martes, 29 de diciembre de 2020

1. ¿Me podría mencionar diez tradiciones Para Recibir el Año Nuevo 2021?

ESTA EDICION ESTARA VIGENTE DURANTE TODO ESTE MES DE ENERO DEL 2021

2. ¿Qué me podría explicar sobre la Sagrada Familia de Nazaret?

3. ¿Qué es realmente la epifanía y su significado?

4. Me podría explicar donde se celebró la Primera Misa del Nuevo Mundo. ¿Y cómo se llega?

Primera Misa en América. 

Como llegar a la primera Ciudad construida

 por los europeos en América.

5. ¿Me gustaría que me explique cómo fue el bautismo de Jesús?

6. ¿Me podría ampliar lo que significa el sacramento del bautismo?

7. Me podría contar la historia de cada uno de los doce apóstoles de Jesucristo

8. ME GUSTARIA QUE ME EXPLIQUE LA CONVERSIÓN DE SAN PABLO, APÓSTOL DE JESUCRISTO

9. Me podría hacer narracion de la Vida y obra de San Pablo apóstol

10. ¿QUE ME PODRIA CONTAR SOBRE JOSE EL PADRE DE JESUS?

viernes, 4 de diciembre de 2020

ESTA EDICIN ESTARA VIGENTE DEL 1 DE DICIEMBRE 2020 AL 15 DE ENERO 2021

  En esta nueva edición de su revista digital COLAPAS:  vamos a dar respuesta a varias preguntas relacionadas con la Navidad que nos han planteado algunos de nuestros lectores.

PREGUNTAS PLANTEADAS

¿QUÉ ES EL ADVIENTO?

¿QUÉ ES LA NAVIDAD?

ORIGEN DE LA NAVIDAD

SÍMBOLOS DE LA NAVIDAD

¿Qué son las posadas? y su relación con tradiciones indígenas.

Navidad en la Biblia

EL PRIMER PESEBRE DE LA HISTORIA

NACIMIENTO DE JESÚS - HISTORIA DE LA BIBLIA

EL REY HERODES «EL GRANDE»: LA VERDADERA HISTORIA DE LOS INOCENTES ASESINADOS EN BELÉN

LA SAGRADA FAMILIA DE JESÚS, MARÍA Y JOSÉ.

EL BAUTISMO DE JESÚS

SAN JOSE SEGUN LA BIBLIA Y LA TRADICION

¿QUÉ ES EL ADVIENTO?

 


El Adviento es el comienzo del Año Litúrgico, empieza el domingo 29 de noviembre y termina el 24 de diciembre. Son los cuatro domingos anteriores a la Navidad y forma una unidad con la Navidad y la Epifanía.

El término "Adviento" viene del latín adventus, que significa venida, llegada. El color usado en la liturgia de la Iglesia durante este tiempo es el morado. Con el Adviento comienza un nuevo año litúrgico en la Iglesia.

El sentido del Adviento es avivar en los creyentes la espera del Señor.

Se puede hablar de dos partes del Adviento:

Primera Parte: Desde el primer domingo al día 29 de noviembre, con marcado carácter escatológico, mirando a la venida del Señor al final de los tiempos;

Segunda Parte: Desde el 17 de diciembre al 24 de diciembre, es la llamada "Semana Santa" de la Navidad, y se orienta a preparar más explícitamente la venida de Jesucristo en las historia, la Navidad.

Las lecturas bíblicas de este tiempo de Adviento están tomadas sobre todo del profeta Isaías (primera lectura), también se recogen los pasajes más proféticos del Antiguo Testamento señalando la llegada del Mesías. Isaías, Juan Bautista y María de Nazaret son los modelos de creyentes que la Iglesias ofrece a los fieles para preparar la venida del Señor Jesús.

QUÉ ES LA NAVIDAD:


 La Navidad es una festividad religiosa en la que los cristianos conmemoran el nacimiento de Jesucristo. Se celebra el 25 de diciembre de cada año. De hecho, la palabra Navidad, como tal, procede del latín nativĭtasnativātis que significa ‘nacimiento’.

Este término, sin embargo, se utiliza no solo para referirse al día en que se celebra el nacimiento de Jesús (la Nochebuena), sino que también se extiende para designar el periodo posterior, hasta el Día de Reyes.

