lunes, 25 de febrero de 2019

ESTA EDICIÓN ESTARÁ VIDENTE DURANTE LA SEMANA DEL 25 DE FEBRERO AL 3 DE MARZO 2019

Aquí estamos de nuevo con ustedes en nuestro octavo encuentro de este año 2019.
En esta oportunidad seguiremos tratando de responder a diez preguntas sobre la biblia que a menudo nos planteamos en nuestro silencio personal de meditación, pero no investigamos lo necesario, ni tan poco preguntamos ya sea a un sacerdote o pastor. 
Las 10 preguntas que nos vamos a plantear y analizar en esta semana son las siguientes:
1. ¿Que nos quiso decir Jesús en la parábola del pastor y la oveja perdida?
2. ¿Cuál es el rol del pastor en esta parábola?
3. ¿Por qué razón en esa parábola Jesús compara al pastor con Dios?
4. ¿Qué me puede contar sobre el monte de las Bienaventuranzas?
5.  Qué nos quiso decir Jesús en la parábola de las bienaventuranzas?
6. ¿Cuál es el verdadero significado de la proclamación de las Bienaventuranzas?
7. ¿Qué significado tiene la pobreza en la Biblia?
8. ¿Cuál era la cultura del Mediterráneo?
9. ¿Se podría decir que Jesús justifico el robo del trigo?
10. Qué relación tuvo Jesús con María Magdalena?

Lo más importante mis apreciados amigos y amigas cuando leemos la Biblia es estar seguros de que hemos comprendido todo el significado de las palabras y sobre todos de algunos conceptos relacionados con la época y con el pueblo judío.

Por esa razón en esta octava entrega del año voy a tratar de compartir con ustedes algunos comentarios sobre algunas palabras o términos que encontramos en las Sagradas Escrituras, y que es muy importante conocer para asimilar mejor lo que el Espíritu Santo no quiere decir o manifestar sobre la Palabra de Dios.

DESARROLLO DE LAS PREGUNTAS y RESPUESTAS BÍBLICAS DE ESTA  octava EDICIÓN:
1. ¿Que nos quiso decir Jesús en la parábola del pastor y la oveja perdida?
En la parábola del pastor y la oveja perdida Jesús quiso explicar cómo es Dios. Resultó sorprendente que Jesús comparara los sentimientos y la actitud de Dios con los de un pastor. Junto con los publicanos y otros oficios despreciables (usureros, cambistas), los pastores habían llegado a ser en tiempos de Jesús gente de muy mala fama, contados sin discusión entre los “pecadores”.

2. ¿Cual es el rol del pastor en esta parábola?

El pastor de la historia de Jesús tiene cien ovejas. Para lo acostumbrado en aquel tiempo, resultaba un rebaño de mediana importancia. Entre los beduinos, los rebaños tenían ordinariamente entre 20 y 200 animales, tratándose de ovejas o cabras.
Un rebaño de cien ovejas era cuidado exclusivo de un solo pastor que, por su baja posición económica, no podía permitirse contratar ningún asalariado para ayudarle. En Palestina, los pastores tenían la costumbre de contar su rebaño al atardecer, antes de guardarlo en el redil, para tener laseguridad de no haber perdido ningún animal.

 3¿Por qué razón en esa parábola Jesús compara al pastor con Dios?

En la parábola de la oveja perdida, Jesús comparó a Dios con un pastor. Y en otra ocasión se comparó a sí mismo con un buen pas­tor. Estas comparaciones tienen varios antecedentes en el Antiguo Testamento. El texto del profeta Ezequiel (34, 1-31), en el que se anunciaban los tiempos mesiánicos, es la fuente más directa en la que Jesús se inspiró para su comparación. Y tanto impresionó a los discípulos esta imagen, que el pastor con la oveja perdida sobre sus hombros fue, con el pez y los panes, el símbolo más frecuentemente usado en el arte de los primeros cristianos. Se halla la imagen del buen pastor en esculturas, sepulcros, altares y en las paredes de las catacumbas romanas donde los cristianos perseguidos se reunían para orar y celebrar su fe.

