comprenden. Están también los jefes del pueblo, sus
enemigos de siempre, que lo acusan de endemoniado. Dicen que sólo en virtud de
sus relaciones con el diablo realiza las curaciones y las expulsiones de
demonios.
Jesús les
responde con sabiduría y hasta con ironía: si Satanás echa a Satanás, entonces
está dividido y, por lo tanto, su reino está amenazado. No habría, pues, por
qué preocuparse de ello.
Pasando al
contraataque, Jesús acusa duramente a sus enemigos. Ellos hablan mal, es decir,
blasfeman contra el Espíritu Santo. Existe en ellos una mala voluntad
manifiesta: quieren cerrar los ojos a la luz. Por eso, Jesús distingue dos
clases de pecados:
·
El primer tipo son los pecados o blasfemias que se
cometen por ignorancia o equivocación: todos ellos serán perdonados.
·
El otro tipo son los pecados contra el Espíritu
Santo, que se presentan disfrazados como virtudes. Como en nuestro caso, en que
los escribas llaman obra del demonio una obra que es evidentemente buena. Es
una blasfemia que se oculta bajo el celo aparente por la gloria de Dios.
El trocar así
totalmente la verdad, no deja lugar al arrepentimiento y al reconocimiento de
la culpa, sino se empecina en el pecado. Es por eso que no puede ser perdonado.
Todo esto es
un fuerte ataque contra el fariseismo, una tentación siempre presente también
en nuestra Iglesia. Cuántas veces nosotros mismos disfrazamos nuestras fallas,
nuestras mentiras y cobardías, nuestras injusticias u omisiones con el manto de
absurdas e inexistentes virtudes.
Y lo mismo con
respecto a lo que dice el Evangelio de los parientes de Jesús. ¿No consideramos
locos muchas veces a los que luchan valientemente por más justicia, los que
desenmascaran la mentira, los que defienden a los más pobres y sufridos?
¿No son los
familiares los primeros en buscar desalentar e impedir que sigan por ese camino
difícil y peligroso? ¿No somos, muchas veces, nosotros los que damos esos
consejos prudentes de no meterse en problemas y líos, ya que de todos modos no
va a cambiar nada?
Es por eso que
Cristo sigue buscando discípulos y seguidores más que parientes. Y es por eso
que proclama la gran novedad del parentesco evangélico con Él. Es el parentesco
por la fe, superior a los lazos de la carne y de la sangre. Un corazón abierto
al querer divino, es lo que crea el verdadero parentesco con Jesús: “El que
hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre”.
Queridos
hermanos, allí tenemos a María, su Madre según la carne, pero mucho más todavía
su Madre por haber cumplido siempre y con perfección única la voluntad del
Padre. Sigamos su ejemplo, para formar parte de la verdadera familia del Señor,
para pertenecer a Jesús para siempre.
¿HAY GENTE NEGRA
MENCIONADA EN LA BIBLIA?
La Biblia no identifica específicamente a ninguna persona de piel negra.
La Biblia tampoco identifica específicamente a ninguna persona de piel blanca.
La gran mayoría de los eventos de la Biblia se llevaron a cabo en el Medio
Oriente, en y alrededor de Israel. Ni gente 'negra' ni 'blanca' son comunes en
estas regiones. La gran mayoría de la gente en la Biblia eran 'Semitas,' de
marrón claro a oscuro en color. En definitiva, no importa de qué color de piel
era la gente en la Biblia. El color de la piel es sin sentido en el mensaje de
la Biblia. Todos necesitamos quitar nuestros ojos del color de la piel y
concentrarnos en el alma.