Actualmente, la Navidad se celebra en muchos lugares y de formas muy distintas. En general, una de las características actuales de la Navidad es el aumento del consumo, en especial de objetos utilizados como regalos y alimentos.

Desde el punto de vista cristiano, no obstante, se considera que este no es el significado auténtico de la Navidad. El significado de la Navidad, muy por el contrario, responde a manifestación de ciertos valores humanos que durante el año se mantienen más o menos en el olvido.

Valores como la solidaridad, la unión, el amor, la paz y la esperanza son más propios de la época de Navidad, y se encuentran representados en las creencias religiosas del cristianismo.

ORIGEN DE LA NAVIDAD


La Navidad fue establecida en el día 25 de diciembre como día de solemnidad por la Iglesia católica en el año 350 gracias al papa Julio.

En la Biblia, sin embargo, no es mencionado el día exacto del nacimiento de Jesús. De allí que la celebración de la Navidad en principio no formara parte de las tradiciones cristianas.

La razón de fijar el día 25 de diciembre como fecha de festejo del nacimiento de Jesucristo responde a la necesidad de la Iglesia de sustituir la fiesta de las Saturnales (o Saturnalia), tradicional en la Antigua Roma, que coincidía con el solsticio de invierno y que era celebrada por los llamados paganos, y así facilitar la aceptación del cristianismo.

SÍMBOLOS DE LA NAVIDAD


Árbol de Navidad 
El árbol navideño tiene un significado cristiano aunque su uso se ha generalizado en personas de distintas creencias. El árbol de Navidad hace referencia al árbol del Paraíso, al pecado original y a la figura de Jesús como redentor de los pecados, pero también la hoja perenne es un símbolo de la vida eterna.

Los adornos típicos del árbol de Navidad son

  • La estrella, símbolo de guía, en referencia a la estrella de Belén;
  • Las bolas, originariamente manzanas, en referencia a las tentaciones;
  • Guirnaldas y espumillones, símbolo de unidad y alegría;
  • Luces, originalmente velas, simbolizando la luz de Jesús que ilumina el mundo.

Papá Noel Papá Noel es el nombre que recibe en algunos países el personaje de Santa Claus, Santa, San Nicolás, entre otros. Es un personaje vestido con un traje de color rojo, cinturón y botas negras, que se encarga de fabricar y entregar los juguetes deseados por los niños en la noche del 24 al 25 de diciembre.

Pesebre El pesebre, también conocido como belén o nacimiento, es un símbolo importante de la Navidad, ya que representa la llegada de Jesús al mundo.

Dentro del pesebre, las figuras esenciales son la Virgen María, San José y el Niño Jesús, junto a la mula y el buey. Otras figuras del pesebre son los tres Reyes Magos (Melchor, Gaspar, Baltazar) y los pastores.

Corona navideña La corona navideña, también llamada corona de adviento, es utilizada para representar el periodo de Adviento de cuatro semanas que precede la llegada de la Navidad. Está hecha con ramas de pino o de abeto. En ella se colocan cuatro velas, una por cada semana.

ORIGEN DE LAS POSADAS.


 Las posadas navideñas son una tradición común en varios países de Latinoamérica.

Según la historia las posadas recrean los intentos de José de Nazaret y María la madre de Jesús, por conseguir refugio ante el inminente nacimiento del niño, el cual era negado repetidamente por los vecinos.

Esta tradición navideña, está muy arraigada entre los latinoamericanos, desde México hasta Panamá, y se celebran comúnmente desde el 16 hasta el 24 de diciembre.

Parte de su origen proviene del fraile agustino llamado Diego Sorís, quien le pidió autorización al Papa Sixto V para instaurarlas y con ellas reemplazar una tradición que tenían los indígenas en honor del dios Huitzilopocthli, en la que los aztecas compraban un esclavo y tras nueve días de celebración era sacrificado.

La iglesia reemplazó personajes indígenas con cristianos y modificaron la celebración, que antes se hacía en las iglesias y posteriormente pasó a los barrios y calles.

Para enseñar la doctrina de manera más sencilla, los frailes evangelizadores explicaban de forma actuada cada una de las penurias que José y María debieron superar en búsqueda de refugio.

