lunes, 25 de febrero de 2019

ESTA EDICIÓN ESTARÁ VIDENTE DURANTE LA SEMANA DEL 25 DE FEBRERO AL 3 DE MARZO 2019

Aquí estamos de nuevo con ustedes en nuestro octavo encuentro de este año 2019.
En esta oportunidad seguiremos tratando de responder a diez preguntas sobre la biblia que a menudo nos planteamos en nuestro silencio personal de meditación, pero no investigamos lo necesario, ni tan poco preguntamos ya sea a un sacerdote o pastor. 
Las 10 preguntas que nos vamos a plantear y analizar en esta semana son las siguientes:
1. ¿Que nos quiso decir Jesús en la parábola del pastor y la oveja perdida?
2. ¿Cuál es el rol del pastor en esta parábola?
3. ¿Por qué razón en esa parábola Jesús compara al pastor con Dios?
4. ¿Qué me puede contar sobre el monte de las Bienaventuranzas?
5.  Qué nos quiso decir Jesús en la parábola de las bienaventuranzas?
6. ¿Cuál es el verdadero significado de la proclamación de las Bienaventuranzas?
7. ¿Qué significado tiene la pobreza en la Biblia?
8. ¿Cuál era la cultura del Mediterráneo?
9. ¿Se podría decir que Jesús justifico el robo del trigo?
10. Qué relación tuvo Jesús con María Magdalena?

Lo más importante mis apreciados amigos y amigas cuando leemos la Biblia es estar seguros de que hemos comprendido todo el significado de las palabras y sobre todos de algunos conceptos relacionados con la época y con el pueblo judío.

Por esa razón en esta octava entrega del año voy a tratar de compartir con ustedes algunos comentarios sobre algunas palabras o términos que encontramos en las Sagradas Escrituras, y que es muy importante conocer para asimilar mejor lo que el Espíritu Santo no quiere decir o manifestar sobre la Palabra de Dios.

DESARROLLO DE LAS PREGUNTAS y RESPUESTAS BÍBLICAS DE ESTA  octava EDICIÓN:
1. ¿Que nos quiso decir Jesús en la parábola del pastor y la oveja perdida?
En la parábola del pastor y la oveja perdida Jesús quiso explicar cómo es Dios. Resultó sorprendente que Jesús comparara los sentimientos y la actitud de Dios con los de un pastor. Junto con los publicanos y otros oficios despreciables (usureros, cambistas), los pastores habían llegado a ser en tiempos de Jesús gente de muy mala fama, contados sin discusión entre los “pecadores”.

2. ¿Cual es el rol del pastor en esta parábola?

El pastor de la historia de Jesús tiene cien ovejas. Para lo acostumbrado en aquel tiempo, resultaba un rebaño de mediana importancia. Entre los beduinos, los rebaños tenían ordinariamente entre 20 y 200 animales, tratándose de ovejas o cabras.
Un rebaño de cien ovejas era cuidado exclusivo de un solo pastor que, por su baja posición económica, no podía permitirse contratar ningún asalariado para ayudarle. En Palestina, los pastores tenían la costumbre de contar su rebaño al atardecer, antes de guardarlo en el redil, para tener laseguridad de no haber perdido ningún animal.

 3¿Por qué razón en esa parábola Jesús compara al pastor con Dios?

En la parábola de la oveja perdida, Jesús comparó a Dios con un pastor. Y en otra ocasión se comparó a sí mismo con un buen pas­tor. Estas comparaciones tienen varios antecedentes en el Antiguo Testamento. El texto del profeta Ezequiel (34, 1-31), en el que se anunciaban los tiempos mesiánicos, es la fuente más directa en la que Jesús se inspiró para su comparación. Y tanto impresionó a los discípulos esta imagen, que el pastor con la oveja perdida sobre sus hombros fue, con el pez y los panes, el símbolo más frecuentemente usado en el arte de los primeros cristianos. Se halla la imagen del buen pastor en esculturas, sepulcros, altares y en las paredes de las catacumbas romanas donde los cristianos perseguidos se reunían para orar y celebrar su fe.

4. ¿Qué me puede contar sobre el monte de las Bienaventuranzas?


El Monte de las Bienaventuranzas* o Colina de las Siete Fuentes está situado a unos tres kilómetros de Cafarnaum. Es de poca altura, unos 100 metros, y desde allí se contempla una vista muy hermosa del lago de Galilea. En su cima se construyó una iglesia de forma octogonal, en recuerdo de las ocho bienaventuranzas que menciona el evangelio de Mateo.





