domingo, 13 de enero de 2019

ESTA SEGUNDA EDICION ESTARA VIDENTE DURANTE LA SEMANA COMPRENDIDA ENTRE EL 14 AL 20 DE ENERO 2019,

                       
En nuestro encuentro de esta semana trataremos de responder a algunas preguntas teológicas sobre la biblia que a menudo nos planteamos en nuestro silencio personal de meditación, pero no investigamos lo necesario para comprender mejor la palabra de Dios.
Por lo tanto, vamos a escudriñar las siguientes preguntas con el fin de comprender cada día más la Biblia y crecer en nuestra fe: Las preguntas que nos vamos a plantear y analizar son las siguientes:
¿Qué es el termino Justicia en la Biblia?
¿Quiénes eran los republicanos en la época de Jesús?
¿Cuál es el significado de podar en la Biblia?
¿El concepto de sueño en la biblia?
¿Quién era el Sumo Sacerdote en la época de Jesús?
¿Concepto de Profeta ampliado?
¿Qué significa realmente el termino fariseo?
¿Qué entendemos por la cólera de Dios en la Biblia?
¿El rito del Bautismo de Juan el Bautista?
¿El Bautismo de los primeros cristianos en le época de Jesús?
¿Cuál era realmente el parentesco entre Jesús y Juan el Bautista?
¿Qué se sabe de la muerte de José el esposo de la virgen María?
¿Fue Jesús un monge esenio?
¿El concepto de desierto en la Biblia?
Aprovechando que nos vienes de explicar el termino desierto. ¿Que reflexión podemos sacar del pasaje sobre las tentaciones?
¿Como debe ser comprendido o leído  el pasaje de las tentaciones?
¿Como era la cultura religiosa en la época en que fueron escritos los Evangelios?
¿Qué es la verdad del punto de vista bíblico?

Lo más importante cuando leemos la Biblia es estar seguros de que hemos comprendido todo el significado de las palabras y sobre todos de algunos conceptos relacionados con la época.
Por esa razón en esta segunda entrega del año voy a tratar de compartir con ustedes mis amigos y amigas algunos comentarios sobre algunas palabras o términos que encontramos en las Sagradas Escrituras, y que es muy importante conocer para similar mejor lo que el Espíritu Santo no quiere decir o manifestar.
¿Cuál es el termino justicia en la Biblia?
Desde luego es un tema de mucha importancia a lo largo de toda la Biblia. Que Dios sea justo, como repiten una y otra vez los profetas, quiere decir que es liberador, que toma partido por los pobres y exige que se respete el derecho de los oprimidos, que es recto, que no se deja sobornar por la palabra engañosa o por el culto vacío.
Conocer a Dios en lenguaje bíblico es lo mismo que amarlo es obrar la justicia (Jeremías 22, 13-16). La religión verdadera es reconocer el derecho de los pobres y establecer relaciones de justicia entre los hombres (Isaías 1, 10-18; Jeremías 7, 1-11). Así es como debemos vivir la justicia los que nos llamamos cristianos.

¿Quienes eran los republicanos en la época de Jesús?

Comencemos diciendo que los publicanos eran funcionarios del imperio romano o de las autoridades locales que recaudaban los impuestos. Desde ese puesto extorsionaban a los pobres.
Por otra parte, los publicanos (en latín, publicanum, pl. publicani) o sus asociaciones, tenían el monopolio del dinero y del poder económico: la renta del suelo de Italia, y del mejor suelo de las provincias; la renta de los préstamos; las ganancias comerciales en todo el territorio romano; y (cuando lo tenían arrendado) la parte correspondiente de las rentas del tesoro público. Algunos publicanos alcanzaron capitales inmensos (de hasta cien millones de sestercios, cuando una fortuna senatorial media era de unos tres millones de sestercios, y la de un caballero medio de dos millones de sestercios). Los mercaderes italianos eran miles en todas las provincias, pero, como excepción, en las de Hispania Citerior e Ulterior eran poco numerosos.
Resumiendo podemos decir que eran recaudadores de impuestos en el pueblo judío (ellos eran judíos naturales, de nacimiento) pero para el servicio de roma, y su ganancia de trabajo consistía en recaudar impuestos por encima de la tasa que roma estipulaba para el pueblo judío Roma estipulaba 100 y ellos cobraban 200 pagaban 100 a roma y ganaban 100, podían colocar la cifra que quisieran estos judíos al servicio de roma eran considerados como traidores violadores del pacto de Dios y los fariseo los consideraban igual a los ladrones de aquel entonces. 

¿Cuál es el significado de “podar” en la Biblia?