En algunos países, como México, las posadas involucran una piñata con forma de estrella de siete puntas, cada una de ellas representaba un pecado capital. Se cree que la piñata es un artefacto de origen chino traído por el explorador Marco Polo y bautizada así, pignatta, en Italia.

En Guatemala, fue el hermano Pedro de San José de Betancourt quien introdujo los nacimientos y posadas en el siglo 17.

En Colombia, el nombre es "la novena de aguinaldos" y es una de las festividades más arraigadas.

De esta manera, durante 9 días antes de la navidad es que la mayoría de los pueblos honra aquella búsqueda de posada, de los padres de un niño que cambiaría el mundo. 

https://www.teletica.com/curiosidades/conozca-el-origen-de-las-posadas-navidenas-y-su-relacion-con-las-tradiciones-indigenas_74953}}}} 

NAVIDAD EN LA BIBLIA


La información sobre el nacimiento de Jesús se encuentra en los evangelios de Lucas y Mateo. Uno de los textos más distinguido sobre la Navidad se encuentra en el libro Lucas:

“Y aconteció en aquellos días que salió un edicto de César Augusto, para que se hiciera un censo de todo el mundo habitado. Este fue el primer censo que se levantó, cuando Cirenio era gobernador de Siria. Y todos se dirigían a inscribirse en el censo, cada uno a su ciudad. Y también José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David que se llama Belén, por ser él de la casa y de la familia de David, para inscribirse junto con María, desposada con él, la cual estaba encinta. Y sucedió que mientras estaban ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito; le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.

”En la misma región había pastores que estaban en el campo, cuidando sus rebaños durante las vigilias de la noche. Y un ángel del Señor se les presentó, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor, y tuvieron gran temor. Mas el ángel les dijo: ‘No temáis, porque he aquí, os traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo; porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo, el Señor . Y esto os servirá de señal: hallaréis a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre’.

”De repente, apareció con el ángel una multitud de los ejércitos celestiales, alabando a Dios y diciendo: ‘Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres en quienes Él se complace’” (Lucas, 2: 1-14).

EL PRIMER PESEBRE DE LA HISTORIA: ¿DE DÓNDE VIENE LA TRADICIÓN?

 


San Francisco de Asís aparece como el protagonista de esta simbólica representación.

El primer pesebre de la historia fue montado por San Francisco de Asís.

 Se dice que, mientras predicaba por la campiña de Rieti, en Italia, y sorprendido por el crudo invierno, buscó refugio en la ermita de Greccio. Era la Navidad del año 1223.

Cuenta la leyenda que mientras oraba, rodeado de aquella paz del bosque y meditando la lectura de San Lucas, tuvo la inspiración de reproducir en vivo el misterio del nacimiento de Jesús en Belén.

 Entonces, se dispuso a preparar un pesebre, consiguiendo algo de heno, y trayendo un asno y un buey de los campesinos del lugar, a quienes invitó a emular la escena de la adoración de los pastores.

 La iluminada idea se propagó por toda Italia, luego por España y por el resto de la Europa católica.

Hacia fines del siglo XV, en Nápoles, se reprodujeron por primera vez en barro las tradicionales figuras del pesebre que conocemos hoy.

NACIMIENTO DE JESÚS - HISTORIA DE LA BIBLIA

 


Hace más de dos mil años una mujer de la ciudad de Nazaret llamada María fue visitada por un ángel llamado Gabriel quien le dijo a esta mujer judía que daría a luz a un hijo y que le pondría de nombre Jesús pues sería el hijo de Dios. María era virgen y estaba por contraer matrimonio con un hombre llamado José. Al ver que María estaba embarazada José confundido y algo dolido quiso dejarla en secreto para que nadie fuera a lastimarla, pero el ángel Gabriel vino a José y le contó exactamente lo que María ya le había dicho a José, que este bebé es hijo de Dios que será llamado Jesús y que salvara a su gente de todo pecado. 

  Por causa de un edicto del rey para hacer un censo, María y José viajaron a la tierra de Belén para cumplir con el edicto. Maria ya tenía muy avanzado su embarazo y aun asi viajaron por varios días en un burro hasta llegar a su destino, pero no pudieron encontrar ni un solo lugar para poder pasar la noche, pues todo estaba ya ocupado. Viendo que María estaba por dar a luz en cualquier momento el dueño de una posada les ofreció quedarse en el establo. 