5. ¿Qué nos quiere decir Jesucristo en el texto de las Bienaventuranzas?
El texto de las bienaventuranzas, uno de los más conocidos del evangelio, condensa como ninguno lo esencial de la predicación y la actividad de Jesús. Resume el anuncio liberador que Jesús hizo a los pobres. Las bienaventuranzas no son una colección de normas de conducta: “se debe” ser pobre, “se debe” ser misericordioso. Son una buena noticia (“evangelio” quiere decir “buena noticia”) que tiene por destinatarios a los pobres, a los que siempre pierden. Tampoco son las bienaventuranzas una fórmula de consuelo para el más allá, como si el Reino de Dios que Jesús anunció fuera equivalente al “reino de los cielos” en la otra vida. Si Jesús llamó dichosos a los pobres, si les dijo que se alegraran, fue porque iban a dejar de serlo, porque para ellos llegaba la justicia aquí en la tierra.
Aunque el evangelio de Mateo recoge ocho bienaventuranzas y Lucas sólo cuatro con sus correspondientes “malaventuranzas” contra los ricos, en ambos textos Jesús habló de una sola realidad: los pobres. “Felices los pobres”: en esta bienaventuranza se resumen todas. Jesús llamó feliz al pobre anunciando que Dios se ponía de su parte e iba a dejar de serlo. No lo llamó feliz por portarse bien, sino porque era pobre. Dijo que Dios no prefiere al pobre porque sea bueno, sino porque es pobre.

Por otra parte, se ha especulado mucho sobre quiénes son los pobres a los que se refirió Jesús en las bienaventuranzas. El texto de Lucas habla de “pobres” y el de Mateo de “pobres de espíritu”. La tradición de Lucas es la más primitiva. Los pobres a los que se dirigió Jesús son los que realmente no tienen nada, los que tienen hambre. El “espíritu” que más tarde añadió Mateo recoge las fórmulas empleadas por los profetas del Antiguo Testamento, que hablaron del “espíritu humilde” de los “anawim” (pobres).
La palabra “anawim” es sinónimo de desgraciados, indefensos, desesperanzados, hombres y mujeres que saben que están en manos de Dios porque son rechazados por los poderosos.
Lucas acentúa el aspecto de opresión exterior. Mateo, el aspecto de la necesidad interior que padecen los que sufren esa opresión exterior. Mateo y Lucas escribieron para públicos distintos.
Las comunidades para las que escribió Lucas estaban compuestas mayoritariamente por hombres y mujeres oprimidos dentro de la poderosa estructura del imperio romano: esclavos, habitantes de ciudades en las que existían enormes diferencias sociales, gente explotada por duras condiciones de vida. Mateo escribió a comunidades judías que tenían aún la tentación del fariseísmo: considerar buenos sólo a los decentes, a los que cumplen las leyes.
Los “pobres de espíritu” de Mateo son el equivalente de los inmorales, los pecadores, los de mala fama. A pesar de esta diferencia de matiz, ambos evangelistas quisieron dejar bien claro el sentido profético de las palabras de Jesús: Dios regala su Reino a los pobres del mundo. El mensaje de Jesús en las bienaventuranzas resultó revolucionario en la historia de las religiones. Además de expresar que la norma moral como criterio de la benevolencia de Dios no contaba para nada, anunció de qué lado estaba Dios en el conflicto histórico: del lado de los de abajo.

6. ¿Qué significado tiene la pobreza en la Biblia?

En la Biblia, la pobreza, como situación de opresión, es un escándalo que va contra la vida y por tanto, contra la voluntad de Dios. Esa pobreza debe ser rechazada, combatida, eliminada. No es una fatalidad, es la consecuencia del abuso de unos seres humanos sobre otros. Las antiguas leyes mosaicas no se contentaron con la denuncia de la pobreza injusta. Eran leyes sociales que trataban precisamente de evitar la pobreza y de defender al pobre. Todo intento de combatir la pobreza, de suprimirla es, en la teología bíblica y en el mensaje de Jesús, un paso que hace avanzar el Reino de Dios, aunque los que así actúen no crean ni en Dios ni en Jesús.

7. ¿Cuál es el verdadero significado de la proclamación de las Bienaventuranzas?

Al proclamar las bienaventuranzas, Jesús no dijo: “Dichosos ustedes, los pobres”, sino: “Dichosos nosotros, los pobres”. “Nosotros los que lloramos, nosotros los que tenemos hambre”. Jesús fue pobre, tan pobre como sus vecinos de Cafarnaum a los que anunció las bienaventuranzas. Jesús no fue una especie de maestro religioso que se “hizo pobre”, que se disfrazó de pobre, para que los pobres lo entendieran mejor, como un signo de la condescendencia divina con los miserables. Esta idea falsea la esencia misma del mensaje cristiano, que afirma que Dios quiso revelarse de forma definitiva en un campesino pobre de Nazaret y que sigue revelándose en la vida y en las luchas de los pobres.

8. ¿Cuál era la cultura del Mediterráneo?