4. ¿Qué me puede contar sobre el monte de las Bienaventuranzas?


El Monte de las Bienaventuranzas* o Colina de las Siete Fuentes está situado a unos tres kilómetros de Cafarnaum. Es de poca altura, unos 100 metros, y desde allí se contempla una vista muy hermosa del lago de Galilea. En su cima se construyó una iglesia de forma octogonal, en recuerdo de las ocho bienaventuranzas que menciona el evangelio de Mateo.





5. ¿Qué nos quiere decir Jesucristo en el texto de las Bienaventuranzas?
El texto de las bienaventuranzas, uno de los más conocidos del evangelio, condensa como ninguno lo esencial de la predicación y la actividad de Jesús. Resume el anuncio liberador que Jesús hizo a los pobres. Las bienaventuranzas no son una colección de normas de conducta: “se debe” ser pobre, “se debe” ser misericordioso. Son una buena noticia (“evangelio” quiere decir “buena noticia”) que tiene por destinatarios a los pobres, a los que siempre pierden. Tampoco son las bienaventuranzas una fórmula de consuelo para el más allá, como si el Reino de Dios que Jesús anunció fuera equivalente al “reino de los cielos” en la otra vida. Si Jesús llamó dichosos a los pobres, si les dijo que se alegraran, fue porque iban a dejar de serlo, porque para ellos llegaba la justicia aquí en la tierra.
Aunque el evangelio de Mateo recoge ocho bienaventuranzas y Lucas sólo cuatro con sus correspondientes “malaventuranzas” contra los ricos, en ambos textos Jesús habló de una sola realidad: los pobres. “Felices los pobres”: en esta bienaventuranza se resumen todas. Jesús llamó feliz al pobre anunciando que Dios se ponía de su parte e iba a dejar de serlo. No lo llamó feliz por portarse bien, sino porque era pobre. Dijo que Dios no prefiere al pobre porque sea bueno, sino porque es pobre.

Por otra parte, se ha especulado mucho sobre quiénes son los pobres a los que se refirió Jesús en las bienaventuranzas. El texto de Lucas habla de “pobres” y el de Mateo de “pobres de espíritu”. La tradición de Lucas es la más primitiva. Los pobres a los que se dirigió Jesús son los que realmente no tienen nada, los que tienen hambre. El “espíritu” que más tarde añadió Mateo recoge las fórmulas empleadas por los profetas del Antiguo Testamento, que hablaron del “espíritu humilde” de los “anawim” (pobres).
La palabra “anawim” es sinónimo de desgraciados, indefensos, desesperanzados, hombres y mujeres que saben que están en manos de Dios porque son rechazados por los poderosos.
Lucas acentúa el aspecto de opresión exterior. Mateo, el aspecto de la necesidad interior que padecen los que sufren esa opresión exterior. Mateo y Lucas escribieron para públicos distintos.
Las comunidades para las que escribió Lucas estaban compuestas mayoritariamente por hombres y mujeres oprimidos dentro de la poderosa estructura del imperio romano: esclavos, habitantes de ciudades en las que existían enormes diferencias sociales, gente explotada por duras condiciones de vida. Mateo escribió a comunidades judías que tenían aún la tentación del fariseísmo: considerar buenos sólo a los decentes, a los que cumplen las leyes.
Los “pobres de espíritu” de Mateo son el equivalente de los inmorales, los pecadores, los de mala fama. A pesar de esta diferencia de matiz, ambos evangelistas quisieron dejar bien claro el sentido profético de las palabras de Jesús: Dios regala su Reino a los pobres del mundo. El mensaje de Jesús en las bienaventuranzas resultó revolucionario en la historia de las religiones. Además de expresar que la norma moral como criterio de la benevolencia de Dios no contaba para nada, anunció de qué lado estaba Dios en el conflicto histórico: del lado de los de abajo.

6. ¿Qué significado tiene la pobreza en la Biblia?