María y José entraron en aquel establo en donde había animales y juntando paja hicieron un pesebre para descansar al recién nacido niño Jesús.
  
Durante este tiempo un ángel se apareció a un grupo de pastores que apacentaban sus ovejas en los campos cerca de Belén y les dijo que traía buenas nuevas pues el Mesias, el salvador del mundo había nacido. Los pastores lo dejaron todo para ir en busca del bebé ya que el ángel les dijo que lo encotrarían durmiendo en un pesebre.

  Poco tiempo después los tres hombres sabios (también conocidos como los reyes magos) vieron la brillante estrella en el cielo que se postraba justo arriba del establo en donde se encontraba el recién nacido Jesús. Estos hombres venían del lejano oriente y durante su travesía el rey Herodes de Judea les dijo que después de encontrar al bebé le dieran noticias en donde estaba. All arribar al establo los hombres sabios adoraron al Dios viviente y le dieron regalos de incienso, oro y mirra. Después regresaron a su tierra por otro camino pues sabían que el rey Herodes quería asesinar al bebé que sería el futuro rey.

En los tiempos de hoy, celebramos el nacimiento de Jesús y su venida en la época de la navidad. Puedes leer mas a detalle este hermoso y gran acontecimiento en los libros de Lucas y Mateo en el Nuevo Testamento.

Lucas 2:1-20: 1 Y aconteció en aquellos días que salió un edicto de César Augusto, para que se hiciera un censo de todo el mundo habitado . 2 Este fue el primer censo que se levantó cuando Cirenio era gobernador de Siria. 3 Y todos se dirigían a inscribirse en el censo, cada uno a su ciudad. 4 Y también José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David que se llama Belén, por ser él de la casa y de la familia de David, 5 para inscribirse junto con María, desposada con él, la cual estaba encinta. 6 Y sucedió que mientras estaban ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. 7 Y dio a luz a su hijo primogénito; le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. 8 En la misma región había pastores que estaban en el campo, cuidando sus rebaños durante las vigilias de la noche. 9 Y un ángel del Señor se les presentó, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor, y tuvieron gran temor. 10 Mas el ángel les dijo: No temáis, porque he aquí, os traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo; 11 porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor. 12 Y esto os servirá de señal: hallaréis a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. 13 Y de repente apareció con el ángel una multitud de los ejércitos celestiales, alabando a Dios y diciendo: 14 Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres en quienes El se complace . 15 Y aconteció que cuando los ángeles se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros: Vayamos, pues, hasta Belén y veamos esto que ha sucedido, que el Señor nos ha dado a saber. 16 Fueron a toda prisa, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. 17 Y cuando lo vieron, dieron a saber lo que se les había dicho acerca de este niño. 18 Y todos los que lo oyeron se maravillaron de las cosas que les fueron dichas por los pastores. 19 Pero María atesoraba todas estas cosas, reflexionando sobre ellas en su corazón. 20 Y los pastores se volvieron, glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, tal como se les había dicho.

Mateo 1: 1 Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham. 2 Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, y Jacob a Judá y a sus hermanos; 3 Judá engendró, de Tamar, a Fares y a Zara, Fares engendró a Esrom, y Esrom a Aram; 4 Aram engendró a Aminadab, Aminadab a Naasón, y Naasón a Salmón; 5 Salmón engendró, de Rahab, a Booz, Booz engendró, de Rut, a Obed, y Obed engendró a Isaí; 6 Isaí engendró al rey David. Y David engendró a Salomón de la que había sido mujer de Urías. 7 Salomón engendró a Roboam, Roboam a Abías, y Abías a Asa; 8 Asa engendró a Josafat, Josafat a Joram, y Joram a Uzías; 9 Uzías engendró a Jotam, Jotam a Acaz, y Acaz a Ezequías; 10 Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amón, y Amón a Josías; 11 Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos durante la deportación a Babilonia. 12 Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, y Salatiel a Zorobabel; 13 Zorobabel engendró a Abiud, Abiud a Eliaquim, y Eliaquim a Azor; 14 Azor engendró a Sadoc, Sadoc a Aquim, y Aquim a Eliud; 15 Eliud engendró a Eleazar, Eleazar a Matán, y Matán a Jacob; 16 Jacob engendró a José, el marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo. 17 De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce generaciones; y desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce generaciones; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones. 18 Y el nacimiento de Jesucristo fue como sigue. Estando su madre María desposada con José, antes de que se consumara el matrimonio, se halló que había concebido por obra del Espíritu Santo. 19 Y José su marido, siendo un hombre justo y no queriendo difamarla, quiso abandonarla en secreto. 20 Pero mientras pensaba en esto, he aquí que se le apareció en sueños un ángel del Señor, diciendo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que se ha engendrado en ella es del Espíritu Santo. 21 Y dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque El salvará a su pueblo de sus pecados. 22 Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había hablado por medio del profeta, diciendo: 23 HE AQUI, LA VIRGEN CONCEBIRA Y DARA A LUZ UN HIJO, Y LE PONDRAN POR NOMBRE EMMANUEL, que traducido significa: DIOS CON NOSOTROS. 24 Y cuando despertó José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer; 25 y la conservó virgen hasta que dio a luz un hijo ; y le puso por nombre Jesús.