En realidad, mis estimados amigos y amigas no cabe duda que  se pueden podar las ramas viejas de un árbol, pero si las raíces están podridas no hay nada que hacer.
La pregunta que Jesús hizo a Juan Bautista plantea el tema del pecado estructural y el pecado personal. El pecado, la injusticia, no es sólo un mal individual, que tenga remedio por una conversión entendida individualmente.
Hay situaciones y estructuras de pecado. Un régimen económico que produce pobres cada vez más pobres y ricos cada vez más ricos es una estructura de pecado.
Un régimen político que no da participación al pueblo, que se sostiene sobre el crimen y la corrupción, es también un pecado institucional, como en la actualidad Costa Rica y otros países del área.
El mensaje de Jesús, como el de Juan el Bautista, no llamó sólo a la conversión personal. Esbozó un proyecto de transformación de la sociedad.

¿Cual es el concepto de sueño en la Biblia?

Cuando parecía que en la interpretación de los sueños ya habíamos superado a figuras como Sigmund Freud, nos damos cuenta de que existe una forma de interpretar los sueños que se remonta a épocas antiguas. Nos estamos refiriendo desde luego al significado bíblico de los sueños.
Desde la más remota antigüedad se ha intentado dar un significado a los sueños. Ya en la 'Ilíada' aparecen los sueños como el medio a través del cual los dioses se comunicaban con los mortales. Y en la Biblia ocurre lo mismo. Los sueños no son producto de nuestro subconsciente generados por nuestras preocupaciones, nuestras vivencias o nuestros miedos. Los sueños son la palabra de Dios.
No hace falta soñar con Dios para escuchar su mensaje, porque lo hace a través de todo tipo de sueños, desde los sueños más surrealistas a los más cotidianos. Según la Biblia, la mayoría de los sueños que tenemos es la forma que Dios tiene de comunicarse con nosotros, por lo que conviene prestar atención a todas las imágenes que aparecen.
A veces es fácil relacionar un sueño concreto con la intención de Dios para establecer comunicación. Ocurre cuando soñamos con ángeles, por ejemplo, o incluso cuando soñamos con familiares ya fallecidos que llegan para protegernos y guiarnos en el camino hacia la felicidad. Pero hay que tener cuidado porque los sueños no solo los envía Dios.
Pero cuidado, porque dicen los escritos bíblicos que los sueños también pueden ser mensajes de Satanás. Y a juzgar por algunas pesadillas y la angustia que nos genera al despertar estamos por aceptar esa posibilidad. Porque nos negamos a creer que nuestro subconsciente sea capaz por sí mismo de generar tanta desgracia en nuestros sueños.
Resumiendo podemos afirmar que todos los pueblos de la antigüedad atribuyeron gran importancia a los sueños, creyendo que éstos permitían al hombre ponerse en contacto con Dios y anunciaban el futuro. En Israel estaba extendida esta creencia y se les daba una significación especial a determinados sueños.
En las Escrituras, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, se cuentan algunos sueños reveladores del porvenir o de los planes de Dios sobre determinados hombres y mujeres (Génesis 27, 5-10; Daniel 7, 1-28; Mateo 1, 18-25).  El sueño que Jesús contó a Juan y Andrés recoge una hermosa profecía mesiánica (Isaías 42, 1-4).


¿Quien era el Sumo Sacerdote en la época de Jesús?

Desde luego mis amigos que la máxima autoridad religiosa de Israel era el sumo sacerdote. Desde el Templo de Jerusalén controlaba todo el sistema teocrático que vinculaba estrechamente a la religión con la política.
Del sumo sacerdote dependía el personal del templo, formado fundamentalmente por los sacerdotes y los levitas. Si en algún momento histórico los sumos sacerdotes representaron los sentimientos religiosos del pueblo de Israel, en tiempos de Jesús esta institución estaba totalmente corrompida.
El sumo sacerdote no era más que un colaborador del imperio romano y el máximo representante de un sistema religioso basado en rigurosas leyes y prohibiciones, obteniendo por esto grandes beneficios económicos.
A los pocos años de nacer Jesús, era sumo sacerdote Anás. En el cargo le sucedieron sus cinco hijos y, finalmente, su yerno José Caifás.

¿Qué era y como estaba compuesto el Sanedrín?