La cultura mediterránea, la zona en la que está enclavada Palestina, es una cultura del trigo. El trigo era el cultivo principal en los campos de Palestina y constituía el grueso de las importaciones de víveres del campo a las ciudades. El que se cosechaba en Galilea era considerado de primera calidad. Las épocas de hambre se caracterizaban por la escasez de trigo.
En los campos de los alrededores del lago de Galilea, también en Cafarnaum, había extensos sembrados de trigo, muchos de los cuales pertenecían a unos pocos terratenientes. Los latifundios eran frecuentes en el norte de Israel y una de las reivindicaciones de los zelotes era una reforma agraria que distribuyera justamente la tierra. Esto les ganaba simpatías entre los campesinos y los pequeños propietarios, mientras que los grandes terratenientes colaboraban con el poder romano, que les garantizaba la tenencia ilimitada de propiedades.
Cuando las primeras tribus de pastores llegaron a la tierra de Israel comenzaron a distribuirse los terrenos por familias, según las iban ocupando. La propiedad de la tierra era herencia familiar y desde un punto de vista religioso se consideraba que Dios era el único dueño de toda la tierra (Levítico 25, 23) y que superar los límites del patrimonio familiar era contrario a la voluntad de Dios.
Sin embargo, en tiempos de Jesús y también antes, ya existían terratenientes, dueños de grandes extensiones de terreno, que en algunas ocasiones adquirían por el simple recurso de correr fraudulentamente los postes de las fincas (Job 24, 2). Los profetas condenaron repetidamente la economía latifundista (Isaías 5, 8; Oseas 5, 10). El dominio imperial de Roma acentuó aún más el injusto acaparamiento de tierras.
Desde un punto de vista económico, la consecuencia más visible de la ocupación romana fue el proceso de extensión de la propiedad latifundista a costa de la propiedad comunal, que terminó por venirse abajo, empobreciendo aceleradamente a los campesinos, que de pequeños propietarios pasaron a ser mano de obra barata, trabajadores jornaleros al servicio de los grandes propietarios.

9. ¿Se podría decir que Jesús justifico el robo del trigo?

Jesús justificó el robo de trigo en día de sábado en tierras de un gran propietario recordando el derecho fundamental de toda persona a vivir y a no morir de hambre, según las antiguas leyes de Moisés. Además, evocó el episodio del rey David en el santuario de Nob (1 Samuel 21, 1-7), donde, al sentir hambre, tomó para comer los panes de la proposición, panes sagrados dedicados al culto.
Por otra parte al aparecer en el cielo las primeras estrellas de la noche del viernes, se iniciaba en todo Israel el Sabbath, el solemne descanso del sábado, y se interrumpían todos los trabajos y estaba prohibido cualquier esfuerzo. Después de la cena no se volvía a comer hasta terminado el culto del sábado en la sinagoga. La ley del sábado era el quicio de todo el sistema legal vigente en Israel en tiempos de Jesús. Violar esa ley voluntariamente y después de una primera advertencia, era razón suficiente para ser condenado a muerte.
 10. ¿Qué relación tuvo Jesús con María Magdalena?
De los evangelios se desprende que María Magdalena sentía un gran amor por Jesús. Había sido librada por él de siete demonios, le seguía como discípula, le asistía con sus bienes (Lc 8,2-3) y estuvo con María, la Madre de Jesús, y las otras mujeres cuando Jesús fue crucificado (Mc 15,40-41 y par.). Fue, según los evangelios, la primera a la que se le apareció Jesús después de la resurrección, tras buscarlo con lágrimas (Jn 20,11-18). De ahí la veneración que ha tenido en la Iglesia como testigo del resucitado. (Ver la pregunta ¿Quién era María Magdalena?). De estos pasajes no se puede deducir ni que fue una pecadora, ni mucho menos que fue la mujer de Jesús.
Los que sostienen esto último acuden al testimonio de algunos evangelios apócrifos. Todos ellos, quizá con la excepción de un núcleo del Evangelio de Tomás, son posteriores a los evangelios canónicos y no tienen carácter histórico, sino que son un instrumento para trasmitir enseñanzas gnósticas.
Según estas obras, que aunque lleven el nombre de evangelios no son propiamente tales sino escritos con revelaciones secretas de Jesús a sus discípulos después de la resurrección, Mariam (o Mariamne o Mariham; no aparece el nombre de Magdalena salvo en unos pocos libros) es la que entiende mejor esas revelaciones. Por eso es la preferida de Jesús y la que recibe una revelación especial. La oposición que en algunos de estos textos (Evangelio de Tomás, Diálogos del Salvador, Pistis SophíaEvangelio de María) muestran los apóstoles hacia ella por ser mujer refleja la consideración negativa que algunos gnósticos tenían de lo femenino y la condición de María como discípula importante.
Sin embargo, algunos quieren ver en esta oposición un reflejo de la postura de la Iglesia oficial de entonces, que estaría en contra del liderazgo espiritual de la mujer que proponían estos grupos. Nada de esto es demostrable. Esa oposición más bien puede entenderse como un conflicto de doctrinas: las de Pedro y otros apóstoles frente a las que estos grupos gnósticos exponían en nombre de Mariam. En cualquier caso, el hecho de que se recurra a María es una forma de justificar sus planteamientos gnósticos.
En otros evangelios apócrifos, especialmente en el Evangelio de Felipe, Mariam (esta vez citada también con el nombre de origen, Magdalena) es modelo de gnóstico, precisamente por su feminidad. Ella es símbolo espiritual de seguimiento de Cristo y de unión perfecta con él.
En este contexto se habla de un beso de Jesús con María (si es que el texto hay que entenderlo realmente así), simbolizando esa unión, ya que mediante ese beso, una especie de sacramento superior al bautismo y la eucaristía, el gnóstico se engendraba a sí mismo como gnóstico.
El tono de estos escritos está absolutamente alejado de implicaciones sexuales. Por eso, ningún estudioso serio entiende estos textos como un testimonio histórico de una relación sexual entre Jesús y María Magdalena.
Es muy triste que esta acusación, que no tiene ningún fundamento histórico, ya que ni siquiera los cristianos de la época se vieron obligados a polemizar para defenderse de ella, resurja cada cierto tiempo como una gran novedad.
Fuente Pbro, Juan Chapa.


