Mi
estimado Rubén. El rosario es una devoción mariana que surgió en la Edad Media
cuando los cristianos saludaban a María con el título de rosa. En esa época se
les permitía a los que no podían cantar los 150 Salmos del Oficio Divino
recitar 150 avemarías. Las avemarías significaban dar rosas a María, de ahí
surge el rosario a María.
El avemaría es una oración que
encontramos en el evangelio de Lucas: “Dios te salve, llena de gracia”, es el
saludo del ángel Gabriel anunciando a María que va a ser la madre de nuestro
Señor. Este saludo del ángel se convirtió en la primera línea del avemaría,
oración a María que nos recuerda que ella nos lleva a Jesús. Durante el rezo
del rosario rezamos avemarías y meditamos sobre eventos importantes de la vida
de María y Jesús.
Nuestra
Señora del Rosario - 7 de octubre: Durante el mes de octubre se nos
invita a rezar el rosario solos o en familia. Esta práctica nos acerca más a
Jesús y a María y nos permite recordar nuestro llamado de ser discípulos de
Jesús imitando a María en su confianza en nuestro Padre Creador.
El 7 de octubre la Iglesia
celebra el día del Rosario. Al rezar el Rosario nos aquietamos. El rezo
monótono de las oraciones nos introduce en un estado de paz donde nos
encomendamos a María, nuestra Madre y sentimos su apoyo y comprensión. Al
meditar en algunos acontecimientos de la vida de Jesús y María aprendemos más
sobre nuestra fe, nos acercamos más a Jesús y a María, aprendemos a amarlos y
conocer cuánto nos aman ellos.
Durante este mes de octubre, converse con los estudiantes sobre la devoción del
rosario e inicie cada clase rezando una decena del rosario. Al finalizar el mes
habrán rezado todos los misterios del rosario. También puede enviar a las casas
una estampita con los misterios del rosario y pedir a los niños que recen
juntos en familia una decena cada día. Recuérdeles que la familia que reza
unida permanece unida.
Que hermoso sería si este mes de octubre empezáramos una nueva costumbre en
nuestras familias; rezar juntos una década del rosario todos los días, no nos
toma más de cinco minutos y nos puede dar horas de tranquilidad y paz en
nuestros hogares. Como decía el padre Peyton: “Que nuestra madre y su Santo
Hijo les bendiga”.
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