Aquí estamos de nuevo con ustedes en nuestro sexto
encuentro de este año 2019. En esta oportunidad seguiremos tratando de
responder a diez preguntas teológicas sobre la biblia que a menudo nos
planteamos en nuestro silencio personal de meditación, pero no investigamos lo
necesario, ni tan poco preguntamos ya sea a un sacerdote o pastor. Las 10 preguntas que nos vamos a plantear y
analizar en esta semana son las siguientes:
¿Cómo era la actividad religiosa en una sinagoga en la
época de Jesús?
¿Existía en la aldea de
Nazaret alguna sinagoga?
¿Se puede decir que en la
sinagoga de Nazaret Jesús dio un paso muy importante?
¿Cuál era el lugar más sagrado en una sinagoga?
¿Qué idiomas se supone que hablaba Jesús?
¿Qué era el Año de Gracia en esa época?
¿Nos podría hablar un poco sobre la pequeña aldea de
Keriot?
¿Tenía Pedro algún apodo?
¿Qué nos puede decir de los hermanos Macabeos?
¿Qué significa Reino de
Dios?
Lo más importante mis apreciados amigos
y amigas cuando leemos la Biblia es estar seguros de que hemos comprendido todo
el significado de las palabras y sobre todos de algunos conceptos relacionados
con la época.
Por esa razón en esta sexta entrega del
año voy a tratar de compartir con ustedes algunos comentarios sobre
algunas palabras o términos que encontramos en las Sagradas
Escrituras, y que es muy importante conocer para asimilar mejor lo que
el Espíritu Santo no quiere decir o manifestar sobre la Palabra de
Dios.
DESARROLLO DE LAS PREGUNTAS y RESPUESTAS TEOLÓGICAS DE ESTA SEXTA EDICIÓN:
Debo decirle
que cuando el pueblo se reunía los sábados en la sinagoga, comenzaba siempre la
oración con la recitación del “Shema” (“Escucha Israel”, Deuteronomio 6, 4-9.).
Es una de las plegarias preferidas de la piedad judía, que tiene hasta el día
de hoy la costumbre de escribirla y colocarla en el marco de la puerta de las
casas. Después de esta oración seguían otras 18 plegarias rituales que
precedían a la lectura de las Escrituras.
¿Existía en la
aldea de Nazaret alguna sinagoga?
Desde luego
que si: en Nazaret se conserva una pequeña sinagoga edificada sobre los restos
de la del tiempo de Jesús. Aquella debió ser una construcción aún más pequeña
que la actual, por tener tan pocos vecinos la aldea.
Como todas
las sinagogas, estaba orientada de tal forma que, al rezar, el pueblo miraba
hacia el Templo de Jerusalén, centro religioso del país. En la sinagoga, los
varones se cubrían la cabeza con un manto y las mujeres no se mezclaban con
ellos. Se les destinaba un lugar apartado, separado por una rejilla. Tampoco en
la sinagoga las mujeres podían leer en público las Escrituras ni comentarlas.
Estas en lo
cierto en la sinagoga de Nazaret, Jesús dio un paso importante en la maduración
de su conciencia. Aplicarse a sí mismo la frase de Isaías “El Espíritu está
sobre mí” era una forma de reconocerse profeta, en la tradición de todos los
profetas que le habían precedido.
Después de su
muerte y de dar testimonio de su resurrección, la iglesia primitiva acumuló
sobre Jesús títulos para describir su misión: Señor, Hijo de Dios, Cristo.
La historia
que recogen los evangelios deja ver, sin embargo, que el título con que fue
aclamado unánimemente por el pueblo y por sus discípulos fue el de profeta. El
profeta se define en oposición a la institución.
A Jesús no
debemos considerarlo como un teólogo o un maestro religioso más radical que
otros, aunque dentro de la institución. No podía serlo. Le faltaba lo que hacía
a los maestros de su tiempo: los estudios teológicos. La formación de los
maestros era rigurosa, duraba muchos años, comenzaba desde la infancia.
Cuando a
Jesús le llamaron “rabí” (maestro, señor), le estaban aplicando un tratamiento
que en su tiempo era habitual y que no debe traducirse como maestro en sentido
de teólogo. Más bien, a Jesús lo acusaron los maestros de enseñar sin tener
autorización (Marcos 6, 2).
Muy
interesante pregunta. El lugar más sagrado de la sinagoga se encontraba en la
pared que se orientaba hacia Jerusalén. Allí se guardaban los pergaminos de la
Torá (Ley), donde estaban escritos los libros sagrados, los que hoy se conocen
como Antiguo Testamento. No eran libros como los actuales, sino pergaminos
enrollados. Se guardaban en cajas de madera artísticamente labradas.
Era costumbre
que cualquiera de los hombres presentes en la sinagoga leyera un fragmento de
la Escritura y después lo comentara a sus paisanos según su inspiración.