NOS VOLVEMOS A VER 
EL PRÓXIMO LUNES 4 DE MARZO 

domingo, 17 de febrero de 2019

ESTA EDICION ESTARÁ VIDENTE DURANTE LA SEMANA DEL 18 AL 24 DE FEBRERO 2019

Aquí estamos de nuevo con ustedes en nuestro séptimo encuentro de este año 2019. 
En esta oportunidad seguiremos tratando de responder a once preguntas sobre la biblia que a menudo nos planteamos en nuestro silencio personal de meditación, pero no investigamos lo necesario, ni tan poco preguntamos ya sea a un Sacerdote, Obispo o Pastor.  Las 11 preguntas que nos vamos a plantear en nuestro encuentro de hoy son las siguientes:
¿Qué nos puede decir sobre la planta llamada mostaza?
¿Realmente que nos enseña la parábola de la semilla de mostaza?
¿Qué nos puede decir sobre el discípulo Mateo?
¿En qué momento nacen los tributos en la época de Jesús?
¿Quiénes eran realmente los cobradores de impuestos como Mateo?
¿Cómo se escribía en esa época de Jesús?
¿Qué problemas afrontaba un recaudador de impuestos en la época de Jesús?
¿Qué significaba para un oriental comer en la misma mesa?
¿Por qué era necesario separarse de un pecador?
¿Cuál es la situación actual de la investigación histórica sobre Jesús?
¿Qué relaciones tuvo Jesús con el Imperio Romano?
Lo más importante mis apreciados amigos y amigas cuando leemos la Biblia es estar seguros de que hemos comprendido todo el significado de las palabras y sobre todos de algunos conceptos relacionados con la época.
Por esa razón en esta estima entrega del año voy a tratar de compartir con ustedes algunos comentarios sobre algunas palabras o términos que encontramos en las Sagradas Escrituras, y que es muy importante conocer para asimilar mejor lo que el Espíritu Santo no quiere decir o manifestar sobre la Palabra de Dios.
DESARROLLO DE LAS PREGUNTAS Y RESPUESTAS BÍBLICAS DE ESTA  SETIMA EDICIÓN

¿Qué nos puede decir sobre la planta llamada mostaza?
Claro que si comienzo diciendo que la mostaza es una planta que crece de forma silvestre en toda Palestina. En las orillas del lago llegaba a alcanzar hasta tres metros de altura.
La imagen de un árbol que sirve de cobijo a los pájaros y que da sombra a los que se acercan es un símbolo de la bondad y la generosidad de Dios (Ezequiel 17, 22-24).
En los antiguos dichos de los rabinos judíos, la semilla de mostaza era considerada la más pequeña de las simientes conocidas. Y aunque el arbusto de la mostaza no llega a ser un árbol, Jesús lo llamó así, exagerando, para resaltar cómo los planes de Dios sorprenden a los seres humanos y superan toda imaginación.

En la enseñanza de la semilla de mostaza se puede realizar una analogía de como Dios por medio de fe sembrada en las personas de igual manera que la semilla es sembrada en la tierra, en cierto momento otorga los frutos.
Dios a través de sus creyentes promueven y fomentan la creencia en la palabra, gran tarea por parte de estos quienes infunden la vida de Dios y las enseñanzas que su hijo Jesucristo.
No muchas personas poseen el don de transmitir la palabra del creador, aun mas darle la interpretación correcta en la que se basan dichos escritos, por lo que el desee ser un fiel creyente y seguidor de Dios deberá adoptar el estudio profundo de las enseñanzas de Jesús, como los hábitos que el empleaba de manera bondadosa y humilde permitiéndole así tomar el corazón de las personas.
También se puede apreciar que se resalta el hecho de sin importar el tamaño del inicio cuando la intensión va de la mano da Dios se convertirá en algo grandioso, he aquí el poder divino.
Muchas personas no toman en cuenta esto cuando van a iniciar cualquier actividad en su vida, se olvidan de que ante cualquier proyecto o acción ha de encomendarse a Dios porque solo él tiene la respuesta y guiara en paso firme si es eso lo conveniente.
¿Qué nos puede decir sobre el discípulo Mateo?
Con mucho gusto:  De Mateo, uno de los doce discípulos de Jesús, sabemos por los datos que nos dan los evangelios, que era hijo de un tal Alfeo y que su oficio era cobrar impuestos en la aduana de Cafarnaum, ciudad de paso de las caravanas que llegaban a Palestina procedentes de Damasco.
El evangelio de Lucas y el de Marcos le llaman también Leví. Desde el siglo II se le consideró autor de uno de los cuatro evangelios.