Algunos eruditos suponen que la esposa de Moisés, Séfora, podría haber sido negra ya que ella era una cusita (Números 12:1). Cus es un antiguo nombre para una zona de África. Algunos proponen que Betsabé era negra (2 Samuel 11:3). Algunos creen que la reina de Sabá, quien visitó a Salomón, era negra (1 Reyes 10:1). El eunuco etíope en Hechos 8:37 pudo haber sido un hombre negro. Los etíopes se mencionan alrededor de 40 veces en la Biblia, y el Profeta Jeremías preguntó, “¿Mudará el etíope su piel…?” (Jeremías 13:23). El 'Simeón el que se llamaba Niger' en Hechos 13:1 puede haber sido negro.
La Biblia, sin embargo, no dice específicamente que ninguna de estas personas era negra. La mayoría de los maestros de la Biblia cree que los negros son descendientes del hijo de Noé, Cam (Génesis 10:6-20), pero no podemos estar seguros porque la Biblia no lo dice específicamente. ¿Por qué no hay más negros en la Biblia? La mayoría de los eventos en la Biblia tuvo lugar en la tierra de Israel. Aunque los negros eran comunes en muchas regiones cerca de Israel, Israel nunca ha sido una zona donde se han asentado muchos negros.
Algunos eruditos suponen que la esposa de Moisés, Séfora, podría haber sido negra ya que ella era una cusita (Números 12:1). Cus es un antiguo nombre para una zona de África. Algunos proponen que Betsabé era negra (2 Samuel 11:3). Algunos creen que la reina de Sabá, quien visitó a Salomón, era negra (1 Reyes 10:1). El eunuco etíope en Hechos 8:37 pudo haber sido un hombre negro. Los etíopes se mencionan alrededor de 40 veces en la Biblia, y el Profeta Jeremías preguntó, “¿Mudará el etíope su piel…?” (Jeremías 13:23). El 'Simeón el que se llamaba Niger' en Hechos 13:1 puede haber sido negro.
La Biblia, sin embargo, no dice específicamente que ninguna de estas personas era negra. La mayoría de los maestros de la Biblia cree que los negros son descendientes del hijo de Noé, Cam (Génesis 10:6-20), pero no podemos estar seguros porque la Biblia no lo dice específicamente. ¿Por qué no hay más negros en la Biblia? La mayoría de los eventos en la Biblia tuvo lugar en la tierra de Israel. Aunque los negros eran comunes en muchas regiones cerca de Israel, Israel nunca ha sido una zona donde se han asentado muchos negros.
¿que significa a cada dia le basta lo suyo?
Ciertamente mi estimado amigo, se debe de “comer para vivir” y no “vivir
para comer”. Pero hay situaciones
de pobreza que obligan a la gente a ser “materialista” y a gastar todo el
esfuerzo en lograr lo suficiente para la comida del día.
Esta es la situación
de grandes mayorías en nuestros países. Lo que Jesús denuncia no es la urgencia
con la que los pobres buscan cómo subsistir. Sería contradictorio con todo el
resto de su mensaje.
Jesús lo que hace es
criticar la ideología ambiciosa del que acumula o acapara, el materialismo del
avaro, del que sólo piensa en sí mismo, en su beneficio, en su propio lucro,
olvidando las necesidades de los otros.
Para el que trata de
romper el círculo vicioso del ganar más, del tener más y pone su vida al
servicio de la felicidad de los otros, estas palabras de confianza en Dios
suenan de otra manera. Ese que lucha por la justicia, en medio de dificultades
también económicas, debe de saber que Dios vela por él y le dará “por
añadidura” lo que necesita para continuar en esa lucha.
¿Qué es una
iglesia no denominacional? ¿Qué creen las iglesias no denominacionales?
Esta
pregunta tiene varias respuestas, y pueden ser simples o complejas. La
respuesta más simple es que una iglesia no denominacional es cualquier iglesia
que no es parte de una denominación más grande. Una denominación es una
organización eclesiástica que ejerce algún tipo de autoridad sobre las iglesias
locales que la conforman. Ejemplos de denominaciones son los Católicos Romanos,
Bautistas del Sur, Anglicanos, Presbiterianos, Metodistas, etc.. Iglesias no
denominacionales usan muchos nombres diferentes y sostienen una amplia variedad
de creencias.