El Sanedrín era la Corte Suprema de la ley judía, con la misión de administrar justicia interpretando y aplicando la Torah, tanto oral como escrita. A la vez, ostentaba la representación del pueblo judío ante la autoridad romana.
De acuerdo con una antigua tradición tenía setenta y un miembros, herederos, según se suponía, de las tareas desempeñadas por los setenta ancianos que ayudaban a Moisés en la administración de justicia, más el propio Moisés. Se desarrolló, integrando representantes de la nobleza sacerdotal y de las familias más notables, posiblemente durante el periodo persa, es decir a partir del siglo V – IV a.C. Se menciona por primera vez, aunque con el nombre de gerousía (consejo de ancianos) en tiempo del rey Antioco III de Siria (223-187 a.C.). Con el nombre de synedrion está atestiguado desde el reinado de Hircano II (63-40 a.C.). En esos momentos lo presidía el monarca asmoneo, que también era sumo sacerdote.
Herodes el Grande al comienzo de su reinado mandó ejecutar a gran parte de sus miembros — cuarenta y cinco, según Flavio Josefo (Antiquitates iudaicae 15,6)—, porque el consejo se había atrevido a recordarle los límites en los que debía moverse su poder.
Los reemplazó por personajes sumisos a sus deseos. Durante su reinado, y después en tiempo de Arquelao, el Sanedrín apenas tuvo importancia. En la época de los gobernadores romanos, también en la de Poncio Pilato, el Sanedrín ejerció de nuevo sus funciones judiciales en procesos civiles y penales, dentro del territorio de Judea.

En esos momentos sus relaciones con la administración romana eran fluidas, y el relativo ámbito de autonomía que se le dejó está en consonancia con la política romana en los territorios conquistados.
No obstante, lo más probable es que en esos momentos la potestas gladii, es decir, la capacidad de dictar una sentencia de muerte, estuviera reservada al gobernador romano (praefectus) que, como era lo ordinario en esos momentos, habría recibido del emperador amplios poderes judiciales, entre ellos esa potestad. Por lo tanto, el Sanedrín aunque podía entender de las causas que le eran propias no podía condenar a nadie a muerte.
La reunión de sus miembros durante la noche para interrogar a Jesús no fue sino una investigación preliminar para perfilar las acusaciones que merecían la pena capital para presentarlas, a la mañana siguiente, en contra de Jesús en el proceso ante el prefecto romano. BIOGRAFÍA: Joachim GNILKA, Jesús de Nazaret. Mensaje e historia (Herder, Barcelona 1993); Antonio RODRÍGUEZ CARMONA, La religión judía. Historia y teología, (B.A.C., Madrid 2001).
Fuente: P. Varo, U de Salamanca.

¿Qué es el concepto de Profeta?

Comencemos diciendo que Profeta es un concepto que procede de propheta, un término latino, aunque su raíz etimológica se halla en la lengua griega. La noción se utiliza para nombrar a quien es capaz de realizar una profecía (es decir, de anticipar un acontecimiento futuro a partir de la gracia divina o mediante algún tipo de capacidad sobrenatural).
Nos debe quedar claro que en el ámbito de la religión, se conoce como profeta al individuo que puede intermediar entre Dios y el ser humano gracias a un contacto directo con la divinidad. Los profetas, por lo general, sostienen que Dios les comunica revelaciones que deben transmitir a la gente. Un profeta, por lo tanto, es un mensajero de Dios.
Resumiendo podemos decir que un profeta no es un adivinador del futuro. Es un cuestionador del presente. El profeta nace fuera de la institución o, precisamente por serlo, va quedando cada vez más al margen de ella.
La institución representa la ley, la norma, la seguridad, el poder. El profeta representa el riesgo, la audacia, la libertad, la imaginación. Para cualquier institución, religiosa, política, social o cultural, siempre resultan peligrosos los profetas. En todos los tiempos y en todas las culturas existe el conflicto institución-profetismo.

¿Qué significa realmente el termino fariseo?

La palabra fariseo proviene del hebreo “perusim” que significa “separado, separatista”. Los fariseos se definen como un grupo político-religioso, integrado por la comunidad judía, que surgió como clase durante el siglo lll antes de Cristo.
Después del exilio, la monarquía gubernamental de los israelitas se quedó en el pasado; y en su lugar los judíos fundaron una comunidad mitad estado, mitad iglesia.
A diferencia de los saduceos (descendientes del Sumo Sacerdote), los fariseos consiguieron que sus interpretaciones fueran aceptadas por la mayoría de los judíos, es por esto que una vez que el templo cae, ellos toman el control de manera oficial del judaísmo y transformaron el culto, trasladándolo a la sinagoga (casa de reunión).
Su doctrina se fundamenta en lo siguiente: creían en la inmortalidad del alma, para ellos, no todo terminaba con la muerte, al contrario, las almas seguían viviendo. La creencia de la libertad humana, aceptando que el destino tenía influencia en los hombres, sin embargo, estos podían decidir qué hacer con sus vidas.
Creían en la recompensa y en el castigo eterno, las almas de los buenos eran premiadas, mientras que las de los malos eran enviadas al infierno para recibir su castigo. La obediencia a su tradición interpretativa, refiriéndose a las obligaciones religiosas (oraciones, los rituales de adoración, etc.). Creían en la resurrección, las almas de los seres buenos recibirían un nuevo cuerpo, pero no un cuerpo terrenal, sino uno que perdurará en la eternidad.
Una de las características principales de los fariseos, era el sentido de superioridad que tenían sobre las naciones paganas e idolatras. Sus preceptos arrogantes y orgullosos, desarrollaron un formalismo exagerado, a tal grado que se prohibía el matrimonio con los paganos, incluso muchos de los matrimonios contraídos previamente, fueron disueltos como resultado de la legislación promulgada por ellos.
Sin embargo, es importante resaltar que el fariseísmo, en cierto sentidocontribuyeron a preparar el terreno para la introducción al cristianismo, ya que fueron los fariseos los que difundieron la creencia en la resurrección y recompensas futuras. En pocas palabras, su influencia cultural, representó un elemento fundamental en la capacitación de la voluntad nacional y el propósito para la entrada al cristianismo.
Por lo tanto debemos recordar siempre que la palabra fariseo quiere decir “separado”. Los fariseos no eran sacerdotes. Formaban un movimiento laico dirigido por los letrados y los escribas.
Su práctica religiosa estaba centrada obsesivamente en el estricto cumplimiento de la Ley y, por esto, despreciaban al pueblo, que no compartía ni entendía su rigor legalista, y se separaban de él.