¿En qué momento nacen los tributos en la época de Jesús?
Es muy importante señalar que, desde la época de la dominación persa, Israel conoció el pago de impuestos a una potencia extranjera.
Pero sólo hasta los tiempos del imperio romano empezaron a cobrarse tributos de forma sistemática. Toda provincia romana debía contribuir al fisco de Roma, aunque algunas ciudades y príncipes aliados del imperio podían cobrarlos para su propio provecho.
Era el caso del tetrarca Herodes Antipas, que los recaudaba en distintas ciudades de Galilea, entre ellas Cafarnaum.
Los impuestos eran una dura carga para el pueblo y una importante arma de control político en manos de los gobernantes. A las sumas ya establecidas se añadían todo tipo de prebendas y sobornos que había que ofrecer a las autoridades y a los servicios administrativos. La corrupción se extendía desde los más bajos hasta los más altos puestos del poder.

Los cobradores o recaudadores de impuestos, llamados publicanos, formaban parte de la categoría social más despreciable del país, junto a usureros, cambistas, jugadores de azar y pastores.
En su oficio, además del estricto cobro del tributo, suficiente motivo para hacerse acreedores del odio del pueblo, realizaban todo tipo de trampas.
Por estar basado en el fraude y por ser imposible de conocer el número de todos los estafados o engañados, ser publicano era una mancha social que suponía la pérdida de todos los derechos civiles y políticos.
En el lenguaje popular, los cobradores de impuestos se asociaban siempre con ladrones, paganos, prostitutas, asesinos y adúlteros, con la hez de la sociedad. Todo esto pone de relieve el fuerte escándalo que constituyó el que Jesús llamase a un publicano a formar parte de su grupo y el que dijese en varias ocasiones que su mensaje estaba destinado a “publicanos y pecadores”.

¿Cómo se escribía en esa época de Jesús?
En tiempos de Jesús se escribía usualmente en papiros. El papiro era un arbusto acuático, que crecía cerca de los pantanos.
Se cosechaba al norte del lago de Tiberíades. Con sus fibras se hacían cestas, barcas y una especie de papel que podía enrollarse con facilidad.
La tinta con la que se escribía sobre el papiro era un colorante negro, formado principalmente de hollín, bastante espeso. Muchos escribientes llevaban el tintero colgado a la cintura. Los recaudadores de impuestos tenían que dominar la escritura. Y debían tener también nociones de griego, porque en su oficio se relacionaban con comerciantes de otros países. Frente a los conocimientos que tendría un hombre como Mateo, la cultura de Jesús resultaba notablemente inferior.

¿Qué problemas afrontaba un recaudador de impuestos en la época de Jesús?
El publicano o recaudador de impuestos, además de ser aborrecido por el pueblo, era un ciudadano proscrito civilmente.
Su testimonio no tenía ningún valor jurídico y de alguna forma se le equiparaba al esclavo, por la inferioridad en la que se encontraba ante el resto de sus compatriotas.
Como “pecador”, se le rechazaba moralmente y esto llegaba al extremo de que el dinero proveniente de las cajas del cobro de impuestos no podía aceptarse como limosna para los pobres por considerarlo dinero injusto. El desprecio popular se extendía también a la familia de los publicanos.

¿Qué significaba para un oriental comer en la misma mesa?
Entre los orientales, comer con una persona en la misma mesa es muestra de respeto, de fraternidad y de perdón. Compartir la mesa era compartir la vida.
Que Jesús no sólo se relacionara con publicanos, sino que compartiera con ellos la mesa resultó un gran escándalo.
Al escándalo moral se unía el escándalo político por ser los publicanos colaboradores de Roma. Las comidas de Jesús con “publicanos y pecadores” tuvieron también significación teológica.
En los evangelios son presentadas como una anticipación del banquete final del mundo, en el que Dios sentará a su mesa en los primeros puestos a los que los “buenos” rechazaron como los últimos.

¿Por qué era necesario separarse de un pecador?
Separarse de los pecadores era el máximo deber de un hombre que quisiera agradar a Dios.
La religión que practicaban los piadosos en tiempo de Jesús sostenía que Dios rechazaba al pecador y sólo lo acogía si se arrepentía y cambiaba de conducta.
Sólo entonces, el pecador era objeto del amor de Dios: cuando se transformaba en justo. Jesús revolucionó está arraigada idea religiosa proclamando, con palabras y acciones que para Dios no cuenta la moral, que Dios demuestra un amor especial a los considerados inmorales.

Esta idea era escandalosa, representaba la disolución de toda “moral”. Hasta el final de su vida Jesús fue acusado por las personas decentes de una conducta inmoral, porque “bebía y comía con publicanos y pecadores”.