¿Por qué algunas iglesias eligen ser no denominacionales? Aunque las respuestas pueden variar un poco, una consideración importante es la libertad de dirigir el ministerio y la enseñanza de la iglesia local sin interferencia o control de afuera. Cuando miramos a la Biblia, la evidencia apunta a cada iglesia como autónoma, rindiendo cuentas directamente a Dios Mismo. En el libro de los Hechos, donde leemos de los primeros viajes misioneros y el establecimiento de muchas iglesias, no hay ninguna indicación de una jerarquía de autoridad más allá de los ancianos de la iglesia local. Algunas personas señalan el Concilio de Jerusalén en Hechos 15 como patrón para la estructura denominacional, pero no es nada de eso. Los Gentiles habían recibido el Evangelio bajo el ministerio de Pablo y Bernabé, por la autoridad directa del Espíritu Santo (Hechos 13:2; 15:7). Las iglesias establecidas en ese primer viaje quedaron bajo el cuidado de ancianos desde sus propias filas (Hechos 14:23), después de haber sido enseñados por Pablo y Bernabé. Cuando el Concilio fue llamado en Jerusalén, no fue por ninguna cuestión de estructura organizativa o control, sino para discutir asuntos doctrinales sobre lo que constituye la salvación (Hechos 15:5-6). Los apóstoles que habían sido encargados directamente por Jesús eran las únicas personas que podrían abordar correctamente la pregunta autoritariamente.
Cuando una iglesia es no denominacional, ¿significa eso que no tiene necesidad de otras iglesias? Puede que sea la creencia de algunos, pero ciertamente no es el ejemplo que encontramos en las Escrituras. El libro de Hechos y las epístolas del Nuevo Testamento dejan claro que las iglesias se comunicaron con regularidad. Al hacer Pablo y sus compañeros sus viajes misioneros, no era infrecuente que los creyentes enviaran cartas o saludos a las otras iglesias (Hechos 18:27; Romanos 16:16). Asimismo, cuando había una gran necesidad, las iglesias trabajaban en conjunto para satisfacer esa necesidad, por ejemplo, la colección para la hambruna en Jerusalén (Hechos 11:29; 2 Corintios 8:4). Las diversas iglesias del Nuevo Testamento, aunque organismos autónomos e independientes, definitivamente fueron conectadas en comunión y ministerio cooperativo, dándonos un ejemplo a seguir hoy.
La medida de cualquier iglesia, ya sea dentro o fuera de una denominación, no es cómo está organizada ni qué nombre se le llama, sino más bien cómo fielmente se adhiere a las enseñanzas de la Palabra de Dios. Ninguna iglesia es infalible, porque las iglesias están constituidas por personas que son capaces de error. Aun los apóstoles, con todos los dones que Dios les dio, no eran sin error. Pablo registra en Gálatas 2:11, "cuando Pedro fue a Antioquía, le eché en cara su comportamiento condenable." Pedro, el primero en dar el evangelio a un gentil, cedió ante la presión de los judaizantes a separarse de los creyentes gentiles. La capacidad de Pablo para enfrentarse a Pedro no se basaba en su posición como un apóstol, sino en la verdad revelada en la Palabra de Dios. Pablo felicitó a los creyentes de Berea por evaluar su propia enseñanza a la luz de la Escritura para averiguar si él les enseñaba una doctrina sana. (Hechos 17:11)
Todos los creyentes deben ser como los de Berea, comprobando lo que nos han enseñado contra la Palabra de Dios a averiguar si esas cosas son así. Si nuestra iglesia está fuera de línea con la Palabra de Dios, debemos dar instrucción o corrección amorosa y pacientemente. Si no se corregirá, entonces debemos buscar una iglesia que está fielmente obedeciendo la Palabra de Dios.