¿Qué entendemos por la cólera de Dios en la Biblia?

La cólera de Dios es un tema bíblico del que hablaron la mayoría de los profetas.
No se trata de una ira caprichosa ni arbitraria, ni tampoco de una forma de venganza pasional que Dios toma contra los que le ofenden “personalmente”.
Cuando los profetas hablan de la cólera de Dios se refieren especialmente al día en que Dios agote su paciencia frente a los opresores e intervenga de una vez, con todo su poder, en favor de los oprimidos.
Tampoco debe entenderse que el Dios del Antiguo Testamento sea un Dios vengativo y colérico superado por el Dios de Jesús, sólo amor y misericordia.
Los textos del Nuevo Testamento, tanto en los evangelios como en otros libros, recogen el tema de la cólera de Dios (Romanos 2, 5-8; Apocalipsis 6, 12-17), del mismo modo que los antiguos profetas hablaron también de la ternura ilimitada de Dios (Éxodo 34, 6-7; Isaías 49, 13-16).

¿Qué consistía el rito del Bautismo de Juan el Bautista?

El rito del bautismo que Juan popularizó significaba un reconocimiento público de estar dispuesto a cambiar de vida para preparar el camino al Mesías. Al igual que entonces, en la cultura cristiana, el bautismo no tiene el sentido de llegar a una meta, sino de iniciar un camino.
El bautismo cristiano es un rito por el que se reconoce en público, delante de la comunidad, que se rompe con el pasado y se acepta el camino de Jesús.
<comentemos ahora el bautismo de Jesús fue el punto de partida de su vida pública. Jesús, como todo hombre, fue comprendiendo a lo largo de su vida, en contacto con los demás, y partiendo de distintas experiencias, lo que Dios quería de él.
Todo esto fue un proceso que los relatos evangélicos concentran en el momento del bautismo de Jesús, cuando él, sensible ante la personalidad y el mensaje de Juan, tendría una decisiva experiencia interior.
Para describir este importante momento, los que escribieron los evangelios lo relatan usando símbolos exteriores. Se abre el cielo: esto quiere decir que Dios está cercano a Jesús. Desciende una paloma: algo nuevo va a comenzar y, así como el Espíritu volaba sobre las aguas el primer día de la creación del mundo, aletea ahora sobre Jesús, el hombre nuevo. Se oye la voz de Dios: Jesús se siente elegido para una misión.

¿El Bautismo de los primeros cristianos en le época de Jesús?

Los primeros cristianos que vivieron en tierras de Israel se bautizaban sumergiéndose en las aguas del río Jordán, donde Juan bautizó a sus compatriotas. Los de otros lugares, lo hacían bañándose en un río o en un estanque.
Con los siglos, esta costumbre se fue perdiendo y hoy sólo ha quedado ese poco de agua que el sacerdote derrama sobre la cabeza del nuevo cristiano. Los cristianos de rito ortodoxo y algunos cristianos evangélicos siguen practicando el bautismo por inmersión.

¿Cuál era realmente el parentesco entre Jesús y Juan el Bautista?
El parentesco de primos entre Juan el Bautista y Jesús, al que se refiere únicamente el evangelio de Lucas, debe entenderse como expresión de la estrecha relación que existió entre el mensaje de ambos profetas. Juan tuvo que tener una influencia decisiva sobre Jesús, que diría un día de él que era “el mayor de entre los nacidos de mujer” (Mateo 11, 11).
Por otra parte es muy posible que Juan el Bautista viviera durante algún tiempo en el monasterio de los esenios, en las orillas del Mar Muerto, cerca del lugar donde después bautizaría.