EL REY HERODES «EL GRANDE»: LA VERDADERA HISTORIA DE LOS INOCENTES ASESINADOS EN BELÉN


El que hubiera sido un asesinato aislado o de poca trascendencia podría explicar la razón de que el historiador Flavio Josefo, que siempre presentó a Herodes como un tirano cruel, pasara por alto semejante barbarie

La matanza de los inocentes pertenece, como el episodio de la estrella de los Magos, al evangelio de la infancia de San Mateo. Los Magos habían preguntado por el rey de los judíos (Mt 2,1) y Herodes —que se sabía rey de los judíos— inventa una estratagema para averiguar quién puede ser aquel que él considera un posible usurpador, pidiendo a los Magos que le informen a su regreso. Cuando se entera de que se han vuelto por otro camino, “se irritó mucho y mandó matar a todos los niños que había en Belén y toda su comarca, de dos años para abajo, con arreglo al tiempo que cuidadosamente había averiguado de los Magos” (Mt 2,16). El pasaje evoca otros episodios del Antiguo Testamento: también el Faraón había mandado matar a todos los recién nacidos de los hebreos, según cuenta el libro del Éxodo, pero se salvó Moisés, precisamente el que liberó después al pueblo (Ex 1,8-2,10). San Mateo dice también en el pasaje que con el martirio de estos niños se cumple un oráculo de Jeremías (Jr 31,15): el pueblo de Israel fue al destierro, pero de ahí lo sacó el Señor que, en un nuevo éxodo, lo llevó a la tierra prometiéndole una nueva alianza (Jr 31,31). Por tanto, el sentido del pasaje parece claro: por mucho que se empeñen los fuertes de la tierra, no pueden oponerse a los planes de Dios para salvar a los hombres

En este contexto se debe examinar la historicidad del martirio de los niños inocentes, del que sólo tenemos esta noticia que nos da San Mateo. En la lógica de la investigación histórica moderna, se dice que «testis unus testis nullus», un solo testimonio no sirve. Sin embargo, es fácil pensar que la matanza de los niños en Belén, una aldea de pocos habitantes, no fue muy numerosa y por eso no pasó a los anales. Lo que sí es cierto es que la crueldad que manifiesta es coherente con las brutalidades que Flavio Josefo nos cuenta de Herodes: hizo ahogar a su cuñado Aristóbulo cuando éste alcanzó gran popularidad (Antigüedades Judías, 15 & 54-56), asesinó a su suegro Hircano II (15, & 174-178), a otro cuñado, Costobar (15 & 247-251), a su mujer Marianne (15, & 222-239); en los últimos años de su vida, hizo asesinar a sus hijos Alejandro y Aristóbulo (16 &130-135), y cinco días antes de su propia muerte, a otro hijo, Antipatro (17 & 145); finalmente, ordenó que, ante su muerte, fueran ejecutados unos notables del reino para que las gentes de Judea, lo quisieran o no, lloraran la muerte de Herodes (17 &173-175).