¿Por qué algunas iglesias eligen ser no denominacionales? Aunque las respuestas pueden variar un poco, una consideración importante es la libertad de dirigir el ministerio y la enseñanza de la iglesia local sin interferencia o control de afuera. Cuando miramos a la Biblia, la evidencia apunta a cada iglesia como autónoma, rindiendo cuentas directamente a Dios Mismo. En el libro de los Hechos, donde leemos de los primeros viajes misioneros y el establecimiento de muchas iglesias, no hay ninguna indicación de una jerarquía de autoridad más allá de los ancianos de la iglesia local. Algunas personas señalan el Concilio de Jerusalén en Hechos 15 como patrón para la estructura denominacional, pero no es nada de eso. Los Gentiles habían recibido el Evangelio bajo el ministerio de Pablo y Bernabé, por la autoridad directa del Espíritu Santo (Hechos 13:2; 15:7). Las iglesias establecidas en ese primer viaje quedaron bajo el cuidado de ancianos desde sus propias filas (Hechos 14:23), después de haber sido enseñados por Pablo y Bernabé. Cuando el Concilio fue llamado en Jerusalén, no fue por ninguna cuestión de estructura organizativa o control, sino para discutir asuntos doctrinales sobre lo que constituye la salvación (Hechos 15:5-6). Los apóstoles que habían sido encargados directamente por Jesús eran las únicas personas que podrían abordar correctamente la pregunta autoritariamente.
Cuando una iglesia es no denominacional, ¿significa eso que no tiene necesidad de otras iglesias? Puede que sea la creencia de algunos, pero ciertamente no es el ejemplo que encontramos en las Escrituras. El libro de Hechos y las epístolas del Nuevo Testamento dejan claro que las iglesias se comunicaron con regularidad. Al hacer Pablo y sus compañeros sus viajes misioneros, no era infrecuente que los creyentes enviaran cartas o saludos a las otras iglesias (Hechos 18:27; Romanos 16:16). Asimismo, cuando había una gran necesidad, las iglesias trabajaban en conjunto para satisfacer esa necesidad, por ejemplo, la colección para la hambruna en Jerusalén (Hechos 11:29; 2 Corintios 8:4). Las diversas iglesias del Nuevo Testamento, aunque organismos autónomos e independientes, definitivamente fueron conectadas en comunión y ministerio cooperativo, dándonos un ejemplo a seguir hoy.
La medida de cualquier iglesia, ya sea dentro o fuera de una denominación, no es cómo está organizada ni qué nombre se le llama, sino más bien cómo fielmente se adhiere a las enseñanzas de la Palabra de Dios. Ninguna iglesia es infalible, porque las iglesias están constituidas por personas que son capaces de error. Aun los apóstoles, con todos los dones que Dios les dio, no eran sin error. Pablo registra en Gálatas 2:11, "cuando Pedro fue a Antioquía, le eché en cara su comportamiento condenable." Pedro, el primero en dar el evangelio a un gentil, cedió ante la presión de los judaizantes a separarse de los creyentes gentiles. La capacidad de Pablo para enfrentarse a Pedro no se basaba en su posición como un apóstol, sino en la verdad revelada en la Palabra de Dios. Pablo felicitó a los creyentes de Berea por evaluar su propia enseñanza a la luz de la Escritura para averiguar si él les enseñaba una doctrina sana. (Hechos 17:11)
Todos los creyentes deben ser como los de Berea, comprobando lo que nos han enseñado contra la Palabra de Dios a averiguar si esas cosas son así. Si nuestra iglesia está fuera de línea con la Palabra de Dios, debemos dar instrucción o corrección amorosa y pacientemente. Si no se corregirá, entonces debemos buscar una iglesia que está fielmente obedeciendo la Palabra de Dios.
¿ME PODRÍA EXPLICAR ALGUNOS DETALLES SOBRE LA PARÁBOLA DEL HIJO PRODIGO?
Con mucho
gusto estimada amiga. Cuando el padre de la parábola del hijo pródigo lo
recobra, prepara una gran fiesta. Para ella, lo viste con una túnica nueva.
