domingo, 17 de febrero de 2019

ESTA EDICION ESTARÁ VIDENTE DURANTE LA SEMANA DEL 18 AL 24 DE FEBRERO 2019

Aquí estamos de nuevo con ustedes en nuestro séptimo encuentro de este año 2019. 
En esta oportunidad seguiremos tratando de responder a once preguntas sobre la biblia que a menudo nos planteamos en nuestro silencio personal de meditación, pero no investigamos lo necesario, ni tan poco preguntamos ya sea a un Sacerdote, Obispo o Pastor.  Las 11 preguntas que nos vamos a plantear en nuestro encuentro de hoy son las siguientes:
¿Qué nos puede decir sobre la planta llamada mostaza?
¿Realmente que nos enseña la parábola de la semilla de mostaza?
¿Qué nos puede decir sobre el discípulo Mateo?
¿En qué momento nacen los tributos en la época de Jesús?
¿Quiénes eran realmente los cobradores de impuestos como Mateo?
¿Cómo se escribía en esa época de Jesús?
¿Qué problemas afrontaba un recaudador de impuestos en la época de Jesús?
¿Qué significaba para un oriental comer en la misma mesa?
¿Por qué era necesario separarse de un pecador?
¿Cuál es la situación actual de la investigación histórica sobre Jesús?
¿Qué relaciones tuvo Jesús con el Imperio Romano?
Lo más importante mis apreciados amigos y amigas cuando leemos la Biblia es estar seguros de que hemos comprendido todo el significado de las palabras y sobre todos de algunos conceptos relacionados con la época.
Por esa razón en esta estima entrega del año voy a tratar de compartir con ustedes algunos comentarios sobre algunas palabras o términos que encontramos en las Sagradas Escrituras, y que es muy importante conocer para asimilar mejor lo que el Espíritu Santo no quiere decir o manifestar sobre la Palabra de Dios.
DESARROLLO DE LAS PREGUNTAS Y RESPUESTAS BÍBLICAS DE ESTA  SETIMA EDICIÓN

¿Qué nos puede decir sobre la planta llamada mostaza?
Claro que si comienzo diciendo que la mostaza es una planta que crece de forma silvestre en toda Palestina. En las orillas del lago llegaba a alcanzar hasta tres metros de altura.
La imagen de un árbol que sirve de cobijo a los pájaros y que da sombra a los que se acercan es un símbolo de la bondad y la generosidad de Dios (Ezequiel 17, 22-24).
En los antiguos dichos de los rabinos judíos, la semilla de mostaza era considerada la más pequeña de las simientes conocidas. Y aunque el arbusto de la mostaza no llega a ser un árbol, Jesús lo llamó así, exagerando, para resaltar cómo los planes de Dios sorprenden a los seres humanos y superan toda imaginación.

En la enseñanza de la semilla de mostaza se puede realizar una analogía de como Dios por medio de fe sembrada en las personas de igual manera que la semilla es sembrada en la tierra, en cierto momento otorga los frutos.
Dios a través de sus creyentes promueven y fomentan la creencia en la palabra, gran tarea por parte de estos quienes infunden la vida de Dios y las enseñanzas que su hijo Jesucristo.
No muchas personas poseen el don de transmitir la palabra del creador, aun mas darle la interpretación correcta en la que se basan dichos escritos, por lo que el desee ser un fiel creyente y seguidor de Dios deberá adoptar el estudio profundo de las enseñanzas de Jesús, como los hábitos que el empleaba de manera bondadosa y humilde permitiéndole así tomar el corazón de las personas.
También se puede apreciar que se resalta el hecho de sin importar el tamaño del inicio cuando la intensión va de la mano da Dios se convertirá en algo grandioso, he aquí el poder divino.
Muchas personas no toman en cuenta esto cuando van a iniciar cualquier actividad en su vida, se olvidan de que ante cualquier proyecto o acción ha de encomendarse a Dios porque solo él tiene la respuesta y guiara en paso firme si es eso lo conveniente.
¿Qué nos puede decir sobre el discípulo Mateo?
Con mucho gusto:  De Mateo, uno de los doce discípulos de Jesús, sabemos por los datos que nos dan los evangelios, que era hijo de un tal Alfeo y que su oficio era cobrar impuestos en la aduana de Cafarnaum, ciudad de paso de las caravanas que llegaban a Palestina procedentes de Damasco.
El evangelio de Lucas y el de Marcos le llaman también Leví. Desde el siglo II se le consideró autor de uno de los cuatro evangelios.

¿En qué momento nacen los tributos en la época de Jesús?
Es muy importante señalar que, desde la época de la dominación persa, Israel conoció el pago de impuestos a una potencia extranjera.
Pero sólo hasta los tiempos del imperio romano empezaron a cobrarse tributos de forma sistemática. Toda provincia romana debía contribuir al fisco de Roma, aunque algunas ciudades y príncipes aliados del imperio podían cobrarlos para su propio provecho.
Era el caso del tetrarca Herodes Antipas, que los recaudaba en distintas ciudades de Galilea, entre ellas Cafarnaum.
Los impuestos eran una dura carga para el pueblo y una importante arma de control político en manos de los gobernantes. A las sumas ya establecidas se añadían todo tipo de prebendas y sobornos que había que ofrecer a las autoridades y a los servicios administrativos. La corrupción se extendía desde los más bajos hasta los más altos puestos del poder.