Los esenios fueron un grupo similar a una congregación religiosa, que comenzó a formarse unos 130 años antes de nacer Jesús. Eran muy críticos de las prácticas religiosas del Templo de Jerusalén y en rechazo de ellas se retiraron al desierto para no contaminarse con el mundo.
Vivían en comunidad, guardaban el celibato, aunque había grupos de casados, rezaban oraciones especiales, no hacían sacrificios de animales, practicaban una pobreza rigurosa y compartían los bienes.
Esperaban el fin de los tiempos como un acontecimiento inminente. Se consideraban perfectos y predilectos de Dios.
Entre sus ocupaciones estaba la copia de las Escrituras.
Cuando en los años 70 de nuestra era los romanos devastaron las ciudades de Israel y hasta arrasaron Jerusalén, los esenios huyeron del monasterio y dejaron enterrados en ánforas de arcilla algunos de sus manuscritos.
Estos pergaminos, los llamados “rollos del Mar Muerto”, han llegado hasta nosotros después de los descubrimientos hechos en Qumram en 1947.
Son los manuscritos más antiguos que se conocen de algunos libros de la Biblia. El más importante es el rollo del profeta Isaías.
Actualmente, se pueden visitar las ruinas del monasterio esenio, del que se conservan paredes, algunas escaleras, las piscinas de purificación. En el Museo del Libro, en Jerusalén, están los objetos encontrados en las ruinas: vasijas, sandalias, monedas, mesas.

¿Qué se sabe de la vida de José el esposo de la virgen María?

No se tiene ninguna referencia histórica sobre cuándo y cómo murió José, el esposo de María. De lo que sí existen datos históricos es del saqueo y destrucción de la ciudad de Séforis, cercana a Nazaret y entonces capital de Galilea, en los años de la juventud de Jesús. Los romanos la incendiaron como escarmiento de la rebelión zelote que allí se produjo.
«Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando», dice María a Jesús cuando le encuentra en el Templo al cabo de tres días perdido durante la peregrinación anual a Jerusalén. En la escena que recoge San Lucas (Lc 2,41-52), el evangelista señala que Jesucristo tenía 12 años y que se fue con ellos a Nazaret y vivió los años siguientes «sujeto a ellos» mientras «progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres». Ésta es la última mención a San José en la Biblia, a excepción de las referencias a Jesús como el «hijo de José». Qué fue del padre adoptivo de Jesús sigue siendo una incógnita más en una figura tan venerada, como discreta.
No se conoce ni una palabra dicha por San José, a quien por esto se le llama el «Santo del silencio».
Las «únicas fuentes confiables» que hablan de él son los primeros capítulos de los evangelios de Mateo y de Lucas, según la Enciclopedia Católica, ya que existe una «fuerte sospecha» sobre los detalles que aportan apócrifos como el «Evangelio de Santiago», el «Pseudo-Mateo», el «Evangelio de la Natividad de la Virgen María», la «Historia de José, el Carpintero» y la «Vida de la Virgen y Muerte de José». «Aún cuando se pueda dar por acordado que varios de dichos hechos así recopilados puedan estar fundados en tradiciones confiables, en la mayoría de los casos es casi imposible discernir y tamizar tales partículas de verdadera historia de entre los componentes imaginarios con los cuales están asociados», afirma el texto de Charles L. Souvay.
Hijo de Jacob, según San Mateo, o de Elí, de acuerdo con San Lucas, se cree que José nació en Belén y se trasladó en fecha indeterminada a Nazaret, aunque este aspecto hay quien lo discute. «De San José se sabe muy poco», reconoce Francisco José Gómez. Sin embargo, sí hay datos que trazan su perfil, a juicio de este historiador. «San José y María eran de Galilea, una región con mala fama entre los judíos de la época, con una religiosidad muy fiel a un judaísmo tradicional y antiguo», destaca el autor de la «Breve Historia de Jesús de Nazaret» que recuerda la pregunta de Natanael: «¿de Nazaret puede salir algo bueno?» (Juan 1, 46). «José participaba de esta religiosidad. Además admiraba y estaba unido a la idea de la restauración de Israel, de la necesidad de liberarse del yugo de Roma y de la llegada del reinado de Dios entre los hombres», señala Gómez para quien esto es visible por los nombres de los familiares más próximos, «nombres fundamentales en la construcción de la historia de Israel».
Tanto Mateo como Marcos señalan que fue un «tekton», término que se puede traducir como carpintero «aunque hay que entenderlo en un concepto más amplio ya que haría de encofrador, trabajaría en la construcción, levantaría estructuras de madera para las casas… tendría una cierta formación técnica por encima de la media porque requería especialización y tenía unos riesgos», explica.
José hablaba arameo «porque era lo que se hablaba en Galilea y posiblemente griego porque es muy probable que también trabajara en Séforis», una ciudad próxima, a una hora de camino, que estaba en proceso de reconstrucción y con mucha población griega. «Lo más normal es que hubiera ido a trabajar allí con Jesús y por eso se piensa que Jesús hablaba griego y que en este idioma mantuvo después la conversación con Pilatos», apunta el historiador.