En Oriente
regalar un vestido era señal de gran aprecio y en lenguaje bíblico el vestido
nuevo es símbolo de que ya ha llegado el tiempo de la salvación.
Le da también
a su hijo un anillo y le pone sandalias. El anillo es señal de que se entrega a
otro toda la confianza.
Las sandalias
son señal del hombre libre porque los esclavos iban siempre descalzos.
Por otra
parte lo principal es el banquete. En Israel sólo se comía carne en días muy
especiales, cuando se mataba un cabrito, un ternero o un cordero. Las leyes
indicaban que el cordero debía ser asado en leña de vid. Comer juntos a la
misma mesa era señal de que el pasado estaba del todo olvidado.
Por otra
parte Jesús comparó a Dios con el padre del hijo pródigo. También enseñó a sus
discípulos a llamar a Dios con el nombre de “Padre”, y así lo llamó él.
En todos los
libros del Antiguo Testamento se dice que Dios es Padre y que actúa con sus
hijos los seres humanos como un padre, pero en ninguna ocasión alguien se
dirige a él llamándole “Padre mío”.
Sí existe la
invocación “Padre nuestro”, pero en oraciones colectivas, hechas en nombre de
todo el pueblo. Los sentimientos del corazón del padre del hijo pródigo son,
según la parábola de Jesús, la mejor imagen de los sentimientos del corazón de
Dios. Por eso, esta parábola debería más bien llamarse la “del buen padre”,
porque es el padre su protagonista.
¿ES JESÚS EL ARCÁNGEL MIGUEL?
Jesús no es el Arcángel Miguel. La Biblia en ninguna parte
identifica a Jesús como Miguel (o cualquier otro ángel, por cierto). Hebreos
1:5-8 hace una clara distinción entre Jesús y
los ángeles: "Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres
tú, Yo te he engendrado hoy, y otra vez: Yo seré a él Padre, Y él me será a mí
hijo? Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle
todos los ángeles de Dios. Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus
ángeles espíritus, Y a sus ministros llama de fuego. Mas del Hijo dice: Tu
trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu
reino." La jerarquía de los seres del cielo se hace claro en este pasaje —
los ángeles adoran a Jesús, quién como Dios, es el único digno de adoración.
Ningún ángel es adorado nunca en las Escrituras; por lo tanto, Jesús (digno de
adoración) no puede ser Miguel o cualquier otro ángel (no dignos de adoración).
Los ángeles son llamados hijos de Dios (Génesis
6:2-4; Job
1:6; 2:1; 38:7), pero Jesús es EL Hijo de Dios (Hebreos
1:8; Mateo
4:3-6).
El arcángel Miguel es quizás el más alto de todos los ángeles. Miguel es el único ángel en la Biblia que es designado "el Arcángel" (Judas 9). El Arcángel Miguel, sin embargo, es sólo un ángel. No es Dios. La clara distinción en el poder y la autoridad de Miguel y de Jesús puede verse comparando Mateo 4:10, donde Jesús reprende a Satanás, con Judas 9, donde el Arcángel "no se atrevió a proferir juicio de maldición" contra Satanás y pide al Señor reprenderlo. Jesús es Dios encarnado (Juan 1:1,14). El arcángel es un ángel poderoso, pero sólo un ángel.
El arcángel Miguel es quizás el más alto de todos los ángeles. Miguel es el único ángel en la Biblia que es designado "el Arcángel" (Judas 9). El Arcángel Miguel, sin embargo, es sólo un ángel. No es Dios. La clara distinción en el poder y la autoridad de Miguel y de Jesús puede verse comparando Mateo 4:10, donde Jesús reprende a Satanás, con Judas 9, donde el Arcángel "no se atrevió a proferir juicio de maldición" contra Satanás y pide al Señor reprenderlo. Jesús es Dios encarnado (Juan 1:1,14). El arcángel es un ángel poderoso, pero sólo un ángel.
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