Los cobradores o recaudadores de impuestos, llamados publicanos, formaban parte de la categoría social más despreciable del país, junto a usureros, cambistas, jugadores de azar y pastores.
En su oficio, además del estricto cobro del tributo, suficiente motivo para hacerse acreedores del odio del pueblo, realizaban todo tipo de trampas.
Por estar basado en el fraude y por ser imposible de conocer el número de todos los estafados o engañados, ser publicano era una mancha social que suponía la pérdida de todos los derechos civiles y políticos.
En el lenguaje popular, los cobradores de impuestos se asociaban siempre con ladrones, paganos, prostitutas, asesinos y adúlteros, con la hez de la sociedad. Todo esto pone de relieve el fuerte escándalo que constituyó el que Jesús llamase a un publicano a formar parte de su grupo y el que dijese en varias ocasiones que su mensaje estaba destinado a “publicanos y pecadores”.

¿Cómo se escribía en esa época de Jesús?
En tiempos de Jesús se escribía usualmente en papiros. El papiro era un arbusto acuático, que crecía cerca de los pantanos.
Se cosechaba al norte del lago de Tiberíades. Con sus fibras se hacían cestas, barcas y una especie de papel que podía enrollarse con facilidad.
La tinta con la que se escribía sobre el papiro era un colorante negro, formado principalmente de hollín, bastante espeso. Muchos escribientes llevaban el tintero colgado a la cintura. Los recaudadores de impuestos tenían que dominar la escritura. Y debían tener también nociones de griego, porque en su oficio se relacionaban con comerciantes de otros países. Frente a los conocimientos que tendría un hombre como Mateo, la cultura de Jesús resultaba notablemente inferior.

¿Qué problemas afrontaba un recaudador de impuestos en la época de Jesús?
El publicano o recaudador de impuestos, además de ser aborrecido por el pueblo, era un ciudadano proscrito civilmente.
Su testimonio no tenía ningún valor jurídico y de alguna forma se le equiparaba al esclavo, por la inferioridad en la que se encontraba ante el resto de sus compatriotas.
Como “pecador”, se le rechazaba moralmente y esto llegaba al extremo de que el dinero proveniente de las cajas del cobro de impuestos no podía aceptarse como limosna para los pobres por considerarlo dinero injusto. El desprecio popular se extendía también a la familia de los publicanos.

¿Qué significaba para un oriental comer en la misma mesa?
Entre los orientales, comer con una persona en la misma mesa es muestra de respeto, de fraternidad y de perdón. Compartir la mesa era compartir la vida.
Que Jesús no sólo se relacionara con publicanos, sino que compartiera con ellos la mesa resultó un gran escándalo.
Al escándalo moral se unía el escándalo político por ser los publicanos colaboradores de Roma. Las comidas de Jesús con “publicanos y pecadores” tuvieron también significación teológica.
En los evangelios son presentadas como una anticipación del banquete final del mundo, en el que Dios sentará a su mesa en los primeros puestos a los que los “buenos” rechazaron como los últimos.

¿Por qué era necesario separarse de un pecador?
Separarse de los pecadores era el máximo deber de un hombre que quisiera agradar a Dios.
La religión que practicaban los piadosos en tiempo de Jesús sostenía que Dios rechazaba al pecador y sólo lo acogía si se arrepentía y cambiaba de conducta.
Sólo entonces, el pecador era objeto del amor de Dios: cuando se transformaba en justo. Jesús revolucionó está arraigada idea religiosa proclamando, con palabras y acciones que para Dios no cuenta la moral, que Dios demuestra un amor especial a los considerados inmorales.

Esta idea era escandalosa, representaba la disolución de toda “moral”. Hasta el final de su vida Jesús fue acusado por las personas decentes de una conducta inmoral, porque “bebía y comía con publicanos y pecadores”.