Esta misión
no era exclusiva de los rabinos y participaban en ella los laicos varones. El
texto que Jesús leyó en la sinagoga de Nazaret, momento con el que dio comienzo
a su actividad pública, lo tomó del capítulo 61 del libro del profeta Isaías en
los versos 1 al 3.
Jesús, como
todos los israelitas de su tiempo, hablaba en arameo, pero al leer tenía que
emplear el hebreo. El arameo es una lengua del mismo tronco lingüístico que el
hebreo, hablada aún en algunos pueblos de Siria.
Se usaba en
todo el país como lenguaje familiar y popular desde unos cinco siglos antes de
nacer Jesús. A partir de aquella época, el hebreo se limitó a ser la lengua de
los doctores de la Ley.
En hebreo se
escribían las Escrituras. El rollo en el que leyó Jesús en la sinagoga de
Nazaret estaba escrito en hebreo. Jesús, un campesino nada familiarizado con
esa lengua culta y además hombre de pocas letras, titubearía al leer en
público.
¿Qué era el Año de Gracia en esa época?
Muy buena
pregunta debo comenzar diciendo que el Año de Gracia era una institución legal
muy antigua que se remontaba a los tiempos de Moisés.
Se llamaba
también Año del Jubileo, porque se anunciaba con el toque de un cuerno llamado
en hebreo “yobel”. El Año de Gracia debía cumplirse cada 50 años.
Al llegar esa
fecha, las deudas debían anularse, las propiedades adquiridas debían volver a
sus antiguos dueños con el fin de evitar la excesiva acumulación y los esclavos
debían ser dejados en libertad.
La ley era
expresión y proclamación de que el único dueño de la tierra es Dios. Desde el
punto de vista social ayudaba a mantener unidas a las familias en torno a un
patrimonio suficiente para garantizar una vida digna.
Era también
un memorial de la igualdad original que existió al llegar el pueblo de Israel a
la Tierra Prometida cuando nada era de nadie y todo era de todos (Levítico 25,
8-18). En el mismo sentido existía también la institución del Año Sabático, que
debía cumplirse cada siete años.
Estas instituciones
legales se entendían como leyes de liberación. Así fueron proclamadas por Jesús
en la sinagoga de Nazaret, donde se presentó el cumplimiento del Año de Gracia
como el punto de partida para iniciar un cambio urgente en el país dada la gran
diferencia que existía entre pobres y ricos.
Judas fue uno
de los doce discípulos de Jesús. Llamarlo el Iscariote o el de Kariot pequeña
aldea de la región de Judá. Especialistas en el tema de los zelotes, movimiento
clandestino y armado de oposición a la ocupación romana, ven en el apelativo
“iscariote” una deformación de “sicario”.
Los sicarios
eran el grupo más fanáticamente nacionalista entre los zelotes. Se llamaban así
porque usaban “sicas” (puñales o dagas) para cometer atentados terroristas
contra los romanos.
¿Tenía Pedro algún apodo?
Aunque no era
de Alajuela si lo tenía. Simón, uno de los doce discípulos del grupo de Jesús
es apodado en el evangelio como “el cananeo” o “el zelote” (Lucas 6, 15).
El apodo que
Jesús dio a los hermanos Santiago y Juan, al llamarlos “Boanerges” (hijos del
trueno), y el sobrenombre que dio a Simón Pedro, llamándolo “barjona”, parecen
ser nombres de lucha relacionados con el movimiento zelote.
Los hermanos
Macabeos eran muy partoculares, héroes de la resistencia judía contra la
dominación griega en Israel, vivieron unos 160 años antes de Jesús.
Organizaron
una auténtica lucha guerrillera y lograron importantes victorias contra el
poderoso imperio griego. En la memoria del pueblo eran un símbolo de valentía,
patriotismo y libertad.
¿Qué significa Reino
de Dios?
Amigos y
amigas; El concepto de Reino de Dios es uno de los más frecuentes en las
palabras de Jesús conservadas en los evangelios. Jesús hizo varias
comparaciones para dar a entender qué era el Reino que él anunciaba.
Entre otras
cosas, dijo que el Reino de Dios era un vino nuevo que rompía los odres viejos,
una nueva forma de entender a Dios, una nueva forma de vivir. Esta comparación
la hizo Jesús en los comienzos de su actividad pública, rescatando la
importancia de las leyes sociales del tiempo de Moisés, el Año de Gracia entre
ellas, que buscaban la igualdad entre los seres humanos y evitar que unos
acumularan en exceso a costa de otros que se morían de hambre.
Eran leyes
antiguas que no se habían cumplido y que Jesús quiso rescatar con el vino nuevo
del Reino de Dios. Jesús anunció que el Reino de Dios debe comenzar en la
tierra borrando las diferencias entre pobres y ricos, entre hombres y mujeres,
repartiendo equitativamente los bienes de la tierra, viviendo todos los seres
humanos como hermanos y como hijos e hijas de un mismo Padre, con los mismos
derechos y las mismas oportunidades. En la concepción de Jesús, cuando esto
sucede, ha llegado el Reino de Dios.
Si Dios me lo permite nos volveremos a
encontrar
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