En la Biblia, la pobreza, como situación de opresión, es un escándalo que va contra la vida y por tanto, contra la voluntad de Dios. Esa pobreza debe ser rechazada, combatida, eliminada. No es una fatalidad, es la consecuencia del abuso de unos seres humanos sobre otros. Las antiguas leyes mosaicas no se contentaron con la denuncia de la pobreza injusta. Eran leyes sociales que trataban precisamente de evitar la pobreza y de defender al pobre. Todo intento de combatir la pobreza, de suprimirla es, en la teología bíblica y en el mensaje de Jesús, un paso que hace avanzar el Reino de Dios, aunque los que así actúen no crean ni en Dios ni en Jesús.

7. ¿Cuál es el verdadero significado de la proclamación de las Bienaventuranzas?

Al proclamar las bienaventuranzas, Jesús no dijo: “Dichosos ustedes, los pobres”, sino: “Dichosos nosotros, los pobres”. “Nosotros los que lloramos, nosotros los que tenemos hambre”. Jesús fue pobre, tan pobre como sus vecinos de Cafarnaum a los que anunció las bienaventuranzas. Jesús no fue una especie de maestro religioso que se “hizo pobre”, que se disfrazó de pobre, para que los pobres lo entendieran mejor, como un signo de la condescendencia divina con los miserables. Esta idea falsea la esencia misma del mensaje cristiano, que afirma que Dios quiso revelarse de forma definitiva en un campesino pobre de Nazaret y que sigue revelándose en la vida y en las luchas de los pobres.

8. ¿Cuál era la cultura del Mediterráneo?

La cultura mediterránea, la zona en la que está enclavada Palestina, es una cultura del trigo. El trigo era el cultivo principal en los campos de Palestina y constituía el grueso de las importaciones de víveres del campo a las ciudades. El que se cosechaba en Galilea era considerado de primera calidad. Las épocas de hambre se caracterizaban por la escasez de trigo.
En los campos de los alrededores del lago de Galilea, también en Cafarnaum, había extensos sembrados de trigo, muchos de los cuales pertenecían a unos pocos terratenientes. Los latifundios eran frecuentes en el norte de Israel y una de las reivindicaciones de los zelotes era una reforma agraria que distribuyera justamente la tierra. Esto les ganaba simpatías entre los campesinos y los pequeños propietarios, mientras que los grandes terratenientes colaboraban con el poder romano, que les garantizaba la tenencia ilimitada de propiedades.
Cuando las primeras tribus de pastores llegaron a la tierra de Israel comenzaron a distribuirse los terrenos por familias, según las iban ocupando. La propiedad de la tierra era herencia familiar y desde un punto de vista religioso se consideraba que Dios era el único dueño de toda la tierra (Levítico 25, 23) y que superar los límites del patrimonio familiar era contrario a la voluntad de Dios.
Sin embargo, en tiempos de Jesús y también antes, ya existían terratenientes, dueños de grandes extensiones de terreno, que en algunas ocasiones adquirían por el simple recurso de correr fraudulentamente los postes de las fincas (Job 24, 2). Los profetas condenaron repetidamente la economía latifundista (Isaías 5, 8; Oseas 5, 10). El dominio imperial de Roma acentuó aún más el injusto acaparamiento de tierras.
Desde un punto de vista económico, la consecuencia más visible de la ocupación romana fue el proceso de extensión de la propiedad latifundista a costa de la propiedad comunal, que terminó por venirse abajo, empobreciendo aceleradamente a los campesinos, que de pequeños propietarios pasaron a ser mano de obra barata, trabajadores jornaleros al servicio de los grandes propietarios.

9. ¿Se podría decir que Jesús justifico el robo del trigo?