LA SAGRADA FAMILIA DE JESÚS, MARÍA Y JOSÉ


 La Sagrada Familia nos habla de todo aquello que cada familia anhela auténtica y profundamente

Por: P. José Medina | Fuente: Religión en Libertad

Queridos amigos y hermanos de ReL: el domingo siguiente a la Navidad, o en su defecto, el 30 de diciembre, celebramos la Fiesta de la Sagrada Familia. En medio de una fuerte crisis en torno a la integridad de la familia, Dios Amor nos brinda nuevamente el modelo pleno de amor familiar al presentarnos a Jesús, María y José.

La Sagrada Familia nos habla de todo aquello que cada familia anhela auténtica y profundamente, puesto que desde la intensa comunión hay una total entrega amorosa por parte de cada miembro de la familia santa elevando cada acto generoso hacia Dios, como el aroma del incienso, para darle gloria.

Por ello, a la luz de la Sagrada Escritura, veamos algunos rasgos importantes de San José, Santa María y el Niño Jesús.

San José es el jefe de la familia y actúa siempre como Dios le manda, muchas veces sin comprender el por qué de lo que Dios le pide, pero teniendo fe y confianza en Él.

La Santísima Virgen María desde el momento de la Anunciación, es el modelo de entrega a Dios. En Ella vemos una continua vivencia de la dinámica de la alegría-dolor: criando, educando, siguiendo de cerca a su Hijo Jesús mostrándole en todo momento un auténtico amor maternal.

Jesús desde chico demuestra que es el Hijo de Dios y que cumple fielmente lo que su Padre le manda. María y José fueron sus primeros educadores.

Les invito a que recen conmigo esta Oración por la Familia escrita por san Juan Pablo II, el Papa de la familia:

Dios, de quien proviene toda paternidad en el cielo y en la tierra: Padre, que eres amor y vida, haz que cada familia humana, sea, por medio de tu Hijo Jesucristo, "nacido de mujer" y mediante el Espíritu Santo, fuente de Caridad Divina, un verdadero santuario de vida y amor para las nuevas generaciones.

Haz que tu gracia guíe los pensamientos y las obras de los cónyuges, para bien propio y de todas las familias. Haz que las jóvenes generaciones encuentren en la familia un fuerte sostén humano, para que crezcan en la verdad y el amor.

Haz que el amor, reforzado por la gracia del Sacramento del Matrimonio, se manifieste más fuerte que cualquier debilidad o crisis que puedan padecer las familias. Te pedimos por intermedio de la Familia de Nazaret, que la Iglesia pueda cumplir su misión en nuestra familia, en medio de todas las naciones de la tierra.

Por Cristo, nuestro Señor, Camino, Verdad y Vida, por los siglos de los siglos. Amén. Con mi bendición. Padre José Medina

“EL BAUTISMO DE JESÚS”


El relato del ‘Bautismo’ de Jesús. (Mt 3,13-17) “Tú eres mi hijo amado; yo tengo en ti mis complacencias”: es así como la voz del cielo revela la verdadera identidad de Jesús quien, con motivo de su bautismo en el Jordán, por obra de Juan, da comienzo a su vida pública: “por esos días –nos comunica el evangelista Mateo- vino Jesús de Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán”. El bautismo de Juan el Bautista se distingue, indudablemente, de todos los demás ritos judíos de abluciones religiosas, ofertas al templo, etc. En efecto, está vinculado a una nueva forma de pensar y actuar: “está vinculado –escribe Benedicto XVI en su libro ‘Jesús de Nazaret’- sobre todo al anuncio del juicio de Dios y al anuncio de alguien más grande, que ha de venir después de Juan”. El Bautista no conocía, posiblemente, a este más ‘grande’ que él, pero sabía de haber sido enviado para prepararle el camino. Tan grande era ese ‘otro’ que él “no se sentía ni siquiera digno de desatarle la correa de sus sandalias”, o sea, de prestarle la acción más humilde de aquel tiempo. Para Jesús, por cierto, la recepción del bautismo significó su primera manifestación de vida pública y marcó el inicio de su ‘misión’.

La consagración mesiánica de Jesús. Con el bautismo, al comienzo de su ministerio público, termina el largo periodo de inacción de Jesús. En el suelo áspero del desierto y distanciado, no casualmente, de los centros del poder religioso y político de la nación judía, comienza su misión. Sin tanto protocolo Jesús, humildemente, hace cola en espera de ser bautizado por Juan.