¿Cuál es la situación actual de la investigación histórica sobre Jesús?
Excelente pregunta los felicito por hacerla. Comienzo explicando que desde que en el siglo XIX se aplicaran los modernos métodos de la ciencia histórica a los textos evangélicos, la investigación sobre Jesús ha pasado por diversas etapas. Superados los prejuicios racionalistas de los inicios de la investigación y los métodos hipercríticos que dominaron buena parte del siglo XX, la situación actual es mucho más positiva y abierta. El escepticismo en el que se situó la investigación sobre Jesús a mediados del siglo pasado ha quedado superado (ver ¿Qué sabemos realmente sobre Jesús?).
En la actualidad se conoce mucho mejor el contexto histórico y literario en el que vivió Jesús y en el que los evangelios fueron escritos. La mayor familiaridad con la literatura Inter testamentaria, es decir, con las obras del mundo judío contemporáneas a Jesús y los evangelistas (comentarios de libros bíblicos y traducciones al arameo, los textos de Qumrán, literatura rabínica, etc.), ha permitido ilustrar, verificar y comprender con más hondura los relatos evangélicos y la imagen de Jesús en el judaísmo de su tiempo.
Otras fuentes provenientes del mundo grecorromano han proporcionado mejores conocimientos de las influencias de carácter helenístico en la Galilea en que vivió Jesús y, por tanto, el contacto de esa región de Palestina con moldes culturales del mundo griego.
Además, los testimonios de escritos apócrifos, posteriores con toda probabilidad a los evangelios canónicos, y otros textos cristianos y judíos del siglo II han servido para analizar las tradiciones a las que se remontan esos libros y contextualizar mejor las afirmaciones contenidas en los evangelios.
También se han incorporado a la investigación sobre Jesús hallazgos arqueológicos recientes, entre los que son de especial interés los que provienen de las excavaciones que se están llevando a cabo en Galilea, muy ilustrativas para nuestro conocimiento de esta helenizada región de Palestina en el siglo I. Finalmente, a la mayor comprensión de las fuentes se ha añadido el empleo de nuevos métodos y aproximaciones exegéticas (literarias, canónicas, etc.), que ha contribuido a superar las limitaciones y rigideces del método histórico empleado en épocas anteriores.
Nuestro conocimiento histórico de Jesús es, por tanto, cada vez más sólido. Los evangelios son por ello dignos de credibilidad y, a los ojos de un historiador imparcial, se puede descubrir en ellos un gran conjunto de gestos, de palabras, de acciones de Jesús con los que él manifestó la singularidad de su persona y de su misión.
Fuente:
J. Chapa, «History and Jesus of Nazareth», en I. Olábarri y F. J. Caspistegui (eds.), The Strength of History at the Doors of the New Millenium. History and other Human and Social Sciences along XXth Century (1899-2002), Eunsa, Pamplona 2004, 453-505;
F. Varo, Rabí Jesús de Nazaret, Bac, Madrid 2005.

Dentro del complejo panorama social y político del mundo en que vivió, muchas veces crispado, llama la atención el hecho de que Jesús no manifiesta de entrada una repulsa abierta del estado romano, aunque tampoco lo acepta acríticamente.
Un episodio significativo es aquel mencionado por los tres evangelios sinópticos en el que algunos fariseos, puestos para la ocasión de acuerdo con unos herodianos, tratan de atraparlo con una pregunta capciosa: «Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas de verdad el camino de Dios, y que no te dejas llevar por nadie, pues no haces acepción de personas. Dinos, por tanto, qué te parece: ¿es lícito dar tributo al César, o no?» (Mt 22,16-17). La reacción de Jesús es bien conocida: «Conociendo Jesús su malicia, respondió: —¿Por qué me tentáis, hipócritas? Enseñadme la moneda del tributo. Y ellos le mostraron un denario. Él les dijo: —¿De quién es esta imagen y esta inscripción? Del César —contestaron—. Entonces les dijo: —Dad, pues, al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios» (Mt 22,18-21).
La respuesta de Jesús trasciende el horizonte humano de sus tentadores. Está por encima del sí y del no que querían arrancarle. La cuestión era muy insidiosa, pues intentaba reducir la actitud religiosa y trascendente de Jesús a un compromiso temporal. La pregunta, en el contexto en que estaba planteada, casi le obligaba a decantarse como colaboracionista del régimen ocupante de Palestina, o como revolucionario.
Frente a esa provocación Jesús no confunde Reino de Dios con estado. De una parte reconoce las competencias del estado en la organización de cuanto se ordena al bien común, como es la recaudación de impuestos. Pero la soberanía del estado no es absoluta. En el mundo romano de entonces, donde se tributaba culto divino al emperador, Jesús no reconoce al estado esa esfera de competencia: hay cosas que no deben darse al César sino a Dios. La institución civil y la religiosa, según la enseñanza de Jesús, no deben confundirse ni entrometerse en cuestiones que no son su incumbencia, sino armonizarse, respetando cada una la esfera de la otra.
La vida de muchos primeros cristianos, ciudadanos corrientes que trabajaban cada uno con sus conciudadanos en la construcción de la sociedad en que vivían, pero que ofrecieron un testimonio martirial cuando leyes injustas les pretendían obligar a no respetar lo que es de Dios, son la mejor exégesis de esas palabras de Jesús.
En esta oportunidad para concluir con este encuentro queremos compartirles un video muy particular: La verdad os hará libres, Documental antiguo pero de gran calidad por los datos históricos que aporta. El concilio de Nicea, paralelismos con la religión egipcia, datos sobre los manuscritos del mar muerto, etc. Son muchos los datos aportados por historiadores y arqueólogos de una forma neutra, sin el filtro de la fe Romana.
Se habla de la rama gnóstica, una secta cristiana que fue aniquilada por los padres del cristianismo romano actual por portar una verdad reveladora que liberaría al ser en vez de controlarlo. Una noción espiritual muy diferente a la fe romana que todos conocemos. Lo recomendamos!