Jesús justificó el robo de trigo en día de sábado en tierras de un gran propietario recordando el derecho fundamental de toda persona a vivir y a no morir de hambre, según las antiguas leyes de Moisés. Además, evocó el episodio del rey David en el santuario de Nob (1 Samuel 21, 1-7), donde, al sentir hambre, tomó para comer los panes de la proposición, panes sagrados dedicados al culto.
Por otra parte al aparecer en el cielo las primeras estrellas de la noche del viernes, se iniciaba en todo Israel el Sabbath, el solemne descanso del sábado, y se interrumpían todos los trabajos y estaba prohibido cualquier esfuerzo. Después de la cena no se volvía a comer hasta terminado el culto del sábado en la sinagoga. La ley del sábado era el quicio de todo el sistema legal vigente en Israel en tiempos de Jesús. Violar esa ley voluntariamente y después de una primera advertencia, era razón suficiente para ser condenado a muerte.
 10. ¿Qué relación tuvo Jesús con María Magdalena?
De los evangelios se desprende que María Magdalena sentía un gran amor por Jesús. Había sido librada por él de siete demonios, le seguía como discípula, le asistía con sus bienes (Lc 8,2-3) y estuvo con María, la Madre de Jesús, y las otras mujeres cuando Jesús fue crucificado (Mc 15,40-41 y par.). Fue, según los evangelios, la primera a la que se le apareció Jesús después de la resurrección, tras buscarlo con lágrimas (Jn 20,11-18). De ahí la veneración que ha tenido en la Iglesia como testigo del resucitado. (Ver la pregunta ¿Quién era María Magdalena?). De estos pasajes no se puede deducir ni que fue una pecadora, ni mucho menos que fue la mujer de Jesús.
Los que sostienen esto último acuden al testimonio de algunos evangelios apócrifos. Todos ellos, quizá con la excepción de un núcleo del Evangelio de Tomás, son posteriores a los evangelios canónicos y no tienen carácter histórico, sino que son un instrumento para trasmitir enseñanzas gnósticas.
Según estas obras, que aunque lleven el nombre de evangelios no son propiamente tales sino escritos con revelaciones secretas de Jesús a sus discípulos después de la resurrección, Mariam (o Mariamne o Mariham; no aparece el nombre de Magdalena salvo en unos pocos libros) es la que entiende mejor esas revelaciones. Por eso es la preferida de Jesús y la que recibe una revelación especial. La oposición que en algunos de estos textos (Evangelio de Tomás, Diálogos del Salvador, Pistis SophíaEvangelio de María) muestran los apóstoles hacia ella por ser mujer refleja la consideración negativa que algunos gnósticos tenían de lo femenino y la condición de María como discípula importante.
Sin embargo, algunos quieren ver en esta oposición un reflejo de la postura de la Iglesia oficial de entonces, que estaría en contra del liderazgo espiritual de la mujer que proponían estos grupos. Nada de esto es demostrable. Esa oposición más bien puede entenderse como un conflicto de doctrinas: las de Pedro y otros apóstoles frente a las que estos grupos gnósticos exponían en nombre de Mariam. En cualquier caso, el hecho de que se recurra a María es una forma de justificar sus planteamientos gnósticos.
En otros evangelios apócrifos, especialmente en el Evangelio de Felipe, Mariam (esta vez citada también con el nombre de origen, Magdalena) es modelo de gnóstico, precisamente por su feminidad. Ella es símbolo espiritual de seguimiento de Cristo y de unión perfecta con él.
En este contexto se habla de un beso de Jesús con María (si es que el texto hay que entenderlo realmente así), simbolizando esa unión, ya que mediante ese beso, una especie de sacramento superior al bautismo y la eucaristía, el gnóstico se engendraba a sí mismo como gnóstico.
El tono de estos escritos está absolutamente alejado de implicaciones sexuales. Por eso, ningún estudioso serio entiende estos textos como un testimonio histórico de una relación sexual entre Jesús y María Magdalena.
Es muy triste que esta acusación, que no tiene ningún fundamento histórico, ya que ni siquiera los cristianos de la época se vieron obligados a polemizar para defenderse de ella, resurja cada cierto tiempo como una gran novedad.
Fuente Pbro, Juan Chapa.


NOS VOLVEMOS A VER 
EL PRÓXIMO LUNES 4 DE MARZO 

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