La verdad es que estamos ante la investidura y consagración mesiánica de Jesús de Nazaret, Hijo de Dios y Mesías esperado, por obra del Espíritu Santo: “al salir Jesús del agua –leemos en el Evangelio de Marcos- vio que los cielos se rasgaban y que el Espíritu, en figura de paloma, descendía sobre Él”. Descendiendo en el agua del Jordán, Jesús lleva consigo el ‘pecado del mundo’, o sea, el ambiente en el cual la realidad del pecado prospera y establece vínculos de solidaridad negativa entre los hombres. A partir de la cruz y resurrección se clarificará, luego, para los cristianos, lo que ocurrió: que Jesús había cargado con la culpa de toda la humanidad y, entrando con ella en las aguas del Jordán, la había cancelado. Luego, la efusión del Espíritu Santo revelará también su identidad de Hijo único, amado y elegido por Dios.

 Sabernos amados por Dios. También nosotros, desde cuando recibimos el sacramento del Bautismo, hemos sido amados por el Padre como verdaderos hijos suyos, en quienes Él ha puesto sus complacencias y a quienes ha dado nueva vida. Por el Espíritu, en efecto, hemos sido purificados de nuestros pecados e insertados en el torrente de la salvación.

La dimensión ‘trinitaria’ del bautismo. Retomando el comentario de Benedicto XVI, señalamos otros significados del bautismo de Jesús y, desde luego, del nuestro. En primer lugar, la imagen del cielo, que se abre sobre Jesús, “al salir del agua, vio que los cielos se rasgaban”, y que evidencia su comunión con la voluntad del Padre, que está en los cielos. A ello, se añade la proclamación de la misión de Cristo y se preanuncia, con claridad, el misterio de Dios Trinidad. En el bautismo de Jesús, finalmente, sucede algo grande e incomprensible: la caída de la barrera que separa, tradicionalmente, a Dios del hombre. En nuestros corazones, gracias al bautismo, en efecto, irrumpe la plenitud de la pertenencia al Padre y la revelación de su amor. Yo soy, ahora, ese hijo amado por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

SAN JOSÉ SEGÚN LA BIBLIA Y LA TRADICIÓN


Tanto la genealogía de Mateo como la de Lucas establecen que José procedía de la casa y familia de David: Un hombre llamado José, de la casa de David (Lc 1, 27); y cuando el ángel le habla en sueños, se dirige a él con un título de nobleza: José, hijo de David (Mt 1,20).