NUESTRO PRÓXIMO ENCUENTRO SERA EL 
LUNES 25 DE FEBRERO 2019.

domingo, 10 de febrero de 2019

ESTA EDICION ESTARA VIDENTE DURANTE LA SEMANA DEL 11 AL 17 DE FEBRERO 2019


Aquí estamos de nuevo con ustedes en nuestro sexto encuentro de este año 2019. En esta oportunidad seguiremos tratando de responder a diez preguntas teológicas sobre la biblia que a menudo nos planteamos en nuestro silencio personal de meditación, pero no investigamos lo necesario, ni tan poco preguntamos ya sea a un sacerdote o pastor.  Las 10 preguntas que nos vamos a plantear y analizar en esta semana son las siguientes:
¿Cómo era la actividad religiosa en una sinagoga en la época de Jesús?
¿Existía en la aldea de Nazaret alguna sinagoga?
¿Se puede decir que en la sinagoga de Nazaret Jesús dio un paso muy importante?
¿Cuál era el lugar más sagrado en una sinagoga?
¿Qué idiomas se supone que hablaba Jesús?
¿Qué era el Año de Gracia en esa época?
¿Nos podría hablar un poco sobre la pequeña aldea de Keriot?
¿Tenía Pedro algún apodo?
¿Qué nos puede decir de los hermanos Macabeos?
¿Qué significa Reino de Dios?
Lo más importante mis apreciados amigos y amigas cuando leemos la Biblia es estar seguros de que hemos comprendido todo el significado de las palabras y sobre todos de algunos conceptos relacionados con la época.
Por esa razón en esta sexta entrega del año voy a tratar de compartir con ustedes algunos comentarios sobre algunas palabras o términos que encontramos en las Sagradas Escrituras, y que es muy importante conocer para asimilar mejor lo que el Espíritu Santo no quiere decir o manifestar sobre la Palabra de Dios.

DESARROLLO DE LAS PREGUNTAS y RESPUESTAS TEOLÓGICAS DE ESTA  SEXTA EDICIÓN:
¿Cómo era la actividad religiosa en una sinagoga en la época de Jesús?
Debo decirle que cuando el pueblo se reunía los sábados en la sinagoga, comenzaba siempre la oración con la recitación del “Shema” (“Escucha Israel”, Deuteronomio 6, 4-9.). Es una de las plegarias preferidas de la piedad judía, que tiene hasta el día de hoy la costumbre de escribirla y colocarla en el marco de la puerta de las casas. Después de esta oración seguían otras 18 plegarias rituales que precedían a la lectura de las Escrituras.

¿Existía en la aldea de Nazaret alguna sinagoga?
Desde luego que si: en Nazaret se conserva una pequeña sinagoga edificada sobre los restos de la del tiempo de Jesús. Aquella debió ser una construcción aún más pequeña que la actual, por tener tan pocos vecinos la aldea.
Como todas las sinagogas, estaba orientada de tal forma que, al rezar, el pueblo miraba hacia el Templo de Jerusalén, centro religioso del país. En la sinagoga, los varones se cubrían la cabeza con un manto y las mujeres no se mezclaban con ellos. Se les destinaba un lugar apartado, separado por una rejilla. Tampoco en la sinagoga las mujeres podían leer en público las Escrituras ni comentarlas.


Estas en lo cierto en la sinagoga de Nazaret, Jesús dio un paso importante en la maduración de su conciencia. Aplicarse a sí mismo la frase de Isaías “El Espíritu está sobre mí” era una forma de reconocerse profeta, en la tradición de todos los profetas que le habían precedido.
Después de su muerte y de dar testimonio de su resurrección, la iglesia primitiva acumuló sobre Jesús títulos para describir su misión: Señor, Hijo de Dios, Cristo.
La historia que recogen los evangelios deja ver, sin embargo, que el título con que fue aclamado unánimemente por el pueblo y por sus discípulos fue el de profeta. El profeta se define en oposición a la institución.
A Jesús no debemos considerarlo como un teólogo o un maestro religioso más radical que otros, aunque dentro de la institución. No podía serlo. Le faltaba lo que hacía a los maestros de su tiempo: los estudios teológicos. La formación de los maestros era rigurosa, duraba muchos años, comenzaba desde la infancia.
Cuando a Jesús le llamaron “rabí” (maestro, señor), le estaban aplicando un tratamiento que en su tiempo era habitual y que no debe traducirse como maestro en sentido de teólogo. Más bien, a Jesús lo acusaron los maestros de enseñar sin tener autorización (Marcos 6, 2).