¿Cuál es la situación actual de la investigación histórica sobre Jesús?
Excelente pregunta los felicito por hacerla. Comienzo explicando que desde que en el siglo XIX se aplicaran los modernos métodos de la ciencia histórica a los textos evangélicos, la investigación sobre Jesús ha pasado por diversas etapas. Superados los prejuicios racionalistas de los inicios de la investigación y los métodos hipercríticos que dominaron buena parte del siglo XX, la situación actual es mucho más positiva y abierta. El escepticismo en el que se situó la investigación sobre Jesús a mediados del siglo pasado ha quedado superado (ver ¿Qué sabemos realmente sobre Jesús?).
En la actualidad se conoce mucho mejor el contexto histórico y literario en el que vivió Jesús y en el que los evangelios fueron escritos. La mayor familiaridad con la literatura Inter testamentaria, es decir, con las obras del mundo judío contemporáneas a Jesús y los evangelistas (comentarios de libros bíblicos y traducciones al arameo, los textos de Qumrán, literatura rabínica, etc.), ha permitido ilustrar, verificar y comprender con más hondura los relatos evangélicos y la imagen de Jesús en el judaísmo de su tiempo.
Otras fuentes provenientes del mundo grecorromano han proporcionado mejores conocimientos de las influencias de carácter helenístico en la Galilea en que vivió Jesús y, por tanto, el contacto de esa región de Palestina con moldes culturales del mundo griego.
Además, los testimonios de escritos apócrifos, posteriores con toda probabilidad a los evangelios canónicos, y otros textos cristianos y judíos del siglo II han servido para analizar las tradiciones a las que se remontan esos libros y contextualizar mejor las afirmaciones contenidas en los evangelios.
También se han incorporado a la investigación sobre Jesús hallazgos arqueológicos recientes, entre los que son de especial interés los que provienen de las excavaciones que se están llevando a cabo en Galilea, muy ilustrativas para nuestro conocimiento de esta helenizada región de Palestina en el siglo I. Finalmente, a la mayor comprensión de las fuentes se ha añadido el empleo de nuevos métodos y aproximaciones exegéticas (literarias, canónicas, etc.), que ha contribuido a superar las limitaciones y rigideces del método histórico empleado en épocas anteriores.
Nuestro conocimiento histórico de Jesús es, por tanto, cada vez más sólido. Los evangelios son por ello dignos de credibilidad y, a los ojos de un historiador imparcial, se puede descubrir en ellos un gran conjunto de gestos, de palabras, de acciones de Jesús con los que él manifestó la singularidad de su persona y de su misión.
Fuente:
J. Chapa, «History and Jesus of Nazareth», en I. Olábarri y F. J. Caspistegui (eds.), The Strength of History at the Doors of the New Millenium. History and other Human and Social Sciences along XXth Century (1899-2002), Eunsa, Pamplona 2004, 453-505;
F. Varo, Rabí Jesús de Nazaret, Bac, Madrid 2005.

Dentro del complejo panorama social y político del mundo en que vivió, muchas veces crispado, llama la atención el hecho de que Jesús no manifiesta de entrada una repulsa abierta del estado romano, aunque tampoco lo acepta acríticamente.
Un episodio significativo es aquel mencionado por los tres evangelios sinópticos en el que algunos fariseos, puestos para la ocasión de acuerdo con unos herodianos, tratan de atraparlo con una pregunta capciosa: «Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas de verdad el camino de Dios, y que no te dejas llevar por nadie, pues no haces acepción de personas. Dinos, por tanto, qué te parece: ¿es lícito dar tributo al César, o no?» (Mt 22,16-17). La reacción de Jesús es bien conocida: «Conociendo Jesús su malicia, respondió: —¿Por qué me tentáis, hipócritas? Enseñadme la moneda del tributo. Y ellos le mostraron un denario. Él les dijo: —¿De quién es esta imagen y esta inscripción? Del César —contestaron—. Entonces les dijo: —Dad, pues, al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios» (Mt 22,18-21).
La respuesta de Jesús trasciende el horizonte humano de sus tentadores. Está por encima del sí y del no que querían arrancarle. La cuestión era muy insidiosa, pues intentaba reducir la actitud religiosa y trascendente de Jesús a un compromiso temporal. La pregunta, en el contexto en que estaba planteada, casi le obligaba a decantarse como colaboracionista del régimen ocupante de Palestina, o como revolucionario.
Frente a esa provocación Jesús no confunde Reino de Dios con estado. De una parte reconoce las competencias del estado en la organización de cuanto se ordena al bien común, como es la recaudación de impuestos. Pero la soberanía del estado no es absoluta. En el mundo romano de entonces, donde se tributaba culto divino al emperador, Jesús no reconoce al estado esa esfera de competencia: hay cosas que no deben darse al César sino a Dios. La institución civil y la religiosa, según la enseñanza de Jesús, no deben confundirse ni entrometerse en cuestiones que no son su incumbencia, sino armonizarse, respetando cada una la esfera de la otra.
La vida de muchos primeros cristianos, ciudadanos corrientes que trabajaban cada uno con sus conciudadanos en la construcción de la sociedad en que vivían, pero que ofrecieron un testimonio martirial cuando leyes injustas les pretendían obligar a no respetar lo que es de Dios, son la mejor exégesis de esas palabras de Jesús.
En esta oportunidad para concluir con este encuentro queremos compartirles un video muy particular: La verdad os hará libres, Documental antiguo pero de gran calidad por los datos históricos que aporta. El concilio de Nicea, paralelismos con la religión egipcia, datos sobre los manuscritos del mar muerto, etc. Son muchos los datos aportados por historiadores y arqueólogos de una forma neutra, sin el filtro de la fe Romana.
Se habla de la rama gnóstica, una secta cristiana que fue aniquilada por los padres del cristianismo romano actual por portar una verdad reveladora que liberaría al ser en vez de controlarlo. Una noción espiritual muy diferente a la fe romana que todos conocemos. Lo recomendamos!


NUESTRO PRÓXIMO ENCUENTRO SERA EL 
LUNES 25 DE FEBRERO 2019.

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