Fue enviado el ángel Gabriel de parte de Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret (Lc 1, 26). Nazaret era en tiempos de José un humilde pueblecito poblado por agricultores y pastores, cuya reputación no era muy alta al tenor del dicho de Natanael: “¿de Nazaret puede salir algo bueno?” (Jn 12,46).
“Y todos iban a empadronarse, cada cual a su ciudad. También José, por ser de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, para empadronarse con su esposa María, que estaba encinta “ (Lc 2,3). En Nazaret, efectivamente, vivía José cuando se comprometió formalmente con María y no tenemos motivos para dudar de que naciera allí, o, al menos, de que pasara allí su infancia y su juventud.
¿No es (Jesús) el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?» (Mt 13, 55-56). Según un historiador que vivió en Palestina a comienzos del siglo II, Hegesipo, el cual pudo recoger su información allí mismo, José tenía un hermano llamado Cleofás; este tío de Jesús había esposado una María que el Evangelio designa como “hermana” de la Virgen, la cual era probablemente la madre de los cuatro varones a quienes el Evangelio llama “hermanos” del Señor (Santiago, José, Simón y Judas) y de tres hijas de nombre desconocido. Como es sabido, la expresión “hermanos y hermanas” de Jesús no tiene por qué asombrarnos, pues, el término “hermano” tiene en la Biblia un significado mucho más amplio que en nuestro idioma, porque el arameo y el hebreo no tienen palabras para designar a los primos y los sobrinos, utilizando la expresión “hermanos” para hablar de parientes cercanos.
JESÚS, EL HIJO DEL CARPINTERO
¿De dónde le vienen a éste (Jesús) tal sabiduría y tales poderes? ¿No es éste el hijo del carpintero? (Mt 13, 55). Tanto Mateo como Marcos al designar el oficio de José utilizan un término griego –tekton- cuyo sentido general es el de artesano-obrero. Las más antiguas tradiciones son casi unánimes, tanto entre los Padres de la Iglesia como entre los evangelistas apócrifos: José era “faber lignarus”, es decir, obrero de la madera, ebanista o carpintero.
San Ambrosio y Teófilo de Antioquía nos lo representan cortando árboles y construyendo casas, pero esas diversas afirmaciones no tienen nada de contradictorio. A un artesano de Nazaret le habría sido imposible especializarse, pues no habría tenido suficiente trabajo; se dedicaba, pues, a realizar tareas diversas, entre las cuales las de carpintería y ebanistería parecen haber sido las principales.
En el siglo II, hacia el año 160, el filósofo San Justino, mártir, escribía: «Jesús pasaba por ser hijo del carpintero José y era él mismo carpintero, pues mientras permaneció entre los hombres, fabricó piezas de carpintería como arados y yugos». San Justino había nacido en Samaria, concretamente en Naplusa, la antigua Siquem; así pues, había podido recoger testimonios procedentes de la vecina Galilea. Ahora bien, los arados de aquella época, como los actuales, llevaban una reja de hierro que el carpintero se encargaba de forjar personalmente, lo que muy probablemente le obligaba a completar su oficio con el de herrero. Los habitantes de Nazaret solicitarían con frecuencia sus servicios; cuando algo se rompía o necesitaban algo repetirían lo que el Faraón decía refiriéndose a su primer ministro: “Id a ver a José”.
“JOSÉ, COMO ERA JUSTO…” (MT 1, 19)
La palabra justo, en el lenguaje bíblico, designa el ideal de la rectitud moral. El conjunto de todas las virtudes. El justo del AT es el mismo que el Evangelio llama santo. Justicia y santidad expresan la misma realidad. El retrato del justo se esboza sobre todo en los Salmos. A José en cuanto hombre justo se le podía aplicar a la letra lo que Jesús dijo en su oración al Padre: Yo te bendigo (…) porque has ocultado estas cosas a los sabios y los prudentes y se las has revelado a los humildes (Mt 11, 25; Lc 10, 21).
Dice la teología que siempre que Dios confía una misión a un hombre, le da las gracias necesarias para que la realice. José era justo ante Dios y ante los hombres. Dios había llenado a José de justicia, de sabiduría y santidad, para ser esposo de María y para educar adecuadamente a Jesús, el cual debería ir creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.
Todos los justos, en aquella época, sabían que se aproximaba el tiempo en que se manifestaría Dios, y repetían las palabras del profeta: Cielos, derramad vuestro rocío, y que las nubes destilen al justo; ábrase la tierra y germine el Salvador (Is 45, 8); tanto más cuanto que todos los signos anunciaban como inminente la venida del Mesías. Era este el sentir común de los hombres religiosos del momento (cfr. Simeón y profetisa Ana).
LA PROMETIDA DE JOSÉ
“Y el nombre de la Virgen era María…” (Lc 1, 26); “Estando desposada María, su madre, con José…” (Mt 1, 18).
José tendría que ser joven cuando decide celebrar los esponsales con María, es fantasioso pensar en un José anciano. Un israelita solía casarse alrededor de los dieciocho años. Algunos documentos de la iconografía antigua (catacumba romana de San Hipólito y sarcófago de San Celso en Milán) le muestran joven.
Entre los judíos, las transacciones que precedían a los esponsales constituían, por parte de los parientes, una especie de chalaneo. Discusiones interminables trataban de precisar minuciosamente la aportación recíproca de los prometidos. No sabemos el lugar en el que se desarrollaron las ceremonia; asistirían todos los parientes. José y María tendrían que revestirse de una larga túnica. María daría a José la mano, José pondría en su dedo el anillo de oro —símbolo de alianza y de posesión—, diciendo: “Por este anillo, quedas unida a mí, ante Dios, según el rito de Moisés “. Luego, entregaría a su prometida el acta del contrato, así como el denario de plata que representaba su dote o su viudedad. Ya se pertenecían. Entre los hebreos, los esponsales tenían el mismo valor, en la práctica, que el matrimonio.