¿Como fue la muerte de Jesús?
«Se piensa que José murió en torno a los 50-60 años», antes de que comenzara la vida pública de Jesús, porque «cuando los evangelios guardan silencio sobre algo es porque ya no es trascendente para el mensaje», continúa Gómez. Según su explicación, «que en ningún momento se nombre a San José pese al revuelo que levantó Jesús y a la cantidad de personas que aparecen alrededor de él en los evangelios, ni se le cite cuando se habla de la familia es porque José ya no tiene trascendencia, es porque ha muerto».
La apócrifa « Historia de José el Carpintero» apunta una fecha de su muerte: el 20 de julio del año 18 o 19 del Señor, y describe cómo el mismo Jesús lo asistió y consoló. Según este relato, falleció a los 111 años, con 21 años más de los que le asignó San Epifanio, mientras que el Venerable Beda señala que fue enterrado en el Valle de Josafat.
Sin embargo, «lo más probable es que haya muerto y sido enterrado en Nazaret», subraya la Enciclopedia Católica.
Francisco José Gómez menciona que «una tradición de la Iglesia oriental antigua, muy temprana, dice que José era bastante mayor que María y que traía hijos de un matrimonio anterior», como también apuntan los apócrifos.
También en la tradición católica se le representó como un anciano. En la Edad Media, incluso enfurruñado o de espaldas a Jesús, «para demostrar que no era el padre de Jesús», explica Gómez.
En otras imágenes de Navidad se le ve en segundo plano, con un gorro judío medieval y junto al profeta Isaías que le explica lo que está pasando, «representando al viejo pueblo judío que no entiende el mensaje de la Salvación».
El «gran salto» en su imagen se producirá gracias a Santa Teresa de Jesús, que convirtió a San José en patrono de los conventos carmelitanos reformados. «A partir de ahí se endulza mucho su figura, con un San José más joven, jugando con el Niño, con estampas más familiares», comenta el historiador.
¿Fue Jesús un monge esenio?

Jesús no fue un monje esenio, de los que había en su tiempo. Vivió mezclado con sus paisanos, participando de todos sus problemas y realidades.
Fue un laico, no entró en ninguna estructura religiosa, no fue sacerdote ni levita, no formó parte del movimiento seglar fariseo.
Hasta el final de su vida vivió y actuó de forma independiente, sin apartarse de la clase social en la que había nacido.

¿El concepto de desierto en la Biblia?
Así como Galilea, la región norte de Israel, es fértil y siempre verde, Judea, la región sur, es zona seca, de escasa vegetación y, en algunos lugares, un auténtico desierto.
En la actualidad, se puede ver, cerca de la ciudad de Jericó, en pleno desierto de Judea, el llamado Monte de las Tentaciones, donde la tradición cristiana fijó desde hace siglos el lugar en que Jesús fue tentado por el diablo. En la ladera de este monte hay un antiguo monasterio ortodoxo.
El pueblo de Israel creía que el desierto era terreno maldito por Dios y que por esto era estéril y allí sólo podían vivir animales salvajes y demonios. Lo consideraba un lugar extremadamente peligroso, donde el ser humano era puesto a prueba y podía sucumbir a la tentación. Pero el desierto no era sólo un lugar terrible.
La larga peregrinación de los israelitas por el desierto a lo largo de 40 años hasta llegar a la Tierra Prometida hizo que la tradición de Israel lo considerara también como lugar privilegiado para el encuentro con Dios y para conocer mejor sus planes, en la soledad y el riesgo. Entre estos dos sentidos, lugar de enfrentamiento con el mal y de revelación de Dios, se mueve el relato de las tentaciones de Jesús.

Aprovechando que nos vienes de explicar el termino desierto. ¿Que reflexión podemos sacar del pasaje sobre las tentaciones?


Mateo 4, 1-11
Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de hacer un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre. Y acercándose el tentador, le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes». Mas él respondió: «Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios». Entonces el diablo le lleva consigo a la Ciudad Santa, le pone sobre el alero del Templo, y le dice: «Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: A sus ángeles te encomendará, y en sus manos te llevarán, para que no tropiece tu pie en piedra alguna». Jesús le dijo: «También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios». Todavía le lleva consigo el diablo a un monte muy alto, le muestra todos los reinos del mundo y su gloria, y le dice: «Todo esto te daré si postrándote me adoras». Dícele entonces Jesús: «Apártate, Satanás, porque está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, y sólo a él darás culto». Entonces el diablo le deja. Y he aquí que se acercaron unos ángeles y le servían.