Muy interesante pregunta. El lugar más sagrado de la sinagoga se encontraba en la pared que se orientaba hacia Jerusalén. Allí se guardaban los pergaminos de la Torá (Ley), donde estaban escritos los libros sagrados, los que hoy se conocen como Antiguo Testamento. No eran libros como los actuales, sino pergaminos enrollados. Se guardaban en cajas de madera artísticamente labradas.
Era costumbre que cualquiera de los hombres presentes en la sinagoga leyera un fragmento de la Escritura y después lo comentara a sus paisanos según su inspiración.
Esta misión no era exclusiva de los rabinos y participaban en ella los laicos varones. El texto que Jesús leyó en la sinagoga de Nazaret, momento con el que dio comienzo a su actividad pública, lo tomó del capítulo 61 del libro del profeta Isaías en los versos 1 al 3.


Jesús, como todos los israelitas de su tiempo, hablaba en arameo, pero al leer tenía que emplear el hebreo. El arameo es una lengua del mismo tronco lingüístico que el hebreo, hablada aún en algunos pueblos de Siria.
Se usaba en todo el país como lenguaje familiar y popular desde unos cinco siglos antes de nacer Jesús. A partir de aquella época, el hebreo se limitó a ser la lengua de los doctores de la Ley.
En hebreo se escribían las Escrituras. El rollo en el que leyó Jesús en la sinagoga de Nazaret estaba escrito en hebreo. Jesús, un campesino nada familiarizado con esa lengua culta y además hombre de pocas letras, titubearía al leer en público.

¿Qué era el Año de Gracia en esa época?
Muy buena pregunta debo comenzar diciendo que el Año de Gracia era una institución legal muy antigua que se remontaba a los tiempos de Moisés.
Se llamaba también Año del Jubileo, porque se anunciaba con el toque de un cuerno llamado en hebreo “yobel”. El Año de Gracia debía cumplirse cada 50 años.
Al llegar esa fecha, las deudas debían anularse, las propiedades adquiridas debían volver a sus antiguos dueños con el fin de evitar la excesiva acumulación y los esclavos debían ser dejados en libertad.
La ley era expresión y proclamación de que el único dueño de la tierra es Dios. Desde el punto de vista social ayudaba a mantener unidas a las familias en torno a un patrimonio suficiente para garantizar una vida digna.
Era también un memorial de la igualdad original que existió al llegar el pueblo de Israel a la Tierra Prometida cuando nada era de nadie y todo era de todos (Levítico 25, 8-18). En el mismo sentido existía también la institución del Año Sabático, que debía cumplirse cada siete años.
Estas instituciones legales se entendían como leyes de liberación. Así fueron proclamadas por Jesús en la sinagoga de Nazaret, donde se presentó el cumplimiento del Año de Gracia como el punto de partida para iniciar un cambio urgente en el país dada la gran diferencia que existía entre pobres y ricos.

Judas fue uno de los doce discípulos de Jesús. Llamarlo el Iscariote o el de Kariot pequeña aldea de la región de Judá. Especialistas en el tema de los zelotes, movimiento clandestino y armado de oposición a la ocupación romana, ven en el apelativo “iscariote” una deformación de “sicario”.
Los sicarios eran el grupo más fanáticamente nacionalista entre los zelotes. Se llamaban así porque usaban “sicas” (puñales o dagas) para cometer atentados terroristas contra los romanos.

¿Tenía Pedro algún apodo?
Aunque no era de Alajuela si lo tenía. Simón, uno de los doce discípulos del grupo de Jesús es apodado en el evangelio como “el cananeo” o “el zelote” (Lucas 6, 15).
El apodo que Jesús dio a los hermanos Santiago y Juan, al llamarlos “Boanerges” (hijos del trueno), y el sobrenombre que dio a Simón Pedro, llamándolo “barjona”, parecen ser nombres de lucha relacionados con el movimiento zelote.





Los hermanos Macabeos eran muy partoculares, héroes de la resistencia judía contra la dominación griega en Israel, vivieron unos 160 años antes de Jesús.
Organizaron una auténtica lucha guerrillera y lograron importantes victorias contra el poderoso imperio griego. En la memoria del pueblo eran un símbolo de valentía, patriotismo y libertad.



¿Qué significa Reino de Dios?

Amigos y amigas; El concepto de Reino de Dios es uno de los más frecuentes en las palabras de Jesús conservadas en los evangelios. Jesús hizo varias comparaciones para dar a entender qué era el Reino que él anunciaba.



Entre otras cosas, dijo que el Reino de Dios era un vino nuevo que rompía los odres viejos, una nueva forma de entender a Dios, una nueva forma de vivir. Esta comparación la hizo Jesús en los comienzos de su actividad pública, rescatando la importancia de las leyes sociales del tiempo de Moisés, el Año de Gracia entre ellas, que buscaban la igualdad entre los seres humanos y evitar que unos acumularan en exceso a costa de otros que se morían de hambre.
Eran leyes antiguas que no se habían cumplido y que Jesús quiso rescatar con el vino nuevo del Reino de Dios. Jesús anunció que el Reino de Dios debe comenzar en la tierra borrando las diferencias entre pobres y ricos, entre hombres y mujeres, repartiendo equitativamente los bienes de la tierra, viviendo todos los seres humanos como hermanos y como hijos e hijas de un mismo Padre, con los mismos derechos y las mismas oportunidades. En la concepción de Jesús, cuando esto sucede, ha llegado el Reino de Dios.
Si Dios me lo permite nos volveremos a encontrar
El lunes 18 de febrero 2019