Reflexión
1. La Cuaresma, para los cristianos es un tiempo privilegiado para afinar la meta de nuestra vida y repasar nuestros objetivos. A veces resulta un repaso doloroso y que exige sacrificios.
Jesús también pasó por eso. Era un hombre como los otros. Poco a poco, reflexionando y orando ante su Padre, fue tomando conciencia de su misión. Dudó, buscó, fue tentado, a lo largo de su vida, y se impuso por la fuerza y el poder.

2. En el silencio el desierto, Jesús tenía necesidad de decirse a sí mismo, que no había venido a trabajar por cuenta propia, para su promoción personal. Sino que había sido enviado por su Padre para promover a sus hermanos: Liberarlos de todas las esclavitudes individuales y colectivas y hacerlos disfrutar de la dignidad de hijos de Dios.
El Evangelio que acabamos de leer nos cuenta, en forma condensada y simbólica, las luchas de Jesús por permanecer fiel a su misión. Reflexionaremos sobre sus tres tentaciones y descubriremos que son las nuestras también.

3. La primera tentación podríamos llamar la tentación del consumo: “Di que estas piedras se conviertan en pan”. Es decir, si quieres, puedes dar de comer a todos los hombres. Sufren, tienen hambre, no tienen trabajo - puedes asegurarles el bienestar material que desean. Puedes hacer milagros, el “milagro económico”.
“No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Pero Jesús no nos pide que nos desinteresemos de los bienes temporales. En el Padre Nuestro nos hace pedir: “Danos hoy nuestro pan de cada día”. Hay que luchar por el pan de cada día. Hay que luchar por nosotros y por todos los hombres.

Lo que el Señor nos pide aquí es luchar contra la alienación del consumo y contra la ilusión de creer que la felicidad del hombre coincide con la meta del consumo.

Él nos dice que el corazón del hombre reclama otros alimentos que los del “tener”. Y los papás entre nosotros saben muy bien que sus hijos no sólo necesitan bienestar material, sino que precisan también su tiempo, su atención, su palabra y su amor.

Como un niño, el hombre necesita del amor de Dios su Padre, de ese Dios que ha hablado y que tiene algo que decirnos. Y mientras los hombres no hayan oído esta palabra y mientras no traten de vivirla, persistirá en ellos un hambre insatisfecha que los convertirá en hombres sub alimentados e infelices.

Todos formamos parte de nuestro mundo y de nuestra sociedad. Y todos somos esclavos del consumo, de una u otra forma: Pensemos en nuestro coche, ese pequeño Dios; en el confort de la vivienda; en los juguetes de los niños; en los libros, que tal vez nunca se leerán; en nuestros vestidos y nuestra ropa, etc.

Tenemos hambre de pan, hambre de cosas materiales. Pero, ¿tenemos también hambre de Dios?

4. La segunda tentación de Jesús es la tentación del poder, la tentación de utilizar la fuerza de su Padre en provecho personal. Pero Él la rechaza: “No tentaréis al Señor, tu Dios”. Es decir: no le exigirás a Dios que se ponga a tu servicio. Tú eres quien ha de servirle. La fuerza de Jesús consiste en ponerse plenamente a disposición de su Padre, para servir a los hermanos.

Nosotros no nos libramos de la tentación de utilizar a Dios, de ponerlo a nuestro lado, es decir, de meterlo en “nuestro bolsillo”. ¡Cuántas veces, a través de la historia, grupos humanos, naciones, gobiernos, ejércitos o partidos políticos han intentado aprovecharse de los cristianos, de la Iglesia, de Dios, para llevar a cabo sus propios proyectos!

Y nosotros mismos, ¿no rezamos muchas veces el Padre Nuestro al revés: “Padre nuestro que estás en el cielo, hágase mi voluntad”. Es decir, nos colocamos en el centro, nos hacemos dios, en el lugar de Él. ¡Y cuántos hombres se apartan así de Dios, porque Dios no les ha obedecido!

5. La tercera tentación es la tentación de la idolatría. Tal vez pensemos: esta vez no me toca, son los paganos los que adoran a los ídolos.
Pero también en nuestro mundo de hoy hay montones de ídolos levantados: Desde el gran ídolo del dinero que adoramos todos más o menos, aunque luchemos por derribarlo de su pedestal. Hasta la multitud de ídolos ante los cuales nos prosternamos diariamente: el paquete de cigarrillos, o la buena comida, o el televisor, o la moda, o nuestro cuerpo, o también nuestras ideas o proyectos.

Todos esos dioses de recambio hacen que poco a poco, y quizás sin darnos cuenta, vivamos inclinados o postrados - incapaces de levantarnos, de vivir de pie, de poder prosternarnos libremente ante el único Dios.

6. Queridos recordemos que, el Espíritu Santo nos conduce a nosotros también, al desierto.  

¿Como debe ser comprendido el pasaje de las tentaciones?

El relato evangélico de las tentaciones en el desierto no debe ser leído como una narración histórica, sino como un esquema teológico, en tres momentos, de las pruebas que Jesús tuvo que superar a lo largo de toda su vida.
La clave para entender el relato está en las tres frases con las que Jesús responde al Tentador.
Las tres aparecen en la narración del peregrinaje del pueblo hebreo por el desierto (Deuteronomio 8, 3; 6, 16; 6, 13). Entonces, Israel falló y cayó en la tentación de la desconfianza, la acumulación y la prepotencia. Jesús se mantuvo fiel.

Los evangelistas quieren expresar que en la historia personal de Jesús se rescata la historia colectiva del pueblo de Israel.

¿Como era la cultura religiosa en la época en que fueron escritos los Evangelios?

La cultura religiosa y el estilo literario del tiempo en que se escribieron los evangelios obligaba a usar en el relato de Jesús en el desierto la figura de un Tentador exterior a Jesús, la persona tentada. La Biblia menciona frecuentemente al demonio con diversos nombres: el Adversario, Luzbel, Satanás,

Algunos (paz con Dios .net)piensan que no existe la verdad absoluta. La “Verdad” para ellos es simplemente lo que piensan. Todo es relativo, y lo que es verdad para ellos puede no serlo para otros. La gente tiene toda clase de ideas acerca de la verdad. Pero cualquiera que sea tu pensamiento, te sería sabio considerar lo que Jesucristo enseñó acerca de la verdad. Él enseñó no sólo que la verdad existe, sino que Él es la verdad; dicho en sus palabras: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” (Juan 14:6). También enseñó acerca de las mentiras y dijo que Satanás es el padre de mentiras.
Las mentiras de Satanás empezaron en el jardín del Edén. Cuando Dios creó al hombre y a la mujer, los puso en un ambiente hermoso y perfecto. Dios dijo: “De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Génesis 2:16-17).
Luego Satanás vino en forma de serpiente y dijo: “¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?…No moriréis” (Génesis 3:1,4).
En nuestra generación, la gente cuestiona si la Biblia es realmente la Palabra de Dios. Siembran la duda en la mente de otras personas al preguntar: “¿Dios dijo eso realmente?” (Lea la siguiente sección para obtener mayor información sobre la Biblia).
Adán y Eva tuvieron que elegir entre la verdad de Dios y la mentira del diablo. Eligieron la mentira del diablo. Y hoy nuestra naturaleza pecaminosa convive con la mentira en lugar de con la verdad. Jesús dijo, “éste es el juicio: que la Luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la Luz, pues sus acciones eran malas. Porque todo el que hace lo malo odia la Luz, y no viene a la Luz para que sus acciones no sean expuestas” (Juan 3:19-20).
Desde el momento en el que nacemos, tenemos la tendencia a pecar. Nuestro lente moral está desenfocado y no se ajustará a menos que vayamos a Cristo. Aceptamos las mentiras como verdad y la verdad como mentira. No distinguimos entre lo  bueno y lo malo.
No tenemos que ser enseñados a pecar; lo heredamos. La pregunta es, ¿qué haremos al respecto? ¿Cómo podremos escapar del engaño y del delirio que está plagando a nuestro mundo?
Jesús dijo, “y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres” (Juan 8:32). También dijo, “Yo soy…la verdad  (Juan 14:6).
Jesús dijo la verdad acerca de muchas cosas, incluyendo el arrepentimiento –el pedir perdón por tus pecados. Él dijo: “Si ustedes no se arrepienten, todos perecerán igualmente” (Lucas 13:3). A menos que nos volvamos a Cristo y tratemos de cambiar nuestra pecaminosa vida, sufriremos; estaremos separados eternamente de Dios. Pero si ponemos nuestra fe en Cristo, ¡podremos disfrutar de la eternidad con Él en el cielo!
Sin importar lo que la gente afirme creer acerca de la verdad, la realidad es que cada día, vivimos nuestras vidas de acuerdo a lo que creemos que es verdad. Nos subimos a aviones que creemos volarán. Encendemos interruptores que creemos darán los resultados deseados. Sin embargo, en Cristo tenemos la más profunda verdad. Él es el Único que puede traerte la paz, el gozo y la total satisfacción que has estado buscando.
Fuente: Libretos de un Tal Jesús.


BUENO AMIGOS Y AMIGAS 
ESTO ES TODO POR AHORA. 
SI DIOS ME LO PERMITE 
NOS VOLVEMOS A VER EL LUNES 21 DE ENERO DEL 2019

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